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Sin que le sobrara nada

El chiapaneco Cristóbal Cruz hizo historia el sábado al convertirse en el primer peleador de Chiapas en pelear por una corona mundial ante su propi público. Y para que al fiesta fuese completa, derrotó al jalisciense Jorge Coloradito Solís por decisión unánime el sábado, en una gran pelea.

Con la victoria, Cruz mantuvo su corona mundial peso pluma de la Federación Internacional de Boxeo.

Cruz tuvo en problemas a Solís en los primeros rounds de la pelea, pero el retador se recuperó a para emparejar las acciones, en una pelea accidentada que tuvo cabezazos y golpes bajos, por los cuales el referí terminó quitando 2 puntos a cada uno.

Para Cruz, el camino no ha sido fácil desde que a los 15 años,
en 1992, inició por el profesionalismo sin apoyo alguno y con un
costal colgando en el patio de su casa, en el municipio de
Jiquipilas, como única "infraestructura" deportiva.

Consciente de las limitaciones que tenía en la llamada "otra
frontera", o sea, la frontera sur, el ahora campeón se tuvo confianza
y optó por radicar más al norte del país pese a haber tenido un
bueno, pero engañoso, inicio en el profesionalismo.

Los resultados le dieron la razón, pues en su primera pelea en
la capital del país fue noqueado en un round por Martín Honorio,
quien le hizo ver su realidad y darse cuenta de que necesitaba, si
aspiraba a algo serio, entrenar a un mayor nivel, y así lo hizo.

Nuevamente sufrió al intentar acceder a la aduana del boxeo
estadounidense, pero tras perder cuatro peleas en suelo del "Tío Sam"
(una de ellas ante Solís), la halló "la cuadratura al círculo" e
hilvanó victorias para sorprender a la opinión pública al noquear al
veterano pero duro ex campeón mundial filipino Luisito Espinosa, al
que retiró del boxeo.

Ganando unas peleas y perdiendo otras se fue haciendo de un
nombre internacional hasta entrar a las clasificaciones mundiales y
lograr el año pasado el cetro ecuménico que ahora ostenta y que ganó
al también mexicano Orlando Salido en Estados Unidos.

Chiapaneco en su esencia y apariencia, Cruz tuvo la oportunidad de
ser el primer boxeador de su estado en presentarse como soberano
mundial en Chiapas.

Romeo Anaya, campeón mundial gallo en la versión de la AMB en
1973, tras noquear al panameño Enrique Pínder y primer titular
ecuménico nacido en Chiapas, nunca pudo subir como campeón del orbe o
retador a un ring en su ciudad natal.

Anaya tuvo tres peleas titulares. Una ante Pínder en 1973 y ese
mismo año ante el sudafricano Arnold Taylor, ante quien tras ir
ganando claramente, luego de tumbarlo cuatro veces, terminó siendo
noqueado en el round 14 en Johannesburgo, en la que muchos consideran
la mejor pelea de la historia en los gallos.

Luego, sucumbió en su última pelea por una corona mundial ante
Rafael Herrera en 1974, quien ante el chiapaneco retuvo el cetro
gallo del CMB.

Años después, casi 20, otro chiapaneco y con un signo boxístico
similar al de Anaya y Cruz, Víctor Manuel Rabanales ganó, al igual
que ellos a sangre y fuego el cetro mundial, en la categoría gallo y
del CMB al noquear en su propia casa al muy popular japonés Joichiro
Tatsuyoshi, para perderlo en su segunda defensa en 2003 en Corea ante
Jung-Il-Byun y fracasar en otra ocasión en Tailandia ante Veraphol
Sahaprom.

Poco antes, Rabanales, ciertamente, peleó en esta ciudad como
campeón gallo del CMB, pero en su carácter de interino, por lo que
carecía del reconocimiento pleno para ser considerado como titular
mundial. En esa ocasión, en mayo de 1992, defendió la corona interina
ante el argentino Luis Ocampo, al que noqueó sin problemas.

En la segunda pelea más importante de la cartelera, Eric Ortiz fue noqueado en el primer round por Julio Miranda en un combate eliminatorio peso mosca de la FIB.

Información de la agencia Notimex fue usada en este reporte.