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Hora de homenajearlo

El Comité de Veteranos tiene otra oportunidad de entrar a Marvin Miller al Salón de la Fama AP Photo/Marty Lederhandler

Nota del editor: Esta historia se publicó originalmente en diciembre del 2009, pero la publicamos nuevamente hoy a la luz del fallecimiento de Marvin Miller. Miller se quedó a dos votos de ser electo al Salón de la Fama ese mes y a un voto en diciembre del 2010.

Marvin Miller fue bendecido con longevidad, pero le falta el gen que hace más diplomática a la gente con la edad. Aquí está, a los 92 años, hablando sobre escribir otra carta al Salón de la Fama de Béisbol para pedirle que no lo consideren para la elección de la Clase 2010.

Mucho ha sucedido desde que Miller le urgió al Comité de Veteranos que removieran su nombre de la votación hace dos años. Su esposa, Terry, murió en octubre a los 90 años, dos meses antes que la pareja festejara los 70 años de casados. Ahora Miller está lidiando con fallas emocionales y fragilidades de la edad. Sufrió un leve infarto en abril, terminando sus días de jugador de tenis. Desde la muerte de Terry, se ha visto inundado con facturas médicas y formularios del seguro que a una altura de la vida cuando la letra chica se vuelve cada vez más pequeña.

Pero nadie va a votar a Miller por compasión en Cooperstown, y el preferiría no ser parte de un proceso que considera una vergüenza.

"Estoy algo entretenido por esto", dijo Miller por teléfono la semana pasada. "Pedí no ser incluido en la votación y lo dejé presentado por escrito, y me respondieron diciendo que nadie podía decirles que hacer. Fue un pedido razonable considerando las circunstancias. ¿Por qué me siguen poniendo en la lista y al mismo tiempo, manipulan la elección para que no pueda ser elegido?".

La farsa se ha arrastrado durante tanto tiempo, que hay sólo una solución razonable: el Salón de la Fama debería elegir a Miller más allá de sus sentimientos personales sobre el tema. Y luego podrían emitir una disculpa por tomarse tanto tiempo.

Casi tres décadas después que Miller entregara el mando de la Asociación de Jugadores a Donald Fehr, Cooperstown sigue disminuido por su ausencia. Es increíble --además de mezquino, vengativo y degradante-- que un hombre tan universalmente reconocido como una figura "transformadora" sea rutinariamente ignorado por la institución.

Otra ronda de votación tendrá lugar el domingo, y el comité de 12 hombres encargados de decidir la suerte de Miller debería considerar la cantidad de voces que hay alineadas detrás de esta causa. Miller ha sido halagado durante los años por un plantel de admiradores que incluye a Red Barber, Arthur Ashe, Studs Terkel, Bob Costas, Bill James, Jim Bouton y Jim Bunning. Ahora la lista que lo apoya se ha expandido incluso a adversarios de toda la vida.

Ray Grebey, el negociador principal de parte de los dueños durante la huelga de 1981, recientemente le dijo al escritor de béisbol Murray Chass que Miller merece su lugar en Cooperstown. El Comisionado Bud Selig también ha abrazado ese punto de vista.

"Marvin Miller pertenece al Salón de la Fama, si el criterio pasa por el impacto que has tenido en el deporte, más allá de cualquier manera como midas el impacto", dijo Selig en una entrevista con la cadena MLB Network. "Si, Marvin Miller debería estar en el Salón".

Miller dijo estar "admirado" por el apoyo de Grebey y catalogó como "refrescante" el apoyo de Selig. Eso es lo más expresivo que obtendrás de un economista entrenado que dejó una marca con un discurso racional a expensas de la emoción.

Obviamente, entendemos que una columna en apoyo de la candidatura de Marvin Miller para el Salón de la Fama está destinada a ser una proposición perdedora. Debido al rol de Miller con la Asociación de Jugadores, Miller es el conveniente chivo expiatorio para los fanáticos que se quejan de los altos precios de las entradas, los demasiados títulos de los Yankees y los jugadores ricos que manejan Porsches como si fueran príncipes.

El argumento tiene sentido solo si crees que Montgomery Burns, dueño de la planta nuclear de Springfield en "Los Simpsons", es un paragón de la benevolencia.

Cuando Miller ayudó a fundar la unión en 1966, los jugadores estaban atados a sus equipos originales de por vida, el salario mínimo era $6000 y el plan de pensiones estaba en proceso. Necesitó la ayuda de Curt Flood, Dave McNally, Andy Messersmith y otros para cambiar el sistema, pero los esfuerzos resonaron décadas después.

¿Se ha movido el péndulo demasiado para el otro lado? Quizás, si usas sólo como barómetro el salario promedio de $3.2 millones. Pero aquí van unos números para analizar: las Grandes Ligas generaron un récord de $6.5 billones en ganancias en 2008 y establecieron récords de asistencia desde 2004 a 2007, llevando a Selig a catalogar esta etapa como "la nueva era dorada". El Target Field en Minnesota se convertirá en el 23º nuevo parque que abrirá sus puertas desde 1990 y el alcance mundial del juego sigue expandiéndose.

¿Qué es exactamente lo que Marvin Miller destruyó?

Cierto, los Yankees han ganado siete Series Mundiales desde el primer acuerdo colectivo de trabajo en 1968. También ganaron 19 títulos en un período de 40 años con Babe Ruth y Mickey Mantle, antes que Miller ayudara a acabar con la cláusula de reserva del béisbol. Incluso la percepción de que los salarios más altos llevó a un incremento en los precios de las entradas es una falacia. Cualquier economista responsable podría decirte que el aumento en las entradas se debe a un tema de oferta y demanda, y que las mayores ganancias generan una mayor inversión en talento (a menos que seas los Piratas).

Si hay algo que ayudó a poner la situación de Miller en foco fue la elección del fallecido comisionado Bowie Kuhn por el Comité de Veteranos en 2007. Considerando cómo dominó Miller a Kuhn en los asuntos laborales, esto fue casi como elegir a Chuck Wepner antes que a Muhammad Ali en el Salón de la Fama del Boxeo, porque la cara de Wegner era tan buena para aguantar golpes.

El ex Comisionado Fay Vincent realizó un pedido apasionado por Miller en un editorial en el diario New York Times luego de la elección de Kuhn, y no ha dejado de peticionar desde entonces.

"Es ridículo que Marvin Miller no esté en el Salón de la Fama", dijo Vincent. "Es una vergüenza. Algo de ello se remite al resentimiento porque Marvin puso al béisbol de rodillas durante años, y alguna gente que es negativa respecto a él es porque no tienen cabeza. No creo que una persona justa tuviera alguna duda".

¿Y qué responde Vincent a aquellos que demonizan a Miller por pavimentar el incremento en la riqueza de los jugadores?

"Eso es como culpar a Thomas Edison por hacer quebrar a la industria de las velas", dijo Vincent. "Marvin Miller sacó a los jugadores de su estado de servidumbre. Eran básicamente esclavos. Cómo puedes discutir que no fue algo grande. Significo que el béisbol se volviera parte del mundo moderno".

Lo alarmante es que haya tantos jugadores con poca memoria, o mínimo aprecio por el esfuerzo de Miller. Seguro, Joe Morgan, Hank Aaron y otros nombres prominentes han hablado a su favor. Pero Bouton, uno de los más ruidosos hombres a favor de Miller, cree que los jugadores y la prensa tienen una obligación de apoyar más fuertemente el caso de Miller.

"Si no fuera por la política, tan obvia para todos, Marvin hubiera sido votado hace años", dijo Bouton en un reciente correo electrónico. "En lugar de apuntar al cielo, los jugadores de hoy deberían apuntar a Marvin Miller".

Pero con la excepción de un Nolan Ryan aquí y un Carlton Fisk allá, los jugadores rutinariamente ignoran a Miller en sus discursos del Salón de la Fama.

La peor racionalización vino de parte de Reggie Jackson, quien justificó el hecho de no apoyar a Miller en 2003 explicando que el Salón es sólo "para los jugadores".

Este es el mismo Reggie Jackson que trató de contratar a Miller para representarlo en 1981, antes de que le dijeran que Miller negociaba el acuerdo laboral para toda la unión y que las charlas individuales quedaban a cargo de los jugadores y sus agentes. En otras palabras, Miller fue un héroe cuando el interés económico de Jackson estaba en riesgo, pero Mr. Octubre se pone mañoso y excluyente por no querer enojar el orden establecido. Jackson es un hipócrita de alta escala.

En febrero de 2007, cuando la votación fue abierta a los jugadores, escritores y relatores, Miller recibió 63 por ciento del 75 por ciento necesario para ser elegido. Pero luego de que el Comité de Veteranos no eligiera a nadie durante dos años seguidos y el porcentaje fuera considerado alto, el Salón cambió las reglas y modificó los procedimientos de votación.

El comité de 12 personas, programado para reunirse en Indianapolis el próximo fin de semana, votará a Miller, Gene Autry, Ewing Kauffman y otros siete ex dueños o gerentes en un sufragio para "ejecutivos". Se necesitarán nueve votos, o el 75 por ciento, para que un candidato sea elegido.

Cuando Miller utiliza la palabra "manipulado", se refiere a la reforma del comité. Consiste de tres escritores (Hal McCoy, Rick Hummel y Phil Pepe), dos jugadores del Salón de la Fama (Tom Seaver y Robin Roberts) y siete miembros de la fraternidad de dueños y gerentes (Bill Giles, Bill DeWitt, Andy MacPhail, John Harrington, John Schuerholz, Jerry Bell y David Glass).

El nombre de Miller apareció en sólo tres de las 12 boletas en la primera elección bajo el nuevo sistema. La única razón para sospechar que pueda haber un cambio esta vez es que Seaver y Roberts han reemplazado a Harmon Killebrew y Monte Irvin en el comité. Roberts estaba cerca del final de su carrera en 1965 cuando contactó a Miller para representar a los jugadores. Y Seaver, quien ha dicho que la ausencia de Miller en el Salón es una "deshonra nacional", es una figura carismática cuya opinión acarrea mucho peso en los círculos de béisbol. Quizás no pueda cambiar la opinión de los anti-Miller en el comité, pero se asegurará de que todos escuchen.

De corazón, Miller parece conflictuado sobre la posibilidad de ser honrado. La relación entre el líder de un sindicato deportivo y los dueños de los equipos es naturalmente adversaria, y si la gente con quien has luchado durante tantos años elige premiarte, ¿Qué dice eso sobre cuán vigorosamente representaste a tu lado? Miller entiende el dilema.

"Mucha gente dice, 'Es estúpido. Están arrastrando un resentimiento contra ti'", dijo Miller. "No creo que sea personal. Estas lidiando con un grupo anti-sindicato, y son maldecidos si quieren premiar al sindicato".

Esa es una retórica típicamente belicosa de Miller, quien todavía habla como si fuera el líder del sindicato que peleó por los derechos de los trabajadores de petróleo y automóviles en los 1940's y 1950's. Todavía cree, por ejemplo, que la Asociación de Jugadores erró al aceptar pruebas de esteroides sin causa justa. Traten de probar ese sentimiento en el medio de EEUU.

Cuando Miller habla del Salón de la Fama reconociendo al Sindicato de Jugadores, habla más de un orgullo por los logros del sindicato que por un deseo de reconocimiento personal.

"Si me dieran reconocimiento por los logros del sindicato a través del acuerdo colectivo de trabajo, eso encajaría bien conmigo", dijo Miller. "No me importa que me mencionen a mí".

Mucha gente que recuerda los esfuerzos innovadores de Marvin Miller cree que ese gesto queda corto, y están en lo cierto. Esto no se trata de compasión, o un acto de caridad con un hombre que atraviesa un momento difícil. Se trata de pensar a gran escala, dejando de lado políticas y animosidades personales, y reconocer las contribuciones de un trovador.

Red Barber, el estimado relator, una vez puso a Miller con Jackie Robinson y Babe Ruth como las figuras más influyentes en la historia del béisbol. Nunca habrá un Mt. Rushmore para Miller, Robinson, Ruth y Branch Rickey, pero nunca es tarde para corregir una injusticia con una llamada telefónica. Y el tiempo para reconocerlo ha llegado.