Últimamente, a Leandro Barbosa, o Leandrinho, le preocupan varias cosas. Por un lado, Golden State Warriors está brindando una de cal y otra de arena a un juego inconsistente. Después de tres partidos, van a remolque en una serie ante Oklahoma City Thunder en la que los ajustes están siendo tan constantes como letales (pierden 1-2).
"No hemos sido nosotros mismos", afirmó tras perder el primer partido en el Oracle Arena.
En desventaja de 3-1 tras perder los dos partidos en el Chesapeake Arena, Leandrinho no ha cambiado el discurso. No le gustan los chispazos de superioridad de sus rivales, ni tampoco el verse contra las cuerdas de nuevo. En este momento, su mente está sumida en la obligación de los Warriors a arañar una victoria como visitantes, sin embargo, muy presente en su cabeza también están los Juegos Olímpicos, las opciones de Brasil y los problemas que afronta el país de cara a la competición.
Es consciente de que cada momento tiene su espacio, pero le es imposible dejar de seguir de lejos los aspectos que más le preocupan de cara a las Olimpiadas de Río de Janeiro: el momento que vive su país y la exageración alarmista que él cree que hay entorno al virus Zika.
"El único asunto considerable que sé que está sucediendo en mi país es lo del presidente. Han cambiado el presidente, no sé qué sucederá ahora, pero ojalá sea mejor", apuntó.
La crisis social e institucional en la que se encuentra Brasil es una de las amenazas que acechan a unos Juegos que llegan en el peor momento posible. La, por ahora expresidenta, Dilma Rousseff, quedó fuera del gobierno después de que el 12 de mayo, el Senado decidiera suspenderla durante 180 días para que comparezca ante un juicio político por manipulación de las cuentas públicas. El hasta el momento vicepresidente, Michel Temer, se convirtió en el vicepresidente interino y pasaría a ser máximo mandatario si Rousseff es condenada.
Además, el país también vive momentos de desigualdad social, de una profunda crisis económica, problemas de seguridad y un momento de salud lo más delicado debido al virus Zika, que durante meses se ha extendido por América del Sur provocando nacimientos de bebés con malformaciones. Leandrinho confía en que la situación sanitaria esté controlada para el momento de los Juegos.
"Creo que el Zika no será para tanto. Obviamente debemos tener cuidado, pero no creo que sea tan malo. Ojalá cuando llegué el momento todo estará bien y estemos a salvo", declaró antes de mencionar que no tiene conocimiento de las medidas que tomará el comité olímpico ante la situación. "Pero estoy seguro de que prepararán algo para nosotros, para que haya cuidado no sólo para nuestro equipo sino para todas las disciplinas y la población. Los amigos con los que estoy hablando en Brasil dicen que todo está bien", agregó.
A pesar de las preocupaciones ante las diferentes situaciones que vive Brasil, Leandrinho está muy motivado de cara a la disputa de los Juegos y su objetivo es el de darle una alegría a sus compatriotas.
"Estoy muy motivado con los Juegos, estoy deseando que lleguen. Es una oportunidad única para mí y mis compañeros. Ojalá sea divertido y al mismo tiempo esperamos que hagamos un buen trabajo y logremos la medalla".
La palabra presión le suena demasiado y su punto de vista es que no será mucha la diferencia de lograr un buen resultado por el hecho de que Río de Janeiro sea la organizadora de las Olimpiadas.
En teoría, Brasil contará con un equipo respetable. La escuadra que entrena Rubén Magnano pudiera contar con los enebeístas Nené Hilario, Anderson Varejao, Lucas Nogueira, Marcelo Huertas, Bruno Caboclo, el propio Barbosa y Tiago Splitter, si se recupera a tiempo de su operación de cadera.
"Siempre hemos tenido presión, sí será un poco más porque es en nuestro país y todo el mundo espera que lo hagamos bien. Hemos intentado lograr una medalla durante mucho años en todos los torneos en los que hemos participado, pero no ha sucedido. Ahora tenemos una opción, y es en casa. Esperemos hacerlo bien y lograr la medalla", argumentó.