Olímpicos
Gustavo Bruzos 3y

Cuenta regresiva hacia Tokio 2020: Holanda-Italia, el partido de voleibol del siglo XX

BUENOS AIRES -- El voleibol tradicional se jugó por primera vez como deporte demostración en los Juegos Olímpicos de París 1924 y pertenece a las especialidades olímpicas desde los Juegos Olímpicos de Tokio 1964. Y hacemos la salvedad de tradicional, ya que en los Juegos Olímpicos de Atlanta '96 se incorporó a los Juegos el beach volley o voley de playa (para que el estadounidense Karch Kiraly se convierta en el único voleibolista en ser oro olímpico en las dos disciplinas). Pero no sería sólo por este detalle que los amantes del deporte recordarían aquella cita olímpica.

En Atlanta 96 se escribiría el capítulo más grande del voley masculino. Un encuentro que fue designado por la Federación Internacional (FIVB) como "El partido del siglo". Pero vayamos por partes...

Al torneo llegaron 12 equipos que compitieron primero separados en dos grupos de seis. Los equipos clasificados fueron seleccionados de la siguiente manera: el país anfitrión (Estados Unidos), tres pases otorgados en la Copa del Mundo (Italia, Holanda y Brasil), las eliminatorias continental (Túnez, Corea, Rusia, Cuba y Argentina), y los torneos de recalificación (Serbia y Montenegro, Bulgaria y Polonia).

Sin dudas la conformación del Grupo B hizo que la mayor atención se posara en él (Italia, Holanda, Rusia, Serbia y Montenegro, además de Túnez y Corea del Sur), mientras en el A había equipos de inferiores condiciones (¿buscando allanarle el camino al organizador?).

Italia ganó su zona de manera invicta y sin ceder un solo set. El equipo conducido técnicamente por el argentino Julio Velasco venía con antecedentes muy serios (fue el primero de la historia en ganar tres títulos consecutivos del Campeonato del Mundo: 1990, 1994 y luego sumaría el de 1998 y además acumulaba los campeonatos Europeo de 1993 y 1995) y prácticamente todo el mundo descontaba su oro olímpico.

Por su parte Holanda cargaba con el mote de monje negro del equipo italiano. Las principales figuras de seleccionado 'naranja' animaban la liga italiana, el mítico armador Peter Blange (quien ostenta el record de bloqueos entre los jugadores holandeses); Richard Schuil o los hermanos Bas y Mike van Der Goor.

Este equipo le había amargado el paso por Barcelona '92, al haberlo eliminado en el cruce de cuartos de final, torneo que finalmente ganaría Brasil para colgarse el primer oro olímpico de su historia. Y Holanda también había advertido a los italianos en la final de la Liga Mundial de ese 1996, cuando lo derrotó en cinco sets, en Rotterdam.

Sin embargo, en el cruce de la zona, Italia parecía haber despejado cualquier incógnita, tras vencer a Holanda en sets corridos (15-8, 15-8 y 15-13). Lo que se dice una paliza.

En cuartos y octavos, Italia cedería sus dos primeros sets: 3-1 a la Argentina y 3-1 a Serbia y Montenegro. Mientras Holanda dio cuenta categoricamente de Bulgaria (3-1) y Rusia (3-0).

Así las cosas ambos se verían las caras en la final, con el arbitraje de un argentino: Guillermo Paredes. "Fue sin dudas el partido del siglo, será muy difícil volver a conjuntar en el tiempo dos planteles con la riqueza técnica que tenían aquellos jugadores", dice "Willy" Paredes.

El juez argentino participó activamente de las negociaciones que llevaron a cambiar la metodología de juego en el vóley. Y en esto también fue clave aquella final: "se venía buscando la forma de agilizar los partidos y de acortar su extensión. Sin dudas la extensión de aquella final fue determinante para que se introdujeran cambios". La figura del líbero (primero) y la implementación del sistema rally point, donde cada pelota en juego vale un punto, que rige efectivamente desde 1998, son también resultado de aquella final, donde empezó a cambiar la historia, el 4 de agosto de 1996.

Holanda se quedó con el primer y tercer set en forma muy ajustada, mientras Italia obtuvo los suyos (2º. Y 4º.) holgadamente por 15 a 9.

El tie break lo iba dominando Italia. Y tuvo su chance de oro olímpico con la chapa 15-14 y el saque, pero Holanda anotó tres puntos seguidos para ganar la medalla de oro, 17-15. El tiempo neto de juego llegó a las tres horas (2 horas y 57 minutos). Pero todo el partido arañó los 240 minutos de pura adrenalina.

Los tres medallistas salieron del Grupo B, ya que el bronce fue para Serbia y Montenegro que derrotó a Rusia, también en cinco , con la cuota de dramatismo que le dio la deserción del capitán balcánico Dejan Brđović, quien dejó el equipo y regresó a su país después de que su hijo murió de un tumor cerebral.

"Tengo la imagen final, después de pitar el punto de partido por un ataque fallido de Andrea Giani, de girar y ver el gesto de desolación de Julio Velasco. Fue una injusticia que ese equipo no lograra un oro olímpico", cierra su recuerdo Guillermo Paredes.

Tres años después, en 1999, los espectadores holandeses de televisión eligieron aquella medalla de oro en Atlanta como "el momento deportivo del siglo 20".

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