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Canelo Álvarez en la antesala del éxito

JALISCO -- Como si se tratara de una maquinaria perfectamente aceitada, en la que todos los engranajes encajan sin hacer el menor ruido, la impavidez de los cerros del predio Villa Primavera coinciden exactamente con la serenidad y el aplomo de Saúl Álvarez.

Pero lo paradójico es que no estamos ante un avezado viejo campeón mundial con mil batallas sobre sus hombros, sino ante un chico de apenas 19 años, al que ya todo México conoce simplemente como El Canelo, el mejor y más popular prospecto de estas tierras en la actualidad.

De hecho, hasta hace algunas semanas, los promotores más importantes del mundo se disputaban su firma. Fue, finalmente, la Golden Boy Promotions de Oscar de la Hoya la que logró seducirlo y para la cual peleará de ahora en más. Aunque se tratará de co-promociones, ya que este joven nacido en Guadalajara ya ha formado su propia empresa, Canelo Promotions.

A diferencia de otros púgiles, no fue su padre ni alguno de sus abuelos quienes lo inspiraron a la hora de ponerse los guantes. Sin embargo, el Canelo puede decir orgullosamente que integra una familia puramente boxística, ya que él y todos sus seis hermanos varones son boxeadores profesionales. De hecho, en un evento único a nivel mundial, el 28 de junio de 2008 todos (Saúl, Rigoberto, Gonzalo, Daniel, Víctor, Ramón y Ricardo) pelearon en la misma cartelera, realizada en el Palenque Calle 2 de Zapopan.

Pese a su corta edad, Saúl ya cuenta con 31 peleas profesionales, aunque su entrenador, José Chepo Reynoso, asegura que, en realidad, son 43, ya que algunas no fueron debidamente registradas y están intentando oficializarlas.

Pero más allá de todas estas características tan especiales que lo rodean, en el presente del Canelo sólo hay tiempo para el entrenamiento. Desde el 8 de febrero se encuentra concentrado en un predio deportivo en la zona de Zapopan, a unos 30 kilómetros de Guadalajara, donde comparte equipo de trabajo con algunos compañeros de su gimnasio, el Julián Magdaleno.

"Estamos entrando en una etapa de primer nivel, y por eso decidimos concentrarnos aquí, donde sólo hay lugar para el trabajo y el descanso. No saldré de este lugar mientras dure la concentración. Por ejemplo, trajimos un sparring argentino (Javier Francisco Maciel), ya que aquí se me hace difícil conseguirlos", afirma el Canelo, que el próximo 6 de marzo enfrentará al estadounidense Brian Camechis, en Tuxla Gutiérrez, Chiapas.

Pero aunque, con lógica prudencia, ni él ni su entorno quieran referirse a ello en detalle, en realidad esta preparación apunta en buena medida al esperado debut en Las Vegas. La Golden Boy Promotions le aseguró que protagonizará la pelea semi-estelar del choque entre Shane Mosley y Floyd Mayweather Jr., programado para el 1 de mayo. Su rival sería el inglés Matthew Hatton (hermano de Ricky), aunque esto no está confirmado aún, y hará sesiones de sparring con Shane Mosley.

"Ellos quieren los mejores combates para mí, convertirme en una figura mundial. Por supuesto que eso me motiva muchísimo, pero ahora sólo estoy enfocado en la pelea del 6 de marzo. Primero hay que ganar esa", asegura.

La rutina diaria en Villa Primavera comienza temprano en la mañana, con corridas que a veces comienzan en la carretera a Los Nogales y terminan, siete kilómetros más adelante, a través de un tramo pedregoso y en subida.
Por las tardes llega el turno de los guanteos, donde el Canelo muestra su aplomo y su explosividad, para luego terminar con sesiones de guanteletas a cargo de Edison Reynoso, en las cuales muestra una velocidad asombrosa, casi sin dejar ver sus golpes.

Ya por la noche, después de la cena, el Canelo hace un alto para hablar en exclusiva con ESPNdeportes.com. Y, entonces, su cabello rojizo (que le da su apodo) y la sonrisa de niño contrastan con su físico robusto y, especialmente, con el tono reflexivo de cada una de sus palabras, siempre medidas antes de de ser arrojadas.

-Cuéntanos sobre tus comienzos en el boxeo.

-Creo que al boxeo lo llevo en la sangre. Desde chico, no había un solo día en que no peleara. En el barrio, o cuando jugaba fútbol (asegura haber sido un buen marcador lateral derecho en un equipo llamado Reforma), siempre me peleaba con los más grandes. De un sólo golpe los madreaba. Pero en realidad no tuve ídolos en el boxeo. Me gustan (Miguel) Cotto, (Shane) Mosley, De la Hoya y las combinaciones de Julio César Chávez. Pero yo me metí al boxeo cuando vi debutar a mi hermano más grande, Rigoberto, al que llaman el Español. Allí me comenzó a gustar en serio. Él comenzó a entrenarme y tan sólo una semana después debuté como amateur, con 11 años de edad. Mi hermano luego se fue a Tijuana y, cuando regresó, trajo un juego de guantes. Los usaba con mis amigos y mi hermano se dio cuenta de que yo tenía malicia, que servia para esto. Entonces me llevó con Chepo Reynoso. Y a las tres semanas quedé de campeón en la Olimpíada nacional, a los 13 años, lo cual repetí al año siguiente. A los 15 años tuve que debutar como profesional porque ya nadie quería pelear conmigo en amateur. Me acuerdo que tumbé a mi rival (Abraham González) en el primero, pero aguantaba mucho.

-A partir de allí, tu carrera fue meteórica...

-Así es. Por ejemplo, en mi quinta pelea empaté con un muchacho (Jorge Juárez) que ya tenia 12 peleas. Y para colmo yo no estaba bien entrenado. Mis primeras cuatro peleas fueron como superwelter. Y luego ya di el salto a welter. Otra experiencia fue haber ayudado a Oscar Chololo Larios y a Marco Antonio Barrera, cuando tenía 15 años y ellos se preparaban para sus peleas mundialistas. Y así hasta llegar al presente. Creo que toda mi vida fue siempre arreglándomelas solo y a los golpes.

-O sea que tu infancia y tu adolescencia han sido fuera de lo común.

-Bueno, sí. Yo me hice solo. Porque mis padres se separaron cuando era muy chico. Vivía con mi padre, pero él tenía que trabajar, así que pasaba solo la mayor parte del día. Pero jamás me faltó nada. Quizás el contacto permanente, el cariño de mis padres. Pero ahora me doy cuenta de que es mejor como ellos lo hicieron. Entonces dejé la escuela por el boxeo, porque sabía que tenia cualidades y quería ser alguien en la vida. Los chicos de mi edad normalmente quieren estar en fiestas, hacer cosas de adolescente. Pero yo preferí ser disciplinado, para dedicarme a lo que me gusta. Además, tengo una niña de dos años, Emily, y ser padre es una gran responsabilidad, también. Todas estas cosas han enseñado mucho para poder lidiar con el presente que nos toca.

-¿Qué hay de cierto sobre tu rivalidad con Julio César Chávez hijo?

-No mucho. Nosotros buscamos los peleadores buenos, y Julio es el puro nombre. Además, ahora él es un peso medio. La verdad es que esa supuesta rivalidad se dio cuando en una de mis últimas peleas (ante el ruso Marat Khuzeev, en agosto del año pasado), un auditorio repleto de miles de aficionados empezó a gritar que querían a Chávez hijo para mí. Y entonces le lancé el reto públicamente. Pero ahora realmente no me interesaría.

-¿Y cómo te ves, por ejemplo, en un pleito ante otro gran welter mexicano, como Antonio Margarito?

-Quizás todavía no esté listo para él en este momento. Porque si bien no es un peleador listo, me aguantaría los golpes. Pero podría darse en un año, quizás. Nunca se sabe.

Pero sí te declaraste listo para Mayweather Jr., que ha logrado aún mucho más que Margarito.

-Sí, eso es cierto. Pese a que muchos digan que estamos locos, pensamos que puedo ganarle o hacerle una gran pelea. Porque Mayweather Jr. no pega nada. Es difícil y muy rápido, pero yo también lo soy, y no me pegan fácil. Y aunque ha peleado con boxeadores de nombre, yo tengo mi experiencia, también.

-¿Entonces enfrentarías al ganador de Mayweather Jr. vs. Mosley?

-Enfrentaría a Mayweather Jr., sin dudas. Pero hay que esperar qué ocurre el 1 de mayo y luego podremos analizar. También creo que podría pelear con Manny Pacquiao, o con Cotto en algún momento.

-Por los nombres que das, no te andas con chiquitas. ¿Cuáles son, entonces, tus objetivos en el boxeo?

-Muchos pueden se campeones del mundo. Pero a mí me gustaría ser una figura, una estrella del boxeo, llegar muy lejos. Que cuando hablen del boxeo se acuerden del Canelo. Que digan que hizo cosas chingonas. Y para lograrlo hay que ser dedicado y disciplinado. Dios me ha dado el carisma y la compatibilidad con la gente. Pero mi trabajo es no creerme los elogios. Me motivan, por supuesto, pero hay que tomarlos con calma. Siempre decirse a uno mismo que falta más y más. El primer objetivo, sin embargo, es cerrar este año como campeón mundial, sin dudas. Pero siempre sabiendo que no he llegado a nada todavía. Lo mejor está por venir.

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