Raúl Allegre 10y

Ofensiva en serie

BRISTOL -- Una de las historias que más me llamó la atención durante la semana del Super Bowl la relató Terry Bradshaw. Comparó al equipo de Seattle con el de los Acereros de 1974. "Éramos un grupo muy joven y unido del cual no se esperaba mucho en nuestro enfrentamiento con un equipo como Minnesota repleto de estrellas y con la línea defensiva de los 'Purple People Eaters', pero sabíamos el talento que teníamos. Al igual que Seattle, ninguno teníamos experiencia de Super Bowl. Antes del partido acordamos jugar lo más duro posible, golpear con insistencia y ver qué podía pasar".

Ese grupo de Pittsburgh fue el más joven en ganar un Super Bowl y el núcleo de jugadores se convirtió en la dinastía de la década de 1970 ganando un total de cuatro campeonatos. El equipo de Seattle es el cuarto más joven en ganar el campeonato de la NFL, y la manera como ganaron el domingo fue tal como lo describió Bradshaw: golpearon, limpiamente debo decir, a los jugadores de Denver una y otra vez, y ganaron todos y cada uno de sus duelos individuales.

Podemos hablar de esquemas, de planes de juego sofisticados y del debatiblemente mejor QB en la historia de la NFL, pero el fútbol americano es un deporte que se gana en las trincheras. Es el deporte colectivo por excelencia basado en el resultado de duelos individuales. Seattle abrumó a Denver en las trincheras, tanto a la defensiva como a la ofensiva, y ganó los duelos individuales por afuera.

Denver fue incapaz de ejecutar su ofensiva. Mejor dicho, Seattle no le permitió a Denver ejecutar su ofensiva. Peyton Manning se vio incómodo durante todo el partido y sus receptores no pudieron crear separación de sus marcadores hasta que los jugadores de la defensiva secundaria lo permitieron. No es un análisis muy profundo ni sofisticado, pero apegado a lo que fue la realidad del Super Bowl XLVIII.

Dos jugadas, entre las tres primeras que ejecutó la ofensiva de Denver establecieron la tonalidad del partido. La primera, obviamente, fue el centro errado de Manny Ramírez que resultó en un safety. Ese momento describió claramente el estado mental de los Broncos. No tuvieron enfoque ni demostraron confianza a lo largo del partido el cual lo jugaron con miradas pasmadas. La otra fue la segunda de la siguiente serie ofensiva en la que Manning completó un pase corto por el centro a Demaryius Thomas el cual fue rebotado un par de yardas por Kam Chancellor con un golpe devastador. En ese momento la "Legión del Boom" mandó el mensaje que las trayectorias por el centro, normalmente efectivas para contrarrestar las coberturas de zona, llevarían un costo muy alto y doloroso.

Por otro lado, la ofensiva de Seattle bajo el mando de Russell Wilson fue eficiente sin ser espectacular. Wilson jugó con el aplomo de un veterano de 16 años y con la habilidad atlética del joven que es. Impresionó la manera rápida de encontrar el duelo favorable en contra de la defensiva de Denver, su ejecución inmediata, y la velocidad y precisión de sus pases. Fueron rápidos y certeros cuando era necesario, y con toque y precisión cuando lo ameritaban.

Otro detalle que marcó la diferencia fue la disciplina que mostró su coordinador ofensivo Darrell Bevell, al apegarse a un plan de juego basado en el ataque terrestre a pesar de que Marshawn Lynch no estuvo en su noche. Quién pensaría que Seattle ganaría este partido de manera abultada en un día en el que "La Bestia" fue maniatada. Lynch creó controversia durante la semana cuando no entrenó el miércoles ni el jueves, y cuando se negó a hablar con la prensa. Anotó un TD en dos intentos desde la yarda uno pero no fue factor. Seattle terminó con 135 yardas por tierra en 29 acarreos para un promedio de 4.7 yardas por jugada terrestre, pero el promedio alto fue resultado de una jugada de Percy Harvin de 30 yardas, un acarreo de Lynch de 18, y a una escapada de Wilson de 16. A pesar de que los corredores de Seattle fueron controlados, Bevell nunca desistió en correr, en particular cuando buscaba liquidar el partido.

Hablando de Percy Harvin, no jugó más que 33 jugadas para Seattle antes del Super Bowl, pero su actuación en el partido justificó su traspaso, las tres selecciones que cedió Seattle y los 25 millones de dólares que le garantizaron. El regreso de patada para TD al abrir el segundo tiempo extinguió cualquier chispa de esperanza que pudiera haber tenido el equipo de Denver, y nos complicó tremendamente la transmisión. En ese momento el partido estaba decidido y la tarea a partir de entonces era buscar la manera de entretener a la audiencia. Harvin recibió el ovoide en sólo cuatro ocasiones: dos acarreos, una recepción y el regreso de patada, pero produjo 137 yardas y un TD. Su impacto se sintió también en jugadas donde fue señuelo y que abrieron espacios para sus compañeros.

Quiero abrir un paréntesis en este momento para comentar lo lamentable que es la producción internacional del Super Bowl por parte de la NFL. Las tomas que les llevamos no son producidas por ESPN, sino por un grupo que trabaja para la NFL cuyo director decide cuáles imágenes mostrar, lo mismo que las repeticiones (o falta de ellas). Desde nuestra cabina en el estadio es imposible seguir la acción. Todavía vale la pena estar en el estadio porque se puede ver, con binoculares, a los jugadores que están en el terreno y las formaciones sobre todo de la defensiva, pero es imposible distinguir los números. Por eso nos tenemos que remitir a las imágenes que nos provee la NFL. Cada vez que veo la repetición del partido que salió al aire en Estados Unidos parece que estoy viendo un encuentro diferente.

Este comentario viene a colación por el tema de Percy Harvin. Nunca tuvimos la oportunidad de describir su impacto en el partido, porque no nos proporcionaron las jugadas necesarias en las repeticiones, pero para eso va a estar el último "NFL Semanal" de la temporada en donde haremos un análisis profundo de los aspectos más importantes del encuentro y de los detalles que marcaron la diferencia.

Volviendo al tema, si le dijera a alguien que no vio el partido que Peyton Manning estableció una marca de Super Bowl con más pases completados con 33, Demaryius Thomas otra con trece recepciones, y que Marshawn Lynch terminaría con 39 yardas totales por tierra y un promedio de 2.6 yardas por acarreo, ¿Quién pensaría esa persona que ganó el partido? De ahí mi desdén por usar estadísticas, sobre todo los promedios, porque en muchas ocasiones no reflejan la realidad.

Manning logró sus pases y Thomas sus yardas porque la defensiva de Seattle retrasó a sus dos profundos a más de diez yardas de la línea de golpeo en el segundo tiempo. Normalmente sólo Earl Thomas juega retrasado. Con mayor espacio, las trayectorias cruzadas de Denver funcionaron un poco mejor, pero cuando parecía que Denver podría regresar al partido, la defensiva de Seattle apretaba las tuercas para forzar un error, en particular una entrega de balón, o no convertir en cuarta oportunidad. En dos ocasiones Denver terminó series ofensivas en cuarta lo cual tiene el mismo impacto que una entrega. En resumen, Denver tuvo once series ofensivas. Cuatro de ellas terminaron en entregas, otra en safety, dos en cuarta oportunidad y la última fue el final del partido. Las estadísticas indican que Denver tuvo cuatro entregas, pero el impacto de la defensiva de Seattle equivale a ocho.

A diferencia de los Acereros de Pittsburgh de los 70s, estamos en la era del tope salarial y tarde o temprano, jugadores clave no podrán ser retenidos por los Halcones Marinos. El impacto en la nómina de los once titulares de la defensiva de Seattle fue de 17 millones de dólares, el mismo de Peyton Manning por sí solo. En el 2014, se anticipa que Seattle tendrá 5 millones de dólares de espacio en la nómina, pero tendrán a 19 agentes libres por firmar. En el 2015, vendrán los caros, Earl Thomas y Richard Sherman. Seattle tiene elementos para contender por el Super Bowl, pero John Schneider tendrá la difícil tarea de mantener el núcleo de jugadores.

En este momento, Seattle abre como favorito para repetir en la temporada 2014. El camino no será fácil con un calendario que incluirá a sus muy duros rivales de división, además de Denver, Kansas City, San Diego, Carolina y Green Bay.

Tocando el tema del legado de Peyton Manning, seguirá jugando si los doctores se lo permiten. No jugó bien contra Seattle, pero quiero que alguien me diga ¿Qué QB en la historia de la NFL habría tenido mejor desempeño que él ante la manera de jugar de la defensiva de Seattle?

Su historia posiblemente siga la próxima temporada, así lo espero. Por el momento será recordado más por sus dos derrotas en el Super Bowl que por el campeonato que ganó. Por los doce partidos de playoff que perdió, y no por ser el QB que más partidos de postemporada ha jugado.

Vaya que los aficionados somos exigentes.

Finalmente, la NFL es una liga de copiones. En los últimos años, han prevalecido las ofensivas abiertas con tres ó más receptores, pero la temporada pasada regresamos, como se dice, al futuro. El domingo parecía que estaba viendo a los equipos físicos y rudos de la década de 1980 y principios de 1990: los Gigantes de NY, los Osos de Chicago, los Pieles Rojas de Washington y los Vaqueros de Dallas que ganaron nueve Super Bowls entre 1982 y 1995. Ese estilo lo usan ahora Seattle, San Francisco, Arizona y Carolina. Todos ellos lograron diez ó más victorias en el 2013, abusando de defensivas livianas diseñadas a contrarrestar los ataques terrestres del momento.

La lección del Super Bowl hará pensar a muchos respecto a su estilo de juego.

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