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Se siguen quedando atrás

BOSTON -- ¿Michael Finley vino aquí porque quería tener la oportunidad de ganar otro anillo? Por ahora, ha presenciado tres partidos: una abominación, una derrota peleada y un triunfo que debería haber sido una derrota. Debe estar pensando, ¿de todos los clubes del mundo, tuve que venir a éste?

Sin embargo, de cierta manera, Finley, de 37 años, personifica a su nuevo equipo. Estaba destinado a salir de los San Antonio Spurs, equipo que, dicho sea de paso, está teniendo sus propios problemas en el Oeste. De modo que San Antonio tuvo la dignidad de dejarlo ir para que firmara con, ya sabes, un equipo con una verdadera oportunidad.

"Simplemente estamos contentos de que no haya ido a Dallas", dijo el entrenador de los Spurs, Gregg Popovich.

Finley eligió a Boston. Y ahora mismo debe estar pensando, bueno, al menos es mejor que New Jersey.

Pero si creía que estaba más cerca de ganar un anillo, después de un partido como el del miércoles por la noche debe estar cuestionando su estrategia de salida de San Antonio. Los Celtics pasaron vergüenza en manos del joven y atlético equipo de Memphis, que más talentoso de lo que crees. Una combinación de eventos -- joven vs. viejo, fatiga de partidos consecutivos vs. descanso de noche libre, energía vs. inercia, optimismo vs. desesperanza -- resultaron en la aniquilación de 111-91 en el TD Garden. Boston igualó su derrota más contundente de la temporada (de hecho, ambas fueron en casa).

Un juego como éste debe tener a los fanáticos de los Celtics retorciéndose ante el prospecto de un cruce de primera ronda ante un equipo más joven y rápido. (Ya lo sé, estamos hablando de prácticamente todo el resto de la NBA, pero si yo fuera Doc Rivers, estaría rezando por una serie Toronto-Boston. Más allá de eso, ya no hay apuestas.) Los Celtics simplemente no pudieron, o no quisieron, seguir el ritmo de los Grizzlies, permitiendo demasiadas bandejas, volcadas y tiros en salto no disputados. Los Grizzlies lanzaron con una efectividad del 54 por ciento en tiros de campo y ganaron por un margen de 20 puntos en la cancha de los Celtics.

Cuando le preguntaron cómo se sintió ver a su equipo de veteranos compitiendo contra los galgos de la Conferencia Oeste, Rivers dijo que es difícil "cuando les das espíritu". Lo que es sinónimo de no defender. "No cabe duda de eso", continuó Rivers. "No vamos a ponernos más rápidos, y cuando le das esa clase de confianza a un equipo atlético y talentoso, con la forma en la que están construidos, se hace difícil".

También se hace difícil cuando los dos jugadores en quienes más dependes, Kevin Garnett y Paul Pierce, son una mera sombra de lo que solían ser. La línea de la compañía es que mejorarán cuando se acerque el final de la temporada y comiencen los playoffs. Pero al verlos jugar noche tras noche, especialmente a Garnett, uno se pregunta cómo será posible.

KG está de vuelta desde hace casi dos meses y aún parece lisiado. Los jugadores contrarios lo pasan por encima con impunidad. En Milwaukee el martes por la noche, mordió el anzuelo en una finta del alero Ersan Ilyasova, de los Bucks, y cayó de espaldas al suelo mientras Ilyasova convertía su tiro (y el tiro libre). Puedes estar seguro de que la foto de esa jugada se encuentra en cada escaparate de Estambul.

Garnett tiene que estar bien para que las cosas funcionen. Sería demasiado decir que ya no tiene remedio, pero se ve viejo y cansado y, bueno, venido a menos. Pierce tiene un poco más de rienda porque aún se está recuperando de su última lesión (un esguince en el pulgar derecho).

Rivers no se equivoca cuando dice que los Celtics fueron construidos de una forma muy específica. Pero el proceso de construcción se basó en una determinada premisa, a saber, que la base era sólida. Y lo fue. Pero ya no lo es. Los Celtics no rebotan. Pierden en casa (ya llevan 12 derrotas, el total de las últimas dos temporadas, combinadas). Defienden de a ratos. Garnett no está entero.

Es un artículo de fe que los equipos veteranos ganan en la NBA. A pesar de la alegría de vivir que desplegaron los jóvenes Grizzlies, es poco probable que lleguen a los playoffs en la competitiva Conferencia Oeste. Mientras tanto, los veteranos de los Celtics seguramente entrarán en los playoffs, como campeones de la División Atlántico por tercer año consecutivo.

Finley podría haber recibido un pase de playoffs si se quedaba en San Antonio, pero le gustaron más sus chances en Boston. Por ahora, parece que dio un paso lateral, como mucho.