<
>

Entre el boxeo y el rugby

'El Mono' fue campeón olímpico cuando eligió el boxeo, y capitán de la Selección cuando eligió el rugby. 

BUENOS AIRES -- Le decían “El Mono” por su físico: pequeño de estatura, labios gruesos bajo una nariz de boxeador. Y, además, inquieto: era capaz de estar haciendo bromas hasta en los momentos más serios. Arturo Rodríguez Jurado no solamente se destacó en el boxeo sino que luego también tuvo éxito en el rugby. Se dio el lujo de ganar una medalla de Oro (categoría pesado) en los Juegos de Amsterdam, en 1928, junto a quien luego iba a ser un famoso referí profesional como Víctor Avendaño, medalla dorada en medio pesado.

Aquellos 88 deportistas argentinos que asistieron a esos Juegos, ubicaron a la Argentina en el 13er. puesto entre las 46 delegaciones que participaron, marca que se mantuvo en primer lugar hasta los Juegos de Londres, en 1948. Rodríguez Jurado se convirtió con el tiempo en un caso muy especial, porque fue uno de los fundadores del SIC, emblemático club del rugby argentino.

Cuando viajó a Amsterdam, “El Mono” tenía 21 años inquietos e incansables. Tanto es así que durante el viaje en barco -que duró casi un mes- se lo pasó desarmando las camas de sus compañeros o jugando con la bicicleta de Cosme Saavedra.

Dispuestos a darle un escarmiento, algunos de los deportistas un día lo encerraron en su propio camarote. Y cuenta la leyenda que, aunque nadie lo hubiera pensado, logró escaparse por el ojo de buey y trepó hasta la cubierta, por lo cual se mereció más que nunca el apodo de “Mono”.

En el ring se terminaban las bromas. Era cosa seria. Primero le ganó a un irlandés, Matthew Flanagan, y por nocaut en el primer asalto. Luego derrotó por puntos al holandés Sam Oly y al danés M. J. Michelsen. En la pelea final batió al sueco Nils Ramm, quien abandonó después del primer round.

En una entrevista, aceptó que su rival más difícil había sido Oly, porque “era grandote como Luis Angel Firpo y encima, peleaba de local. Me agarraba y me sacudía para todos lados”.

Cuando conquistó la medalla dorada, ya llevaba casi una década en el boxeo, que empezó a practicar a los nueve años, debido a su carácter revoltoso y buscador de peleas.

Su primer logro fue a los 14, en un torneo interno del club Gimnasia y Esgrima. Dos años más tarde, se consagró campeón de la provincia de Buenos Aires en medio pesado y pesado.

Nacido en 1907, su historia olímpica arrancó en los Juegos anteriores, los de París, 1924, en donde también integró el equipo argentino de boxeo. Lo curioso es que también estuvo incluido en la selección de rugby, que finalmente no participó, por lo cual se perdió la posibilidad de ser integrante olímpico de dos deportes al mismo tiempo.

Arturo Rodríguez Jurado fue lo que en esa época se denominaba “Sportman” porque practicó de todo: además del rugby y del boxeo, hizo atletismo, waterpolo y fútbol. Aunque era jugador del CASI, fue uno de los que terminaron siendo apartado del club por una conducta antideportiva (un festejo luego de un partido que por la excesiva conducta de la época fue duramente castigado).

Lo cierto que de esa forma se llegó a la fundación del San Isidro Club, SIC, el 14 de diciembre de 1935. Rodríguez Jurado fue uno de los que jugaron el primer partido oficial del club, el 3 de mayo de 1936, cuando de locales cayeron 7-6 con Olivos.

Tuvo tres hijos, Arturo, Marcelo y Jaime, todos jugadores de rugby. Arturo llegó a ser integrante de Los Pumas en la ya legendaria gira sudafricana de 1965, que constituyó un hito fundamental para la historia del rugby argentino.

Aquellos Juegos de Amsterdam le dieron al deporte argentino tres medallas de oro, ya que a las de Rodríguez Jurado y Avendaño en boxeo, hay que sumar la de Alberto Zorrilla, en los 400 metros libres.

Víctor Peralta en boxeo -con los años, histórico vencedor del gran Justo Suárez, “El Torito de Mataderos- y Raúl Landini (que también se iba a destacar en el terreno profesional), y la Selección de fútbol, totalizaron tres medallas plateadas. Hubo un bronce obtenido a través de la esgrima en florete con equipos: total 7 medallas.

La vida de Rodríguez Jurado se apagó el 21 de noviembre de 1982, a los 75 años. Atrás quedaron aquellos tiempos en donde había un sentimiento de bohemia que enfatizaba el espíritu amateur. Y que comenzaba, sin dudas, en la convivencia de todos los deportistas en un viaje de casi un mes en vapor. Claro que también había que aguantar las bromas de “El Mono”...