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Posición imposible

Su temporada no ha sido solamente decepcionante. Ha sido una película de Freddy Krueger.

Pero al menos hay una cosa buena que estos atribulados Mets de Nueva York pueden decir sobre este espectáculo de horrores del 2009:

Ya casi termina.

El problema con eso, empero, es este: tan pronto como termine esta temporada, será hora de contemplar una pregunta igual de atemorizante:

¿Y ahora qué?

Bueno, desafortunadamente para los Mets, estamos aquí para ayudar a responder esa pregunta. Desafortunadamente para ellos, no estamos aquí para pintar un cuadro muy atractivo.

Pero antes de que entremos en lo que los oficiales de otros clubes piensan que los Mets deberían hacer con respecto al problema en que se han metido, queremos darle la oportunidad al gerente general de los Mets, Omar Minaya, para que diga lo suyo. Y diremos esto sobre Minaya: para ser un hombre que se ha pasado los últimos seis meses enterándose de cómo se siente ser una piñata humana, todavía luce bastante animado.

"Pienso que es un desafío", dijo. "Pero he lidiado con otros desafíos antes. Tuve que armar a los Expos de Montreal de la nada (luego de que MLB tomara control del club). Eso fue un desafío. Cuando llegué aquí a Nueva York en 2004, eso fue un desafío. He lidiado con desafíos antes, y hemos trabajado duro para lidiar con este desafío".

Cuando se lo presionamos para que especificara más sobre ese desafío, Minaya no se entusiasmó mucho en dar detalles. De hecho, no quiso dar detalles del todo. Lo más que pudo decir fue reconocer que "tenemos que ser muy creativos y muy abiertos con respecto a cómo armamos este equipo el año que viene". Y está en lo cierto al decir eso.

De algún modo, Minaya (cuya seguridad laboral está lejos de ser una garantizada) es implacablemente positivo en su apreciación de adónde quiere ir el club a partir de ahora. Por eso, casi odiamos tener que decirle estas noticias:

"Positivo" no sería el vocablo más apropiado para describir las críticas que hemos recibido de alrededor de media docena de expertos consultados sobre el futuro de los Mets. Aquí ofrecemos una muestra:

• "Uno mira ese equipo y piensa '¿qué les espera en los próximos tres o cuatro años?', y no es nada lindo lo que viene a la mente", dice un ejecutivo de la Liga Americana.

• "No hay una solución rápida para ellos", dijo un ejecutivo de la Liga Nacional. "Ellos tienen que reconstruir la mitad del equipo titular y casi todo el plantel de lanzadores abridores".

• "No tienen otra opción más que reconstruir", dijo un oficial de un equipo de la Liga Americana. "Es difícil de hacer en Nueva York, pero tienen que soportar durante un par de años y redesarrollar su sistema. No veo cómo este equipo pueda reconstruirse con uno o dos agentes libres. Eso lo sé".

• "Probablemente deberían eliminar al gerente general y a mucha gente que ha estado ahí, e ir en otra dirección completamente", dijo un cazatalentos de la Nacional. "Simplemente háganlo. Pero igual no estoy seguro de cómo lo harían. Tienen muchos jugadores que la gente no quiere, tipos que ganan demasiado dinero. Y no hay mucho en su sistema de menores. Por eso, a menos que gasten para solucionar sus errores, se habrán puesto en un gran agujero durante los próximos seis a ocho años".

Bueno, no todos los tipos con los que hablamos fueron tan ásperos. Este fue, después de todo, un equipo que tuvo a 19 jugadores en la lista de lesionados esta temporada. Y luego escuchamos una comparación entre este equipo de los Mets con los Marineros del 2008, otra debacle en un club que regresó a la buena salud, se propuso mejorar la química del equipo, y al menos se transformó en un equipo respetable ese año.

¿Pero luego de una temporada como ésta (y las dos dolorosas conclusiones de las temporadas previas), pueden estos Mets realmente decir que si hacen algunos retoques en su plantel y todos regresan a la buena salud estarán bien?

"No", dijo un cazatalentos de la Nacional, "porque no lo estarán. No podrían competir con Filadelfia, Florida o Atlanta el próximo año aún si estuviesen en buena salud. Si ese es su enfoque, terminarán detrás de todos esos equipos el año próximo".

¿Y qué pasa si los Mets terminan así? Examinemos algunos de sus grandes problemas:

El plantel de pilotos, gerentes y entrenadores

Cada vez que la temporada de un equipo termina tan mal, vas a escuchar comentarios de que hace falta despedir a todos menos los vendedores de maní. Y ya hemos escuchado eso. Lo interesante es que ha habido tantas sugerencias de que los Mets tienen que cambiar a sus entrenadores de lanzadores como sugerencias de que necesitan una nueva gerencia.

Surgió el nombre de Dave Duncan. El ex entrenador de lanzadores de Seattle y Arizona. Bryan Price también sonó. Incluso el nombre del viejo entrenador de lanzadores de los Mets, Rick Peterson, surgió. Todo en el espíritu de grupo de darle la oportunidad a una nueva voz. Como lo dijo ya un ejecutivo de la Liga Nacional, "la mejor adición puede llegar a ser no el tipo que lanza sino el tipo que le enseña a lanzar".

Pero el destino del actual entrenador de lanzadores Dan Warthen probablemente esté atado al destino del manager Jerry Manuel, cuyo futuro está sin duda atado al destino de Minaya. Y mientras que Minaya recibió un reciente apoyo del dueño Fred Wilpon, no todos están convencidos de que ese apoyo esté escrito en piedra.

"Si tienen un septiembre vergonzoso, ya veo que tendrán que hacer limpieza", dijo un hombre del béisbol. "Si juegan de manera respetable, apuesto que tanto Minaya como Manuel seguirán en sus puestos. Pero si ni siquiera compiten y se muestran jugando muy mal, apuesto que ambos se irán".

El resto del sistema

Sin importar que la temporada haya sido una pesadilla, la vida no fue exactamente un nirvana más abajo. Los equipos de Triple A y Doble A se combinan para figurar unos 60 juegos por debajo de .500. Ningún equipo afiliado a los Mets tiene marca ganadora. Y ni siquiera hemos entrado en todo el asunto de Tony Bernazard.

"Este sistema es un desastre", dice un ejecutivo de la Nacional. "Ellos van a tener que hacer un cambio direccional completo, en lo organizativo y filosófico".

"Este no es un buen sistema", dice un ejecutivo de la Americana. "Los buenos prospectos que tienen están lejos todavía. No tienen la profundidad necesaria en su sistema ni en su plantel actual".

Y cuando un equipo está casi completamente privado de jugadores de nivel en su sistema de ligas menores para reforzar su plantel "lo más obvio es cambiar jugadores", dijo el mismo ejecutivo de la Americana. "Pero en el caso de ese equipo, no estoy ni siquiera seguro de que pueda llegar adonde necesita llegar".

¿Y por qué pasa esto? Estamos a punto de contarles.

Tapando agujeros

Antes de que nos metamos a discutir qué jugadores necesita eliminar este equipo, primero necesitamos hacer una lista de los que necesitan agregar. No es una lista corta.

"¿Qué van a hacer para armar una rotación detrás de Johan [Santana]?" preguntó un cazatalentos. "Oliver Pérez se transformó en su Adam Eaton. [John] Maine volvió a ser un lanzador de Triple A. [Jonathon] Niese es un novato. Bobby Parnell es el nuevo Aaron Heilman. [Mike] Pelfrey puede lanzar en 4to ó 5to puesto. Por eso, tienen que salir y buscar al menos dos, y probablemente tres abridores.

"Ahora, recorramos el campo de juego. Tienen un buen receptor, un buen inicialista, un jardinero izquierdo y quizás otro en el lado derecho, dependiendo de lo que piensen de [Jeff] Francoeur. También necesitan a un buen relevista zurdo para acompañar a [Pedro] Feliciano. No hace falta decir que necesitan muchas cosas".

Ahora bien, recordemos esto: Los Mets tampoco tienen a nadie en su sistema de ligas menores para llenar estas vacantes. Por eso, aunque este es un equipo con cinco súper estrellas (Santana, Francisco Rodríguez, David Wright, José Reyes y Carlos Beltrán), la caída en nivel hacia el resto del plantel de los Mets es enorme.

¿Y cómo hacer para achicar esa brecha? ¿Solamente con dólares? Difícil. Afortunadamente tienen alrededor de $30 millones en contratos que terminan pronto. ¿Pero tienen los Wilpons la fuerza financiera para comprar todo lo que su equipo necesita? Y aun si lo hacen, estarán lidiando con un grupo de agentes libres tan mediocre que no tendrán suficientes jugadores para comprar.
Por eso, la respuesta es obvia: Ellos deberían simplemente hacer cambios para llenar esas vacantes. Pero eso lleva a la pregunta más complicada de todas: ¿Cambiar a quien?

¿Cuál es el trato?

Aquí es donde se complica. Éste es un equipo que no necesita solamente hacer cambios para tapar uno o dos agujeros. Es un equipo que muchos expertos del béisbol piensan que necesita un trasplante masivo de química.

"Necesitan pensar en el carácter, y traer a jugadores de mucho carácter", dijo un experto. "La mayor diferencia entre los Filis y los Mets, es que los Filis tienen tipos en su vestuario que se cuidan entre sí y que solamente piensan en ganar. Los Mets no tienen la misma cantidad de tipos así".

¿Qué necesitan los Mets? Hemos escuchado términos como "jugadores de verdad" o "jugadores del pueblo trabajador" una y otra vez. Para ser un equipo verdaderamente grande, dijo un cazatalentos, "uno necesita trabajadores, no estrellas. Y los Mets tienen un equipo de estrellas pero nadie que haga el trabajo sucio".

Por eso, la solución lógica es ésta: cambien a una o dos de esas estrellas. Remuevan la mezcla. Y ayuden a sanar las heridas de tres temporadas seguidas de errores continuos.

Bien, eso suena lógico. Pero ahora fíjense en cuáles de esas estrellas podrían cambiar. Buena suerte.

¿Santana? Ni locos. ¿K-Rod? Acaban de contratarlo. ¿Luis Castillo? No es negociable.

Bien, esos quedan afuera. Ahora pregúntense esto: ¿Hay posibilidades de que puedan incluso pensar en cambiar a David Wright?

"No. No pueden", dijo un ejecutivo. "Es el rostro de la franquicia".
Entonces nos quedan dos: Carlos Beltrán y José Reyes.

"Si concluimos que esa es la solución, que hay que hacer un cambio en el grupo esencial, entonces tienes que cambiar a uno de ellos dos", dijo un experto. "Y tiene que ser Reyes".

¿Por qué? Porque Beltrán tiene una cláusula que bloquea los cambios. Y porque le quedan $37 millones en su contrato durante los próximos dos años. Y porque sus 2,5 meses en la lista de lesionados, con algo que ha sido descrito como una "rodilla golpeada", no lo han hecho el candidato más atractivo del mundo.

Eso nos deja a Reyes, solamente por pura eliminación. Pero él tampoco es exactamente el jugador más saludable del planeta. Y aún si lo fuese, pregúntense esto: ¿Podrán los Mets realmente convencerse a sí mismos de cambiar a un jugador así, con este talento, que todavía es un joven de 26 años y que ha firmado un contrato muy barato por los próximos dos años?

Bueno, los ejecutivos que consultamos dicen que los Mets tienen que apretarse la nariz y hacer exactamente eso. Pero esa opinión no fue unánime, para nada.

"Será mejor que piensen dos veces antes de mover a ese tipo", dijo un oficial de un equipo. "Los jugadores así son difíciles de encontrar. La reputación que tiene ahora es que no quiere jugar, pero vean la cantidad de juegos que ha acumulado antes de este año: 159 el año pasado, 160 en 2007, 153 en 2006, 161 en 2005. Este tipo juega. Disculpen. No lo voy a cambiar, si fuese ellos. No hay manera".

¿Pero si los Mets no lo cambian, significa eso que no deben cambiar a nadie? ¿Y si no hacen algún tipo de cambio significativo de jugadores, y sus fanáticos pierden la fe, les será posible venderles los Mets del 2010 a una ciudad en la que las gorras de los Yankees superen a las suyas por 1.000 a 1, como aquí?".

Esto, amigos, resume el imposible problema de los Mets de Nueva York. No pueden cambiar a los tipos que podrían cambiar. Los tipos que estarían felices de irse no lo hacen porque nadie los quiere. Y no hay suficientes dólares en la vieja cuenta de los Wilpon para resolver este problema con dinero solamente.

"¿Y entonces qué hacen?", pregunta un ejecutivo. "No tienen muchas opciones reales. Y eso es un problema".

¿Entonces, ustedes pensaban que los últimos cinco meses se sentían como un viaje en el Titanic para este equipo? Sigan sintonizando. El gerente general dice que le gustan los desafíos, ¿no? Bueno, esperamos que así sea. Porque si se queda en su puesto, se enterará que el desafío más grande de su carrera todavía no ha siquiera comenzado.

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