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La inestabilidad echó a Kubiak

Gary Kubiak terminó su estancia en los Texans tras una racha de 11 derrotas consecutivas. Getty Images

DALLAS -- La última gota fue la que derramó el vaso.

Y quizá ni siquiera fue la derrota en Jacksonville, sino el meter de nuevo al juego al mariscal de campo Mat Schaub.

Los Houston Texans anunciaron el despido del entrenador Gary Kubiak la mañana de este viernes, apenas unas horas después de que cayeron ante los Jaguars el jueves por la noche y de que Schaub lanzó una intercepción más que sentenció la 11° derrota consecutiva para los Texans.

Kubiak, de 52 años, es el único entrenador que ha llevado a postemporada a la franquicia que debutó en el 2002 en la NFL.

La última vez fue el año pasado, cuando para muchos analistas y aficionados en Houston, Kubiak debió ser echado, tras quedarse en la ronda divisional por segunda campaña al hilo con un equipo que lucía para mucho más.

"Fue una decisión muy difícil para mí porque pienso y estimo mucho a Gary", dijo el dueño del equipo Robert McNair. "Aquí hemos creado una cultura ganadora y este año no ha contribuido a eso".

Las lesiones, en particular en la defensiva, salvaron a Kubiak, quien siempre supo producir una de las mejores ofensivas por tierra y por aire, aunque consintió demasiado a Schaub como su pasador titular.

Desde la temporada pasada en Houston y en buena parte del estado de Texas, existe la percepción de que Schaub es un mariscal de campo que jamás podrá llevar a su equipo a ganar cosas importantes; el campeonato para el que se supone estaban construidos.

El lunes pasado, el dueño del equipo había asegurado que Keenum era el mariscal de los Texans para el resto de la temporada.

"Vamos a darle la oportunidad de demostrar que puede ser un pasador en la NFL", dijo McNair el lunes. "Ha cometido errores; normal es novato. Pero creemos que puede crecer".

Este año, desde principio de temporada, la situación empeoró con Kubiak y Schaub, dentro y, sobre todo, fuera del campo.

Los Texans ganaron sus primeros juegos de la temporada, a pesar de Schaub, antes de comenzar la que ha sido una caída histórica, que incluye 11 descalabros consecutivos.

"Lo que ha sucedido con esta organización es inaceptable", dijo el gerente general de los Texans, Rick Smith, en un comunicado. "Evaluamos durante las tres últimas semanas el proceso y creemos que hay que ir en otra dirección".

Schaub lanzó nueve intercepciones en los primeros cinco partidos, cuando la afición en Houston comenzó a pedir su puesto, en favor del mariscal local, Case Keenum, una estrella universitaria del área.

La gente en la tribuna comenzó a considerar a Schaub el enemigo público número uno en el Reliant Stadium, ya con señales que rayan en la amenaza, grosería y agresividad por completo.

Por fin, Kubiak se decidió a sacar a Schaub en favor de Keenum, después de perder contra los Rams en casa, en la que fue su cuarta derrota seguida.

Siguió Keenum, un jugador que pasó su año de novato en el 2012 en el equipo de prácticas recién egresado de la Universidad de Houston, y tuvo cuatro juegos con estadísticas decentes, antes de ser reemplazado por Schaub en el tercer periodo del partido contra los Raiders.

Entró Schaub y de nuevo lanzó una intercepción cuando los Texans estaban en la zona roja de Oakland, con el partido en la línea.

Al día siguiente, en Houston los medios y la afición ya ni hablaban del octavo tropiezo en fila; todo era respecto a la abucheada que le dieron a Schaub desde que fue anunciado, así como de la quema de jerseys en los estacionamientos del estadio y del pleito en la banca con varios de sus compañeros.

El receptor Andre Johnson reclamó a Schaub de manera pública y casi llegaron a los golpes en el vestidor después del partido, de acuerdo a varias fuentes.

Ese mismo lunes, Kubiak anunció de nuevo como titular a Keenum, hasta que otra vez lo reemplazó con Schaub este jueves en Jacksonville.

Schaub encabezó un par de series que pusieron a los Texans en posición de competir. Pero de nuevo su indecisión, aparente miedo a tomar el balón y correr con él, o al menos a realizar jugadas bajo presión resultaron en intentos fallidos para tomar la delantera.

Su 10° intercepción del año finiquitó la última esperanza de los Texans por ver la luz. Y de nuevo los medios en Texas aniquilaron a Kubiak por su decisión de meter a Schaub.

Es cierto que las lesiones de ambos lados del balón tampoco ayudaron a Kubiak; jugadores estelares como el corredor Arian Foster o el apoyador Brian Cushing, hace tiempo quedaron fuera para el resto de la temporada.

Pero también es cierto que las decisiones en momento de juego, durante esta y las más recientes temporadas, fueron muy cuestionables para Kubiak, más allá de su insistencia en la posición de mariscal de campo.

Las estadísticas ni siquiera reflejan a un equipo que acumula 11 derrotas al hilo: 10° en ofensiva total, 11° por pase y 16° por tierra, 3° en yardas permitidas.

Este año, incluso, el equipo parecía desde el campamento de pretemporada fortalecido con agentea libres y selecciones colegiales.

Sin embargo, también dejaron ir a jugadores importantes, como Mario Williams, en buen momento de su carrera, también en lo que parecía más motivado a problemas personales y de vestidor, que a su nivel de juego.

Es un hecho que el vestidor de los Texans está partido por completo y que es probable que la ventana de oportunidad, que se abrió hace tres años para competir por un campeonato, se ha cerrado.

Será difícil para Houston mantener todo el talento individual, que en el 2009 llevó a nueve jugadores, entre ellos tres linieros ofensivos, al Pro Bowl.

Ahora será tarea del eterno "Mr. Fixed", Wade Phillips, tratar de terminar la temporada de la manera más decente; ganando sus últimos tres partidos.

Phillips se quedó a cargo porque tiene experiencia en esa labor; por otra parte, su trabajo como coordinador defensivo este año ha venido a la baja de manera considerable.

Houston llegó al partido contra los Jaguars con la mejor defensiva en yardas totales permitidas, pero la 27° peor en puntos aceptados, que al final es como se ganan o pierden partidos.

Kubiak ahora tendrá que descansar en casa las problemas de estrés que lo enviaron al hospital.

Su marca con los Texans fue de 61-64 desde que tomó el puesto de entrenador en jefe en el 2006, y de 2-2 en playoffs, con los cetros de la División Sur de la Conferencia Americana en el 2011 y 2012.

Para el dueño y el resto de la directiva, de nuevo comenzará el trabajo de buscar un entrenador que los pueda llevar lejos y que los reconcilie con una afición que está molesta y que dejó de ir al estadio, un lugar que los años anteriores siempre estuvo a tope. Incluso en la peor época del equipo, cuando nacieron para la NFL.