<
>

La historia de Suiza 1954

Getty Images

SUIZA 1954

Equipos: 16.

Equipos en Eliminatorias: 45

Ausencias notables: España.

Sorpresas: República de Corea.

Goleador: Sándor Kocsis (Hungría), 11 goles.

Estadísticas: Se marcaron 140 goles (4.00 por partido); Hungría (27) fue el más goleador, de este torneo y de toda la historia.

La primera fase se disputó en cuatro grupos de cuatro equipos cada uno, con dos cabezas de serie que no jugaban entre sí. Si dos seleccionados terminaban con la misma cantidad de puntos, debían disputar un partido desempate. Los dos mejores de cada zona avanzaron a los cuartos de final.

Número de partidos jugados: 26.

Innovaciones
• El torneo fue televisado por primera vez.
• Todos los partidos empatados tras los 90 minutos fueron a tiempo extra. Sólo si la igualdad se mantenía tras 120 minutos, el partido se consideraba empate.

Controversias
• El sorteo para el Mundial se realizó antes de que finalizaran las eliminatorias. España, que había sido considerada cabeza de grupo, tuvo que ser reemplazada después de ser eliminada por Turquía.
• Tres jugadores fueron expulsados en el partido entre Hungría y Brasil, que quedó para la historia como "la batalla de Berna". Las grescas continuaron aún después del partido, cuando los brasileños irrumpieron en el vestuario húngaro.
• Se ha dicho que los alemanes salieron dopados a jugar el segundo tiempo de la final, ya que lucieron mucho más fuertes que en la etapa inicial.

Curiosidades
• Al arquero coreano Yung Hong Duk le convirtieron 16 goles en dos partidos.
• Fritz y Otmar Walter, de Alemania Occidental, se convirtieron en los primeros hermanos en ganar un Mundial. En las semifinales se había convertido en los primeros hermanos en marcar goles en un mismo partido de un Mundial.
• Hungría llegó a disputar la final con un invicto de 29 partidos en cuatro años.
• El equipo alemán era aficionado, ya que en aquel tiempo no había una liga profesional en ese país.
• Arthur Ellis, el árbitro inglés que dirigió "la batalla de Berna", se convirtió en comentarista de un programa de TV de la BBC.

Historia

Con el campeonato regresando a Europa y recuerdos frescos de la guerra todavía en las memorias de todos, la FIFA eligió organizar el Mundial en el país más neutral de todos: Suiza. Los suizos se habían comprometido a construir varios estadios. Y aunque no cumplieron del todo, el torneo terminó siendo rentable para la FIFA y para el país organizador.

El equipo que más entradas vendió fue, sin dudas, Hungría, que había barrido con todo lo que le ponían por delante en los Juegos Olímpicos de Helsinki 1952. Con un ataque extraordinario que se entraba alrededor del centrodelantero Nandor Hidegutki y en el talento explosivo del capitán Ferenc Puskas, los húngaros llegaban invictos tras cuatro años.

Los actuales campeones, Uruguay, que viajaron por primera vez a Europa para disputar el Mundial, mantuvieron a casi todas sus estrellas de 1950. Alemania Occidental, liderada por el talentoso Fritz Walter, también mantuvo a algunos jugadores del Mundial previo, pero muchos de ellos cayeron en desgracia tras el resultado del segundo partido. Tras vencer 4-1 a Turquía, se enfrentaron a los poderosos magiares, que venía de golear 9-0 a Corea del Sur. Hungría goleó 8-3 a Alemania, que jugó, para muchos, el mejor fútbol visto hasta ese momento.

Pero mientras los alemanes fueron completamente dominados, el mediocampista Werner Liebrich hizo probablemente la jugada más importante del torneo, cuando una salvaje entrada dejó a Puskas lesionado en su tobillo, por lo que tuvo que dejar el campo de juego. Pero aún sin su general, para todos los húngaros seguían siendo los grandes favoritos.

Uruguay, por su parte, disfrutaba de sus días del otro lado del Atlántico. Avanzaron su grupo tras batir 2-0 a Checoslovaquia y aplastar 7-0 a Escocia. El entrenador escocés Tommy Docherty puso como insólita excusa a la derrota que el himno nacional tocado antes del partido había sido tan largo que sus jugadores quedaron exhaustos antes de comenzar a jugar.

Con Schiaffino y Varela repitiendo lo hecho en 1950, los ingleses también cayeron a manos de los uruguayos.

Brasil era un equipo en proceso de reconstrucción después del desastre de 1950. Así y todo, el partido de cuartos de final ante Hungría aparecía como promisorio. Pero nada del Jogo Bonito pudo verse, en lo que siempre se recordará como "la batalla de Berna". Dos brasileños y un húngaro fueron expulsados y Puskas – todavía marginado por una lesión – implicado en un incidente tras el encuentro con Pinheiro, definitivamente el fútbol no fue ganador del día. La victoria quedó para los magiares, con dos goles del delantero Kocsis.

En semifinales, en un gran partido, los uruguayos consiguieron un tardío empate a través de Hohberg que obligó al tiempo extra, donde los húngaros mostraron su clase. Y fue otra vez Kocsis quien le dio el triunfo a su equipo, por 4-2.

Los oponentes finales de Hungría fueron los locales de Alemania, quienes después de verse obligados a jugar un partido de repechaje ante Turquía, habían conseguido avanzar con facilidad, derrotando 2-0 a Yugoslavia y 1-0 a Austria, en las semifinales. Con un Walter brillante, los alemanes llegaban al partido decisivo con una propuesta mucho mejor que la que tuvieron en el primer encuentro con Hungría, que terminó en goleada humillante.

Puskas se mantenía en duda para la final por su lesión de tobillo quitándole casi toda movilidad. Pero a pesar de todo, logró recuperarse parcialmente. Aunque algunos temieron que su vuelta al equipo en esas condiciones pudiera ser contraproducente, en un equipo que había funcionado a la perfección con Hidegutki, Kocsis, Budai y Czibor.

Pero toda esa especulación pareció terminarse en sólo ocho minutos. Puskas convirtió tras un rebote, a los seis minutos. Y dos minutos más tarde Czibor aumentó la ventaja. ¿Serían ahora, finalmente, campeones los húngaros? Las dudas comenzaron dos minutos después. Tras un centro de Schafer, Max Morlock descontó. Y un error del arquero Grocsis permitió empatar a Uwe Rahn, a los 18 minutos.

Ahora era el momento de los alemanes, que lo supieron aprovechar a la perfección. A sólo seis minutos para el final, Rahn se quedó con el balón tras otra falla de la defensa y marcó el gol de la victoria desde el borde del área.

Hungría vendió cara la derrota, que a punto estuvo de evitar, cuando Puskas, que había tenido una pálida actuación, convirtió un gol, pero fue anulado por posición adelantada. La decisión del árbitro fue muy protestada, pero el resultado se quedó como estaba.
Los alemanes occidentales eran los campeones y Hungría había desperdiciado su mejor chance la historia para quedarse con un Mundial. Dos años después, Hungría colapsó tras la revolución y muchas de las estrellas de 1954 escaparon del bloque comunista. El fútbol húngaro no ha vuelto a ser el mismo desde entonces.