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IAAF mantiene su veto olímpico para Rusia por casos de dopaje

En Viena, la ciudad de los tratados y los convenios, cruce de caminos en la frontera del viejo telón de acero, la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) decidió por mayoría mantener el veto a Rusia, que no podrá enviar a sus atletas a competir ni en la Campeonato de Europa, en Amsterdam, en julio, ni, sobre todo, en los Juegos Olímpicos de Río, en agosto.

Es la primera vez en la historia del movimiento olímpico que una de las grandes federaciones prohíbe a una de sus más grandes potencias participar en el más grande evento deportivo por razones de dopaje. La IAAF se ha mantenido sorda incluso ante el presidente ruso Vladimir Putin, que solicitó personalmente por la mañana el levantamiento del veto.

Solo una insólita cumbre olímpica, convocada de urgencia para el martes en Lausana por Thomas Bach, presidente del Comité Olímpico Internacional (COI) podrá permitir a algunas de las grandes figuras del atletismo mundial --el vallista Serguéi Shubenkov, las saltadoras Anna Chicherova y Mariya Kuchina o la pertiguista Yelena Isinbayeva-- seguir escribiendo o comenzar a escribir su leyenda olímpica.

El motivo explícito de la convocatoria de los vicepresidentes del COI y varios presidentes federativos fue debatir sobre el difícil dilema entre responsabilidad individual y colectiva, señalar el camino a la solución que podría desbloquear el problema y qué pasaría por permitir participar a una selección de atletas rusos juzgados limpios, pero a título individual no como selección.


Por su parte, la Federación Internacional de Natación (FINA) ha pedido "a cualquiera que tenga pruebas evidentes" de la implicación de la natación rusa en prácticas dopantes que se las haga llegar cuanto antes, "para compartirlas con las autoridades y tomar medidas disciplinarias inmediatas si es necesario".

"Son acusaciones muy serias", ha dicho la FINA en un comunicado, emitido a raíz de informaciones reveladas por The Times y Frankfurter Allgemeine sobre una oferta de la agencia rusa y el laboratorio antidopaje de Moscú para pasar por algo los resultados en los controles, a cambio de sumas económicas.

La FINA ha recordado que hace controles a los 10 primeros de todas las pruebas y que continuará haciéndolo así hasta que comiencen los Juegos Olímpicos.