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Las calles de Montevideo

MONTEVIDEO (Enviado especial) -- El gol de Diego Lugano en el césped sintético de Saprissa dejó a los hinchas uruguayos a un paso de la Copa del Mundo y con una tranquilidad que desde hace muchos años no sentían en una instancia decisiva como esta.

En las calles de Montevideo se palpa la confianza tras la victoria visitante, porque un empate en el Centenario dejará a Uruguay en su 11º Mundial. Eso hizo que la gente pase del nerviosismo inicial tras la dura derrota ante Argentina a esta relajación propia de un Seleccionado que ya tiene un pie en Sudáfrica.

Las pocas banderas nacionales que adornan las principales avenidas se confunden con las insignias rojas, azules y blancas, propias del clima político que se vive en la ciudad a días del Ballotage presidencial.

"Esto no está ganado para nada", afirma un joven que pasa por la puerta del hotel en el que está concentrado el Seleccionado de Costa Rica, como si percibiera la presencia del enemigo e intentara mostrar algo de respeto.

Pese a lo que suponían en sus planes de negocio, los vendedores de banderitas no atraviesan un momento próspero: "no pasa nada, la gente ya se ve en el Mundial y casi no va a festejar el miércoles", se quejó Horacio en una de las esquinas más transitadas de la capital charrúa.

La Selección de Uruguay realiza su preparación en el predio "Uruguay Celeste", ubicado en las afueras del centro urbano. Por eso, los dirigidos por Oscar Tabárez no llegan a sentir lo que se vive en las calles montevideanas.

De todas maneras, otro de los sentimientos que se hace presente entre los charrúas, además de una indiferencia propia de los confiados, es la cautela. Es como si los simpatizantes siguieran la idea de Diego Lugano, el capitán del equipo, quien declaró: "El triunfo en Costa Rica es importante pero no nos distrae del objetivo final".

Pese a este confianza extrema, el Centenario lucirá repleto este miércoles. Todas las localidades puestas a la venta volaron de las boleterías y casi 60.000 personas llenarán el estadio.

Casi ocho años atrás, la Celeste estaba en la misma situación que hoy y la historia tuvo un final feliz, aunque en 2005 también se llegó al repechaje y el Mundial de Alemania se quedó sin el campeón de 1930 y 1950. Claro, la gente prefiere recordar aquel partido que el equipo de Víctor Púa le ganó 3-0 a Australia en casa. Cualquier uruguayo pondrá cara de espanto si se menciona la triste madrugada de fines de 2005.

"Vamos a clasificar y allá en Sudáfrica llegaremos muy lejos", las palabras de un taxista que conoce la ciudad a la perfección son muy optimistas y representan el máximo anhelo de los uruguayos, aunque muchos todavía no piensan en lo que pueda suceder en la primera Copa del Mundo africana.

Asi vive Montevideo estos nublados días de espera en busca de una nueva clasificación mundialista. Entre la confianza total en un equipo que estuvo a punto de llegar a Sudáfrica de manera directa y la mesura.ante un duelo que se presumen accesible pero que aún no está sentenciado.

"Estamos cerca de cumplir un sueño que tenemos desde hace tres años y medio", afirmó Oscar Tabárez este lunes. Ese sueño es el mismo de todo el pueblo uruguayo, que vive el fútbol como pocos y quiere volver a sentirse entre los mejores del mundo.

"Parecen mentira las cosas que veo por las calles de Montevideo", la música de Falta y Resto atrona desde un local sobre la avenida 18 de julio. Este miércoles por la noche todos sueñan con que en cada rincón de la ciudad se vuelva a festejar un gran triunfo de la Celeste.