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Ofensiva en serie

NEW YORK -- La última vez que se enfrentaron la mejor ofensiva produciendo puntos, contra la defensiva que menos permitió, fue en el Super Bowl XXV, cuando se enfrentaron los Bills de Buffalo contra los Gigantes de NY. Con Denver y Seattle tenemos otra vez un choque entre la ofensiva más prolifica y la defensiva más férrea.

Recuerdo ese partido como si fuera ayer. Ese año, tuve la mala suerte de sufrir un tirón en la ingle derecha, y terminé en la reserva de lesionados en la cuarta semana de la temporada. Ya recuperado, Bill Parcells decidió mantenerme en el plantel a pesar de que Matt Bahr estaba teniendo una buena campaña. Bahr sufrió una lesión en la Ronda Divisional contra Chicago y no se sabía si podría jugar en el Juego por el Campeonato de la NFC en San Francisco. La decisión se tomaría el sábado, y como era la costumbre de Parcells de volar en viernes para los partidos en la costa oeste, fui parte del equipo que viajó. Bahr se recuperó a tiempo y me resigné a ver el partido desde la banda. Ese fue uno de los años en que el Super Bowl se jugó la semana después de los campeonatos de conferencia. Después de derrotar a San Francisco, volamos directamente a Tampa, sede del Super Bowl.

La ofensiva de los Bills era quizás más imponente que la actual de Denver, con la excepción de Peyton Manning. Además de Jim Kelly, Thurman Thomas y James Lofton llegaron al Salón de la Fama y otro receptor, Andre Reed, ha sido finalista en los últimos años incluyendo el actual. Fuera de Manning, dudo que ningún otro miembro de la ofensiva de Denver termine en Canton.

Eran los inicios de la ofensiva rápida, la cual fue puesta en voga por Boomer Esiason y los Bengalíes de Cincinnati. Cuando las quejas de Marv Levy, entrenador en jefe de Buffalo, aludiendo que la ofensiva de Cincinnati era "ilegal" porque no permitía substituir jugadores, resultaron en vano, decidió adoptar el mismo esquema. El resto, como dicen, es historia. Buffalo llegó cuatro veces consecutivas al Super Bowl, pero las perdió todas, empezando con ese partido contra los Gigantes.

Ese enero de 1991, no fue el duelo de la ofensiva de los Bills contra la defensiva de los Gigantes la que decidió el partido. Fue el enfrentamiento de las unidades complementarias, la ofensiva de los Gigantes contra la defensiva de los Bills, la que inclinó la balanza a favor de Nueva York. Esa noche, bajo el mando de Jeff Hostetler, un QB que pasaba y corría, los Gigantes controlaron el tiempo de posesión 40 minutos. La ofensiva de los Bills no jugó mal. Anotaron 17 puntos en 20 minutos, una efectividad del 85%. El resultado final fue 20-19, pero dos de los puntos de Buffalo los logró su defensiva con un safety de Bruce Smith a Jeff Hostetler. De haber tenido el balón 24 minutos y 45 segundos, que es aún muy bajo, la proyección de puntos habría sido 21, y Buffalo se habría coronado como campeón de la NFL.

Veo grande la posibilidad, al igual como se dio en el Super Bowl XXV, que sea el duelo de la ofensiva de Seattle contra la defensiva de Denver el que decida el partido. Si la ofensiva de Seattle juega como lo hizo ante Nueva Orleans y San Francisco, será difícil que puedan vencer a Manning y compañía. Si Russell Wilson llega a recuperar el nivel que mostró en la postemporada de 2012, y si la "Bestia", algunas veces conocida como Marshawn Lynch, tiene un buen partido, Peyton Manning podría ser espectador en el partido como lo fue Jim Kelly.

Volviendo al duelo que todo mundo quiere ver, la gran defensiva de Seattle contra el ataque arrollador de Denver, recuerdo las caras de mis compañeros después de la primera junta con Bill Belichick para analizar el plan de juego de la defensiva contra Buffalo. El plan sería dejar correr a Thurman Thomas y castigar a los receptores cuando corrieran trayectorias por el centro y a la hora de recibir el balón. La parte del golpeo no les molestó mucho, fue el dejar que Thomas corriera casi sin oposición. El plan resultó. Thomas corrió para 135 yardas en 15 acarreos, pero Jim Kelly no tuvo pase de TD y su ofensiva convirtió sólo un intento en ocho terceras oportunidades.

Es posible que Seattle, haciendo las veces en este Super Bowl de NY, deje que Knoshown Moreno consiga sus yardas, con la idea de limitar a Manning. Aunque la idea tiene mérito, hay ciertas diferencias entre la defensiva de los Gigantes de 1990 y la de Seattle. Aquella era una defensiva de zona casi siempre con dos safeties retrasados. La de Seattle es una defensiva que la mayoría del partido hace coberturas individuales usando un solo safety. Este año, cuando Seattle ha tratado de hacer coberturas en zona los resultados no han sido del todo positivos. ¿Recuerdan el TD de 73 yardas de T.Y. Hilton? En efecto, fue en contra de una cobertura de zona en la que el mismo Richard Sherman no supo a quien marcar.

¿Qué pasa cuando una cobertura individual enfrenta al esquema de Denver con tres receptores? Para empezar, la defensiva tiende a colocar a su grupo "liviano". Me refiero a alas defensivas como Michael Bennett en la posición de tackle defensivo, y a jugadores que presionan como Cliff Avril y Chris Clemons como alas defensivas. Con ese grupo, la defensiva terrestre de Seattle está en la posición N° 17 de la NFL permitiendo un promedio de 5.12 yardas por acarreo. De mantener la defensiva liviana, o "Nickel", con cinco jugadores en la defensiva secundaria, el cansancio podría ser factor. Ningún jugador de la línea defensiva de Seattle ha jugado más del 58 por ciento de las jugadas en un partido esta temporada. Además, los equipos que usan coberturas individuales contra Peyton Manning pocas veces han tenido éxito. La disyuntiva de Dan Quinn, es ¿qué estrategia usar? Ese es un factor que seguiré de cerca durante el desarrollo del partido.

Hay otros factores que entrarán el juego. Uno es la experiencia. ¿El último equipo en llegar a la final sin contar con un solo jugador que haya jugado en el Super Bowl? Lo adivinaron, los Bills de Buffalo de 1990. Denver sólo tiene a cuatro jugadores con experiencia de Super Bowl, y todos ellos experimentaron una derrota: Wes Welker, Jacob Tamme, Dominique Rodgers-Cromartie y, por supuesto, Peyton Manning, el único que también sabe lo que es alzar el trofeo Vince Lombardi.

Regresa Percy Harvin. Harvin jugó poco esta temporada, pero parece estar al 100 por ciento. Harvin estuvo con Darrelle Bevell, el coordinador ofensivo de Seattle, durante las temporadas del 2009 y 2010. Estos días pasé varias horas viendo partidos de Minnesota de esos dos años. Bevell usó a Percy Harvin como receptor por izquierda, por derecha, como receptor interno, en formaciones agrupadas y como corredor. Estoy seguro que los entrenadores de la defensiva de Denver también revisaron estos partidos y gastaron momentos valiosos de práctica planeando contingencias en caso de que Harvin se coloque en un lugar u otro. Aún si no lo hace, ya tuvo impacto en el partido.

No hay que olvidar el clima, podría fácilmente ser el Super Bowl más frío de la historia. En este momento la temperatura más baja se dio en el Super Bowl VI entre Miami y Dallas en la ciudad de Nueva Orleans en el estadio de la Universidad de Tulane. La temperatura ese día fue poco menos de cuatro grados Celcius. El domingo se anticipan dos grados al inicio del partido bajando a tres bajo cero. Peyton Manning nunca ha ganado un partido de playoff en el que la temperatura estuviera a menos de cuatro grados. Esta será la tecera vez en la que Manning se enfrenta a la mejor defensiva en puntos permtitidos en postemporada. Su marca es 0-2 con un TD y seis intercepciones.

No hay que olvidar que desde el 2012, cuando Peyton Manning y Russell Wilson se unieron a sus respectivos equipos, son los QBs que más triunfos han conseguido en la NFL, incluyendo partidos de playoff, 28 victorias para Manning y 27 para Wilson.

Finalmente, tenemos el factor destino. ¿Quién pensaría hace dos años que Peyton Manning estaría jugando futbol Americano a los 37 años de edad después de cuatro cirugías en el cuello? Estoy seguro que la mayoría de los lectores de esta columna que tienen 37 años, de haber tenido cuatro cirugías del cuello, ni siquiera se subirían a la rueda de la fortuna. Además, Peyton busca su segundo Super Bowl en el estadio de su hermano. Eli Manning ganó su segundo en el estadio de Peyton. John Elway comparaba este equipo de Denver con el de 1997, el cual regresó de una derrota dolorosa en casa en la ronda divisional contra Jacksonville para ganar los dos siguientes Super Bowls. El legado de Elway era puesto en duda por la falta de títulos, como es el caso de Manning por tener sólo uno.

Hay argumentos a favor y en contra de cada equipo. Existen varios factores más que hacen de este un Super Bowl fascinante. Esos factores, junto con los ya mencionados, los analizaremos durante la semana en las emisiones de "NFL Esta Noche" y en el programa previo al partido
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Espero nos acompañen.

Quiero agradecer al grupo de Investigación y Estadísticas de ESPN, y a nuestro investigador y colaborador Jim Carr, por proporcionar la mayoría de los datos que usé para esta columna.