Sebastián Martínez Christensen, Escritor ESPN Digital 10y

"¿Por qué tú no, Russ?"

NEW YORK -- Hay distintos atributos que hacen a un verdadero líder.

Russell Wilson tiene varios de ellos: inteligencia, madurez inusual para su edad, talento y presencia.

Parece cosa del destino que el mariscal de campo haya llegado a Seattle. A modo de broma, Wilson colocó papeles con los nombres de los 32 equipos en la previa del draft del 2012.

Removió uno de los papeles, y cuando lo leyó, decía "Seahawks".

Curiosamente fue justamente ese equipo el que se arriesgó a elegirlo en la tercera ronda de ese sorteo.

Todos los equipos lo dejaron pasar en reiteradas ocasiones, en gran parte debido a que no pensaban que tenía la altura necesaria para brillar al siguiente nivel. Después de todo, Wilson mide 5 pies con 11 pulgadas, si somos generosos, y es difícil tener una visión clara por encima de los gigantescos linieros ofensivos con ese tamaño.

No por nada su ídolo de la infancia, al que ya derrotó, es Drew Brees, de quienes muchos en la NFL tenían el mismo miedo.

Como todo ser trascendental, Wilson transformó la debilidad en fortaleza, y es hoy probablemente el mariscal más letal de la liga cuando está fuera del bolsillo de protección.
Utiliza su atleticismo para comprar tiempo, pero siempre con la mirada vertical, se transforma en un terror para las secundarias rivales.
Nada más difícil para ellos que jugadas rotas, cuando tienen que sostener la cobertura durante tiempo extendido.

Por esa razón, Seattle fue la octava ofensiva que más puntos anotó (26.1) en la temporada regular a pesar de no contar ni con sus dos principales receptores abiertos (Percy Harvin y Sidney Rice) ni con sus principales linieros ofensivos (Max Unger y Russell Okung) durante el grueso de la temporada.

Ciertamente tener a uno de los mejores corredores de la liga como Marshawn Lynch ayuda, pero Wilson es esa constante doble amenaza manteniéndose a la vez como pasador de bolsillo puro que mantiene a las defensivas de puntas de pie.

Ya hablaremos más de las virtudes de Wilson como mariscal, pero su impacto es tanto más profundo que eso.

Su conexión con la ciudad de Seattle es evidente, e incluso muchos ya empiezan a compararlo con Ken Griffey Jr.
Si llega a darle a Seahawks el primer Super Bowl de su historia, ciertamente forjaría un vínculo inmortal con la ciudad.

Cualquiera que ha tenido la fortuna de entrevistar a Wilson, nota inmediatamente que es un ser sumamente inteligente, humilde y sobre todo que tiene un aura que contagia.

Quizás sea porque a lo largo de toda su vida ha estado intentando probar a la gente que estaba equivocada cuando le decían que "nunca llegaría".

El padre de Wilson, Harry, murió de complicaciones debido a tener diabetes hace cuatro años. Ante las constantes dudas, él siempre le decía: "¿Por qué tú no, Russ?".

Un par de semanas atrás cuando los Seahawks iniciaron su camino en esta postemporada, Wilson juntó a sus compañeros y les dijo: "¿Por qué no nosotros?".

Sus compañeros lo respetan y reaccionaron ante quien se ha convertido en el líder silencioso de este equipo.
Y este discurso motivador fue simplemente la más reciente muestra de su liderazgo.

En plena temporada regular, cuando Golden Tate festejó excesivamente luego de anotar un touchdown, Wilson fue el primero en salir al terreno a hablar con él.
Pete Carroll iba a regañar a Tate, pero al ver que Wilson estaba conversando con él, dejó que lo arreglaran entre compañeros.

Cuando Wilson soltó el balón en la primera jugada del Campeonato de la NFC, la mayoría de los mariscales se hubiesen venido a pique.

"Nunca dudamos de que respondería de la mejor manera", admitió Carroll. "Tiene una experiencia que va muchos años más allá de su edad".

En el tercer cuarto, Wilson intentó convencer a Carroll de arriesgarse en un cuarto intento y 7 yardas por recorrer, y ganó su argumento.

Juntó a sus compañeros en una reunión, y les dijo "vamos a realizar un conteo fuerte, y si saltan offside, nos arriesgamos a lo profundo".

¿Cuántos mariscales de segundo año tienen la presencia para hacer eso? Probablemente Andrew Luck y ninguno más.

El resultado fue un touchdown que puso a Seattle al frente para nunca volver a mirar atrás.

Hay quienes creen que Wilson está sobrevalorado, que sus números han ido en baja y que gana porque simplemente juega en un gran equipo.
Es verdad que sus números han bajado un poco en las últimas semanas, pero aún así terminó con un índice de pasador a 100 en cada una de sus primeras campañas; algo que sólo Aaron Rodgers y Peyton Manning pueden decir.

No todos los mariscales tienen que superar las 300 yardas por aire constantemente para ser grandiosos. Wilson impacta cada partido de maneras distintas todos los domingos.

Ha probado que es un ganador con 27 triunfos en sus primeros dos años, récord que comparte por ahora con en Roethlisberger, y aún más importante su equipo tiene confianza ciega en él.

"Un día quisiera ser como Peyton Manning", sentenció Wilson con su característica humildad.

¿Por qué tú no, Russ?

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