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EFE 8y

Mexicanos Iván García y Germán Sánchez buscarán medalla en Río 2016

Guadalajara - A 68 días de los Juegos de Río 2016, los mexicanos Iván García y Germán Sánchez apuestan a comunicarse como siameses en el vientre materno para buscar medalla olímpica en los clavados sincronizados desde la plataforma.

"Germán es la parte sensata de los dos, Iván el niño rebelde que hace berrinches, pero después de muchos años uno puede intuir el comportamiento del otro y eso será clave el día de la competencia en Brasil", asegura a Efe Iván Bautista, entrenador de la dupla.

Los jóvenes, subcampeones olímpicos en Londres 2012, caminan a diferente ritmo por la vereda del día a día. García es un chico inquieto que habla mucho y siempre parece apurado, Sánchez, con gran poder de concentración, es más espiritual y trata de comportarse de acuerdo con los preceptos de su religión, la cristiana.

Las cosas cambian cuando suben al tanque de saltos, donde los desiguales se comportan como una especie de gemelos del agua con cloro y juegan a que sus clavados salgan como si entre los dos se interpusiera una lámina de cristal con azogue.

"Nos compaginamos bien; quizás por ser diferentes estamos hechos uno para el otro. A veces él me tranquiliza, otras soy yo quien lo anima. Lo quiero mucho y él a mi también", explica a Efe García, quien se refiere a su compañero de equipo como a un hermano mayor con el cual puede hablar de cualquier tema.

De hecho, son las pláticas no deportivas las que los ha unido más desde que saltaron juntos por primera vez hace más de 10 años.

Entonces el entrenador los convenció de que la técnica en los saltos por parejas se aprende a base de repetir los clavados, pero para ser campeones es decisivo mostrar una empatía de siameses, lo cual han perfeccionado con el paso del tiempo.

En Londres, cuando Germán tenía 20 años y su amigo estaba a punto de cumplir 19, ganaron la medalla de plata olímpica y se establecieron como dos de los mejores saltadores latinoamericanos de la historia. Lograron la hazaña con poca edad y entonces apostaron a trabajar para otra presea, en Río 2016.

El verano pasado conquistaron la medalla de plata en los Campeonatos Mundiales de Natación de Kazán, Rusia, pero ni eso los mantiene confiados porque en Río enfrentarán a las portentosas parejas de chinos, alemanes, ingleses y estadounidenses, ante las cuales deberán hacer todo perfecto si insisten en estar en el podio.

Contrario a lo esperado, este año los mexicanos competirán en Río de Janeiro con saltos de menor grado de dificultad que en Londres 2012 porque han eliminado de su repertorio su clavado más difícil, el de 4,5 vueltas y media al frente.

Según Bautista, como la competencia será al aire libre, intentar ese salto tan complejo será arriesgado si aparece una corriente de viento a la hora de ejecutarlo, o si la competencia transcurre con lluvia, por lo cual ensayan un programa de elevado grado de dificultad, pero sin su clavado de punta.

Hace poco, recuperados, Germán de una cirugía de hombro, Iván de dos de rodilla, el dúo dio un paso adelante en la comunicación y aumentó el ambiente ceremonioso que precede a sus saltos al decidir tomar la posición de salida con un mínimo toque de dedos, lo cual ha dado un toque más humano a sus ejecuciones.

Como parte de la preparación especial, en la occidental ciudad de Guadalajara, donde se entrenan, Bautista ha puesto a estos 'gemelos del agua' a pulir los detalles finos desde la altura de cinco metros y de vez en cuando los sube a la plataforma de 10 para ver cómo están de ajustados a poco más de dos meses de la competencia.

"Entre nosotros no hay líder; Iván es temerario, a veces quiero ser como él porque yo pienso mucho las cosas. Nos une que cuando tenemos una bronca en nuestra vida, el otro sabe cómo ayudar", asegura Germán al retomar el tema de la empatía.

Con 13 medallas, una de oro, seis de plata y seis de bronce, el clavados es el deporte que más preseas ha dado a México en Juegos Olímpicos. En Río 2016 el país buscará aumentar el potosí con estos dos saltadores, diferentes, pero que parecen el derecho y el revés de un solo ser cuando entran al agua con cloro.

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