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Contando mentiras

BRISTOL -- Estados Unidos cuenta con el proyecto más serio a nivel de selecciones, aunque sigamos negando su crecimiento porque preferimos voltear la mirada y observar lo que se hacen en los llamados países con tradición e insistamos en que los americanos no saben de fútbol y les critiquemos hasta lo más mínimo de su sistema de torneos o de formación de jugadores.

Todo es una gran mentira, porque la realidad es otra, porque la tradición no se pone una camiseta ni sale a jugar por sí sola, tampoco juegan las columnas en los diarios ni las voces de micrófonos que insisten en autodenominar a nuestros países como de mayor tradición, como si eso fuese suficiente para tapar los ojos del colectivo ante una realidad de proyectos en pleno y eficaz cumplimiento.

Estas son las dos mentiras en las que muchos prefieren creer antes de darle crédito a los del norte, aunque cada vez son mas los que descubren que el sol no puede cubrirse con solo un dedo.

EN USA NO SABEN DE FÚTBOL
Esta es una expresión totalmente discutible y depende de a qué nos refierimos. Por ejemplo, si se trata del ciudadano común que visita un concesionario a sacar un lease del auto de moda puede ser que este no se interese en el fútbol, como igual puede suceder que un periodista que cubra espectáculos en un diario sea el mismo que redacte las noticias de fútbol.

Pero la realidad es que si no saben de fútbol, entonces ellos no podrían ser capaces de elaborar y cumplir un proyecto como el que hasta ahora han presentado y que va mas allá de la generación de 2024, involucrando clubes y asociaciones a gran escala.

USA ES UN PAÍS SIN TRADICIÓN EN EL FÚTBOL
Se suele asociar la tradición a los campeonatos jugados, al reconocimiento de las figuras e incluso a los títulos internacionales que se obtienen. Aquí volvemos a descubrir que seguimos viviendo de una mentira.

Estados Unidos tiene un tercer lugar en la Copa del Mundo de 1930 en Uruguay, algo que jamás lograron México, Ecuador, Colombia y ni hablar de Venezuela, que aún lucha por clasificarse por primera vez.

Seguro alguien pensará de inmediato una excusa como que aquella vez EEUU jugó con algunos nacionalizados y en ese campeonato se asistía por invitación, lo cual es cierto pero por eso no resta méritos. No olvidemos que también es el mas ganador de la Copa Oro de Concacaf con cuatro títulos, además de ser miembros de FIFA desde 1913.

No es precisamente la tradición la que hace ragates, goles o ataja penales; tampoco es el conocimiento de su afición ni de sus cronistas deportivos lo que entra en juego. En este negocio del fútbol el que trabaja seriamente es el que logra el objetivo y sencillamente ellos trabajaron para lograr la constancia y no tener aquellos resultados aislados como el de 1950 cuando vencieron a los ingleses o la vez que golearon a Argentina en la Copa América de 1995 en Uruguay.

Estados Unidos cuenta con la mayor cantidad de recursos para desarollar el fútbol, desde las canchas públicas que en su mayoría tienen una superficie verde de hierba fresca que en nada se parece a las que tenemos en los barrios de nuestros países donde salíamos amarillos de tanto polvo.

Cuentan con una impresionante cantidad de ligas y clubes juveniles que están bajo la mirada constante de patrocinantes avalados por la MLS o la USL, además de la enorme cantera universitaria. Ellos peden organizar costosos torneos porque tienen el dinero para ello y los escenarios con los que muchos de nosotros solíamos soñar tener cerca. Pero el mayor de sus recursos son ellos mismos, el americano, que lucha disciplinadamente hasta alcanzar el objetivo final sin darse por vencido, sin escudar sus fracasos en mentiras y reconociendo sus fallas y las virtudes del rival.

No sé si USA pueda algún día repetir el tercer lugar de 1930, ni mucho menos me atrevo a vaticinar que ganen la Copa del Mundo alguna vez en la historia, pero lo que sí estoy seguro es que lo van a intentar una y otra y todas las veces que sea necesario hasta ser lo que todos soñamos: una gran potencia.

Mientras, nosotros seguimos creyendo en aquellas dos mentiras de la tradición y del conocimiento como si nuestro fútbol sea mejor que el soccer de ellos. A final de cuentas ellos avanzan donde otros se quedan, avanzaron en Concacaf, ahora en Confederaciones por encima de España y casi se le montan a Brasil.

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