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Dallas, el equipo del momento

Caron Butler, Brendan Haywood y DeShawn Stevenson dieron más fortaleza a los Mavericks AP

En el análisis que hacíamos, en una de nuestras columnas previas, sobre las adquisiciones más importantes hechas por distintos equipos de la NBA antes de que se consumiera el plazo para transacciones, colocábamos a la de los Dallas Mavericks (Caron Butler y Brendan Haywood) como la segunda más importante de todas; sólo superada por la de Antawn Jamison por parte de los Cleveland Cavaliers.

En esa transacción con los Washington Wizards llegaba un tercer jugador, DeShawn Stevenson, a quien no destacábamos como clave porque entendíamos que, dada la gran cantidad de aleros y escoltas con la que contaban los Mavericks, además de que Stevenson no es un gran jugador ofensivo, quedaría muy atrás en la rotación de jugadores y su tiempo de juego no sería suficiente para ser un contribuyente importante al éxito del equipo.

Esto que pensábamos se ha cumplido en parte, pues Stevenson ni siquiera ha sido sacado a jugar por el técnico Rick Carlisle en 3 de los 10 partidos que ha tenido el equipo desde su llegada y apenas ha producido 13 puntos (1.9 por partido); lanzando un 25% de campo y 14% de triples. Pero, en los partidos en los que ha participado, ha promediado 12.7 minutos y ha contribuido en grande en lo que es su fuerte, la defensiva pegajosa y con mucho roce, especialmente sobre el mejor perimetral del equipo contrario.

Los Mavericks perdieron el primer partido luego de la llegada de estos tres señores (Butler, Haywood y Stevenson), pero luego han conseguido una seguidilla de 9 triunfos consecutivos (entrando al partido del viernes contra Sacramento) que no sólo es la más larga de toda la liga en este momento, sino que les ha servido para dar alcance y pasarles a los Denver Nuggets en la segunda posición de la tabla global de la Conferencia del Oeste.

La llegada de Butler le ha dado un arma ofensiva adicional a Carlisle, con sus 16 puntos por juego y los problemas de pareo que crea para los oponentes; pero lo que ha mejorado sustancialmente desde la llegada de estos tres caballeros es la defensiva colectiva. En 7 de los 10 partidos jugados, el oponente se ha quedado por debajo de los 100 puntos, a pesar de que los Mavericks fomentan un ritmo de juego rápido, que da lugar a más posesiones por partido (unas 94 por equipo en esos 10 juegos). En otras palabras, Dallas no juega defensiva con la pelota en la mano; como suelen hacer otros equipos de la NBA, que fomentan juegos de pocas posesiones y marcadores bajos para que parezca que tienen una gran defensiva.

Butler también es un sólido jugador defensivo y ya hemos reseñado la aportación de Stevenson en ese costado; pero el responsable principal de la mejoría en ese lado de la cancha es Haywood, con sus 2.4 tapas por partido, sus 6.2 rebotes defensivos, la capacidad que tiene para enfrentarse a los centros contrarios sin requerir ayuda y la intimidación que ofrece en la zona pintada a los posibles penetradores. Su aportación les llegó a los Mavericks como maná del cielo, pues su llegada coincidió con la lesión en una mano del otro único pívot del equipo Eric Dampier, cuya ausencia ni siquiera se ha notado.

Hablando de lesiones, una que sí habrá que subsanar con la aportación de varios sustitutos (pues se trata del segundo mejor anotador del equipo con casi 18 puntos por encuentro) es la de Jason Terry, quien sufriera fractura en el hueso orbital de uno de sus ojos durante el partido del miércoles contra Minnesota y fuera sometido a cirugía reconstructiva el viernes en la mañana. Terry deberá estar fuera entre una semana y un mes (dependiendo de su capacidad de recuperación luego de la cirugía) y jugadores como el propio Stevenson, José Juan Barea, Rodd Beaubois y Matt Carroll podrían ser todos utilizados para llenar la vacante.