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Ofensiva en serie

El partido entre Detroit Lions y Philadelphia Eagles se jugó bajo una impresionante tormenta de nieve. AP

BRISTOL -- El domingo después de encender la televisión para ver los partidos de la NFL, me encontré con varias pantallas que tenían tintes blancos. Cinco partidos se celebraron con nieve. La tormenta más copiosa fue en Filadelfia en donde las Águilas recibieron a los Leones de Detroit. No tan severas fueron las tormentas en el Minnesota vs Baltimore, Miami vs Pittsburgh, Indianápolis vs Cincinnati y Kansas City vs Washington. En Denver la temperatura fue gélida al igual que en Chicago en el "Monday Night Football".

El clima, sin lugar a dudas, tiene impacto en el desempeño de los equipos. Es otro factor de adversidad al cual los entrenadores y jugadores tienen que vencer. Unos equipos reaccionan mejor que otros. Los aspectos de mayor impacto son el juego de pase y los pateadores. Con temperaturas bajas las patadas no viajan tan lejos. Este fin de semana regresó un aspecto del juego casi olvidado por los aficionados: los regresos de patadas de salida. Y vaya que regresó con bombo y platillo: hubo tres regresos para touchdown. También tuvimos dos en regresos de despejes.

En el partido entre Filadelfia y Detroit, vimos a un Matt Stafford incapaz de establecer el juego de pase. Por consiguiente, Calvin Johnson, el jugador más peligroso de Detroit, no fue factor en el partido. Tuvimos un encuentro en el que ambos equipos optaron por conversiones de dos puntos, salvo en una ocasión en que el intento fue bloqueado, en lugar de patear puntos extras. Detroit tuvo 7 balones sueltos y perdió tres. Mucho mérito de la ofensiva de Filadelfia de poder establecer el juego por tierra. Durante el partido, LeSean McCoy cambió a tachones de un centímetro de largo para mejorar tracción. No sólo tuvo tracción, estableció una marca de franquicia con 217 yardas por tierra con dos TDs.

Dos partidos, Tennessee contra Denver y Dallas frente a Chicago se jugaron en condiciones muy frías pero con poco viento en Denver, o viento que amainó, como sucedió en Chicago. En esos partidos vimos a dos QBs jugar de manera espectacular. Peyton Manning, en su rueda de prensa, no resistió la tentación de recordarles a sus críticos que el comentario de que no puede ganar cuando hace mucho frío lo pueden meter, en las palabras de Peyton, "en donde el sol no brilla". Manning completó 39 de 59 intentos para 397 yardas con cuatro TDs sin intercepción. Otro QB que lanzó para cuatro TDs, en un partido con temperaturas de –18 grados Celsius fue Josh McCown. Tuvo también un acarreo para TD. Chicago pudo lanzar a placer en contra de una defensiva de Dallas que una vez más brilló por su ausencia y cuyos jugadores parecían querer irse al vestidor a darse una ducha de agua caliente.

Otro factor importante que recalcar es que en los partidos con clima difícil hubo varias jugadas de muchas yardas como fue el caso de Minnesota ante Baltimore, en donde los Vikingos tuvieron un acarreo de 41 yardas de Toby Gerhart y poco después un pase de pantalla de 71 yardas a Cordarrelle Patterson. Marcel Reese de Oakland tuvo un acarreo de 63 yardas y vimos un pase de 48 yardas a Rod Streater, ambos para TD. McCoy tuvo acarreos de 40 y 57 yardas para anotación. Cuando la superficie está resbalosa, la ventaja es para el jugador de la ofensiva que sabe hacia dónde va a hacer su corte. El defensivo no tiene la tracción suficiente para reaccionar y tiende a quedarse corto.

En resumen, la jornada 14 nos dio un preámbulo de lo que podríamos ver en el Super Bowl XLVIII. Por un lado, existe el potencial de gran drama y jugadas espectaculares si llega a caer nieve. Por otro, tendríamos a equipos limitados en su accionar ofensivo y defensivas incapaces de jugar con la agresividad normal.

Hubo una combinación de elementos que no tuvimos en la semana catorce: lluvia helada con corrientes de aire superiores a los 30 kilómetros por hora. Esta combinación crea estragos para los equipos. Es prácticamente imposible jugar. En estas condiciones, la posibilidad de jugadas espectaculares disminuye considerablemente, y los equipos se vuelven conservadores para evitar entregas.

Dicen que en gustos se rompen géneros. Mi preferencia para un Super Bowl es una sede con condiciones ideales en la que los equipos puedan desplegar al máximo sus facultades. Otros seguramente preferirán el drama de una partido con nevada. ¿Qué opinan?

Severa la lesión de Rob Gronkowski en Nueva Inglaterra, y duro el impacto para su ofensiva. Su llegada, después de estar fuera las primeras seis semanas de la temporada, se notó en una ofensiva que pasó de ser mediocre a una de las mejores en la NFL, en particular dentro de la yarda 20. Pero si hay quienes pueden manejar esta situación son Bill Belichick y Tom Brady. Bajo el mismo esquema durante trece años, los Pats han modificado su ataque de acuerdo a las cualidades de sus jugadores. Ganaron tres Super Bowl sin tener un ala cerrada dominante al estilo Gronk. Tal era su carencia en esa posición que alineaban a Mike Vrabel, un linebacker, como ala cerrada en situaciones de corto yardaje. Vrabel tuvo cinco recepciones de TD jugando como ala cerrada.

La diferencia entre los Pats de la semana 15, a los de las primeras seis semanas, es que los receptores jóvenes ya maduraron. Hemos visto jugadas que definieron partidos por parte de Aaron Dobson y Kenbrell Thompkins. El domingo ante Cleveland, Josh Boyce contribuyó con tres recepciones importantes. Danny Amendola parece estar recuperado de sus múltiples lesiones y Julian Edelman es un receptor seguro. Los cuatro corredores están produciendo detrás de una línea ofensiva de primer nivel. Sin duda, la baja de Gronk es de gran impacto para la ofensiva de Nueva Inglaterra. Dejan de ser quizás el mejor equipo de la AFC, pero no dejan de ser peligrosos.

Tuvimos el primer despido de un entrenador en jefe. Una racha de once derrotas consecutivas colmó la paciencia de Bob McNair, quien tiene una gran estima y aprecio por Gary Kubiak. La temporada ha sido frustrante para los Texanos. Perdieron a su mejor jugador defensivo en Brian Cushing y a su mejor jugador ofensivo en Arian Foster. Su QB, Matt Schaub, perdió la confianza de sus compañeros. Aún así, tenían un equipo repleto de talento. El factor decisivo para que alguien como McNair decidiera romper con alguien a quien tanto estima es ver a sus jugadores perder el espíritu de lucha. Cuando los jugadores no se entregan por su entrenador, la causa está perdida.

McNair le tuvo fe a Kubiak cuando este prefirió a Matt Schaub en lugar de firmar a Peyton Manning. En otra ocasión mencioné que alguien, muy arriba en la organización de los Texanos, me comentó que Manning había decidido jugar en Houston y que hasta su esposa había ya encontrado una casa. Kubiak convenció a McNair que Manning no tenía mucho futuro. Qué duro debe de ser para McNair ver a Manning tener quizás la mejor temporada de su carrera y a su equipo sin un QB establecido.

Otro plantel que no se entregó para su entrenador fue Washington. En realidad no lo han hecho durante varios partidos. Esta semana, ESPN.com publicó un reporte en el que se decía que Mike Shanahan quiso renunciar al final de la temporada anterior debido al trato favorable de Dan Snyder hacia Robert Griffin III. Shanahan no negó el reporte. La relación entre QB y entrenador en jefe no es buena, y no hay que olvidar que Washington, a instancias de Shanahan, hipotecó su futuro para seleccionar a Griffin. Dicen que "cuando veas las barbas de tu vecino pelar, pon las tuyas a remojar". Todo parece indicar que Mike Shanahan tiene sus días contados en Washington. Peor aún, para los fans de este equipo, la pesadilla que empezó en 1999 continúa. Se llama Dan Snyder.

Finalmente, honor a quien honor merece. Después del escándalo de vestidor entre Richie Incognito y Jonathan Martin, la verdad es que no le daba muchas posibilidades a Miami de clasificar. Con dos victorias consecutivas ante Jets y Pittsburgh, ambas como visitante, todavía se encuentran metidos en la pelea por la clasificación. Ryan Tannehill sigue siendo capturado con frecuencia y lanza su intercepción de rigor cada semana, pero está compensando con mejores decisiones, y siendo factor acarreando el balón. La defensiva, que ha sido una constante esta temporada, ha subido de nivel. Quizás Joe Philbin es mejor líder de lo anticipado.

Mi pronóstico para Miami al principio de la temporada fue 8-8. Con dos partidos ganables ante Buffalo y los Jets lo deben de superar.