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Walsh delega responsabilidad

La semana pasada hablábamos de cómo Brandon Jennings, el armador de primer año de los Milwaukee Bucks que estaba causando sensación con su juego tan avanzado, se encontraba en una cruzada personal para hacer quedar mal a los equipos que lo pasaron por alto en el pasado sorteo de novatos y de esa forma le convirtieron en el quinto base seleccionado en dicho "draft" y el décimo jugador en total en escuchar su nombre.

También comentábamos de la desilusión que sintió Brandon cuando vio pasar los turnos de Golden State y Nueva York (7mo y 8vo) y estos dos equipos eligieron a otros jugadores, aún cuando él estaba seguro de que sus mejores entrenamientos privados previos al "draft" los había tenido precisamente con ellos.

Ahora, según una nota escrita esta semana por Frank Isola, del periódico neoyorkino Daily News, el presidente de operaciones y gerente general de los New York Knicks, Donnie Walsh, se reunió esta semana con su grupo de evaluadores, para entre otras cosas, culparles por la gran pifia de haberse decidido por el ala-pívot Jordan Hill con ese octavo turno del sorteo pasado y haber dejado escapar a un jugador que les hubiera caído como anillo al dedo para comenzar a subsanar las debilidades del equipo; pues sabido es que los Knicks necesitan de ayuda en la posición de armador.

Aparentemente, el asignar culpas a los "cazatalentos" que trabajan bajo su mandato, pero que fueron contratados durante la jefatura de Isiah Thomas, Walsh quiere lograr dos propósitos; curarse en salud, tratando de hacer ver que él no fue el responsable de tomar una decisión equivocada y ganar puntos en su campaña con los dueños del equipo de que hay seguir deshaciéndose del personal contratado por Thomas y sustituirlo por empleados de su confianza.

En el artículo de Isola, el presidente es citado diciendo que no tuvo oportunidad de aquilatar el juego de Jennings, a pesar de que uno de los evaluadores (Walker D. Russell) le había dicho que le parecía que Brandon era "muy bueno". En otras palabras, Walsh no quiso hacer caso de una recomendación de uno de sus evaluadores, posiblemente por no gozar de su confianza (Russell es uno de esos empleados que quedan de la administración anterior); pero peor aún, dice no haber podido evaluar los talentos de un jugador que tuvo una audición privada con ellos (en la que, dicho sea de paso, también participaron los bases Tyreke Evans y Stephen Curry) y en la que según casi todos lo que estuvieron en dicho entrenamiento, tuvo una actuación destacada.

Cabe preguntarse si Walsh asistió a dicha audición y, de haberlo hecho, si estaba prestando atención. Algunos allegados al proceso piensan que Walsh y el técnico Mike D'Antoni tenían una fijación con elegir al base español Ricky Rubio como prioridad y a Curry como alternativa y nunca se fijaron seriamente en Jennings, por lo que, al no tener ninguna de sus preferencias disponibles, se decidieron por un jugador de una posición totalmente distinta (Hill).

Me parece que la actitud del Sr. Walsh es una acomodaticia y hasta irresponsable, pues sabido es que los evaluadores recomiendan a ciertos jugadores y pueden haber tantos favoritos como evaluadores tenga un equipo, pero la decisión final de a quien se elige cae enteramente sobre los hombros del gerente general.

Lamentablemente, Sr. Walsh, esta caída es todita suya, porque como aprendí hace muchos años en un curso universitario de ética comercial, las tareas pueden delegarse, pero las responsabilidades no.

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