Olímpicos
Redacción 8y

Formato benigno para el golf olímpico

BUENOS AIRES -- Nadie se irá de Río antes de tiempo.

Bueno, al menos ningún golfista.

La principal diferencia que encontrarán los deportistas que compitan en esta disciplina, que regresa a los Juegos Olímpicos después de 112 años, es que no tendrán que enfrentarse al enemigo que se esconde en el bosque cada semana de sus vidas profesionales: el corte clasificatorio.

Tanto para varones como para mujeres aplicará el mismo formato: juego por golpes a 72 hoyos, con cuatro rondas de 18 hoyos, sin corte. Habrá vueltas de práctica durante los días previos, de modo que, quienes finalmente consigan un lugar en la cita olímpica, tendrán que planear una estadía de al menos una semana completa en Río de Janeiro.

Así que lo difícil no será quedarse. Pero sí lo será llegar. Es condición ineludible, para estar en Río 2016, ser uno de los dos mejores golfistas de un país. Sólo se puede ser el tercero o cuarto mejor, si se está dentro del Top 15 del Ranking Mundial, condición que sólo se cumple en el caso de los Estados Unidos entre los varones, y de Corea entre las mujeres.

La buena noticia, para quienes logren ingresar, es que un par de malos días no significará una temprana eliminación. Habrá revancha para cualquiera, porque todos jugarán las cuatro rondas. Un formato acertado, considerando la desproporcionada diferencia que habrá entre los mejores jugadores del mundo y los representantes de países de menor orden golfístico. Que no haya corte es una forma de asegurar que valga la pena el viaje, para quienes se embarcan rumbo Brasil sin posibilidades de acercarse en el tablero a los scores de Jordan Spieth, Jason Day o Rory McIlroy.

“El que no pasa el corte, no cobra”, el mantra de los golfistas profesionales, no aplica en Río de Janeiro, donde, en realidad, nadie cobrará dinero... pero al menos todos se darán el gusto de seguir jugando hasta el final.

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