Gordon Edes 14y

Hijo prodigio

El escenario

Mauer

Mauer

Lo que Derek Jeter representa para los Yankees y Albert Pujols para los Cardenales, es lo que representa el receptor Joe Mauer para los Mellizos de Minnesota, y tal vez más que eso porque Mauer es un hijo nativo. Cuando se le preguntó a los residentes de Minnesota en una encuesta a quién les gustaría invitar para la cena de Acción de Gracias, Mauer fue el ganador. Tal vez se deba a que se parece a algún miembro de la familia. Mauer se crió en St. Paul, jugó en el Metrodome por primera vez con su equipo de fútbol americano de escuela primaria, y fue una estrella estatal en béisbol, fútbol americano y básquetbol en la escuela secundaria St. Paul Cretin-Derham Hall High School, donde fue nombrado Jugador Nacional del Año en fútbol americano y béisbol por el diario USA Today.

Rechazó una beca como posible quarterback de Bobby Bowden en Florida State para firmar con los Mellizos, quienes lo eligieron No. 1 en el sorteo de 2001 y fueron criticados por no querer gastar dinero y elegir a un héroe local en lugar del codiciado lanzador de USC Mark Prior. El entonces gerente general Terry Ryan insistió en que el equipo eligió a Mauer porque era el mejor jugador disponible, no porque era un ahorro de dinero.

Ahora, mantener a Mauer en el equipo no será un ahorro de dinero. Será elegible para la agencia libre al finalizar la temporada 2010, a menos que los Mellizos lo firmen a una extensión de contrato. Los Yankees y Medias Rojas, con Jorge Posada y Jason Varitek a punto de finalizar sus distinguidas carreras, están entre los equipos que tienen los medios, y los incentivos, para realizar ofertas estratosféricas por un jugador que a la edad de 26 años ya ha ganado tres títulos de bateo, dos Guantes de Oro y un premio de Jugador Más Valioso de la Liga Americana en una de las posiciones más difíciles del diamante.

La evidencia

"Si tú eliminas la esperanza y la fe de la mente de los aficionados", dijo Bud Selig en una ocasión hace más de 10 años atrás, "tú destruyes el tejido del deporte".

Joe Mauer
AP

Los residentes de Minnesota han apoyado a Joe Mauer desde niño

Es un tema del que habla el comisionado una y otra vez, y es el fundamento de sus argumentos a favor del pote de ganancias compartidas y el impuesto de balance competitivo, mejor conocido como el impuesto de lujo. Pero aunque al béisbol le gusta hacer alarde de que desde 2001, unos 23 de los 30 equipos han clasificado a los playoffs y que ocho equipos diferentes han ganado la Serie Mundial, la noción de que todos los equipos tienen la misma oportunidad de éxito es una noción risible en lugares como Pittsburgh, donde los Piratas han conjugado 17 temporadas consecutivas de balance negativo, o Kansas City, donde durante ese mismo periodo los Reales han perdido más juegos que los Piratas. El año pasado, las cuatro novenas que llegaron a los campeonatos de liga figuraron entre los primeros nueve equipos en nómina salarial, y los Mellizos, que ocuparon el lugar No. 24 en nómina, fueron barridos por los Yankees de $200 millones en la serie divisional. ¿Acaso un año representa una tendencia? No, pero sólo cinco de los equipos de la mitad inferior en la lista de nóminas lograron marcar balances positivos en victorias y derrotas.

Ya van dos veces en esta década que los Mellizos han retado la confianza de sus aficionados por su falta de compromiso con la victoria, primero al cambiar al as Johan Santana a los Mets cuando no pudieron firmarlo a una extensión de contrato durante su año de agencia libre, y luego dejando ir al popular Torii Hunter como agente libre al año siguiente. Haber ganado cinco títulos divisionales en los últimos nueve años ha prevenido un motín entre la base de aficionados de los Mellizos, pero no habría escapatoria posible si los Mellizos no retienen a Mauer, y el béisbol confrontaría un fuerte hecho que contradice el argumento utilizado por Grandes Ligas para la construcción de nuevos estadios: que las ganancias incrementales son necesarias para permitir que los equipos se mantengan competitivos.

Los Mellizos finalmente abandonarán el insípido Metrodome por un nuevo parque de $412 millones, Target Field, cuyo 66% del costo fue financiado por los ciudadanos que pagan impustos. La venta de boletos para toda la temporada se ha duplicado hasta llegar a 18.500 suscriptores, y con la gran campaña de Mauer que se debate junto a la de Mike Piazzade 1997 como una de las más impresionantes para un receptor en el último centenario, los Mellizos tienen algo en común con la NBA y la NFL -- los deportes que mercadean a sus superestrellas mucho más agresivamente -- pero menos así en la MLB: un jugador instantáneamente identificable como el rostro de la franquicia. Lo que Kobe representa para los Lakers y LeBron para los Cavaliers, eso es Joe Mauer para los Mellizos.

Los hermanos Pohlad -- Jim, el director ejecutivo, y Bill y Bob, ambos miembros de la junta de directores del equipo -- heredaron la vasta riqueza de su multimillonario padre, Carl, quien corrió el equipo con magna precaución financiera por un cuarto de siglo. Para ensalzar la fe de sus seguidores, aquellos que aportaron los billetes para construirle a los Mellizos un parque de ensueño, los Pohlad tienen que hacer un esfuerzo mayor para retener a Mauer.

Mauer cuenta con los numeritos para recibir un salario probable de $30 millones anuales, lo que obviamente tendrá un efecto inflacionario en la nómina de los Mellizos. El equipo ya ha comprometido $62 millones para sólo ocho jugadores en 2010, así que confrontarían un aumento de $80 millones a $90 millones. Con su salario actual, Mauer y el resto de los receptores de los Mellizos representan un gasto del 17 por ciento de la nómina detrás del plato; ningún otro equipo ha comprometido más del 10 por ciento en este renglón.

Pero Mauer es un jugador único en su generación. Si los Mellizos no pueden hacer una oferta realmente competitiva para firmar a un jugador que podría, al finalizar su carrera, ser considerado el mejor de su posición, entonces el mensaje de fe y esperanza de Selig es un espejismo.

La conclusión

Siempre existe la posibilidad de que Mauer, a pesar de las sugerencias públicas contrarias, sueñe con conquistar escenarios más grandes y glamorosos. De ser así, es muy poco lo que pueden hacer los Mellizos.

Pero ese no parece ser el caso. Mauer ha dicho que para él es muy importante jugar todas las noches delante de su familia, incluyendo sus abuelos. Su hermano, Jake, acaba de ser contratado para dirigir uno de los equipos de ligas menores de los Mellizos.

Su refugio es una cabaña de troncos de madera a una hora de distancia del parque. Es modesto, humilde y leal, cualidades que lo harían un personaje más de Lake Wobegon, la ficción teatral de Garrison Keillor que representa las cualidades admiradas por la gente de Minnesota.

Su agente, Ron Shapiro, representó a Cal Ripken Jr., quien jugó durante toda su carrera con los Orioles y llegó a tener un culto de seguidores en Baltimore, parecido al que Mauer ha forjado en Minnesota. Shapiro representó a Kirby Puckett, el jugador más popular de los Mellizos antes de Mauer que dejó mucho dinero sobre la mesa -- de Boston -- para renovar contrato con los Mellizos.

La grandeza de Mauer no depende del código de área telefónica en el que juegue. Pero su leyenda nunca será borrada de los lagos de Minnesota si renueva su contrato con los Mellizos. Y eso sólo puede representar algo positivo para Grandes Ligas, siempre necesitada de algunas leyendas para restaurar la gracia de un juego que ha perdido el camino en el escándalo de esteroides de la última década.

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