Caterine Ibargüen ha sido casi invencible durante los últimos años. Pero la atleta colombiana está convencida de que eso de nada servirá, a menos de que se suba a la parte más alta del podio, en Río 2016, en el salto triple femenil.
“He tenido éxito esta temporada, pero aún no lo he ganado”, dijo Ibargüen a medios colombianos, en referencia al oro olímpico. “Trabajo para tratar de obtenerlo. Es la meta en Río, donde me sentiré como en casa”.
Ibargüen hilvanó 34 victorias consecutivas desde que terminó segunda en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, cuando compitió lastimada, hasta el pasado junio, entre campeonatos mundiales y la Liga Diamante que hacían verla insuperable en cualquier escenario que brincó. La gran racha terminó cuando menos esperaba, el 5 de junio en Birmingham, Inglaterra; pero, según la propia atleta, sirvió para darse cuenta de que debía concentrarse y apretar el paso enfocada en los Juegos Olímpicos.
Ibargüen perdió su invicto ante la kazaha Olga Rypakova, la misma rival que le arrebató el oro en los Juegos de Londres 2012. Rypakova hizo 14.61 metros y superó a la sudamericana por cinco centímetros.
“Soy humana”, dijo la atleta de 32 años. “Ese día no fue un mal salto. Los 14.58 metros que registré en esa parada estaban dentro de los planes, lo teníamos presupuestado. No fue un momento difícil. Simplemente alguien tuvo mejor desempeño que yo. Lo analizamos, pasó y seguimos adelante”.
"He aprendido tanto de las victorias como de las derrotas, cada competencia deja nuevas enseñanzas. Todo esto lo aplico en los entrenamientos para ir mejorando día a día. No es un secreto que mi gran objetivo del año son los Juegos Olímpicos y lo que pasó en Birmingham me da motivos para seguir mejorando y darme cuenta que Caterine Ibargüen no es invencible." Caterine Ibargüen
Ibargüen confía en que llegará en buen momento a Río. Este año, ha superado ocho veces la marca de 14.60 metros en la Liga Diamante contra las mejores del mundo.
“He aprendido tanto de las victorias como de las derrotas, cada competencia deja nuevas enseñanzas”, dijo. “Todo esto lo aplico en los entrenamientos para ir mejorando día a día”. “No es un secreto que mi gran objetivo del año son los Juegos Olímpicos y lo que pasó en Birmingham me da motivos para seguir mejorando y darme cuenta que Caterine Ibargüen no es invencible”.
Para la colombiana, es importante estar tranquila consigo misma, olvidarse de la presión que supone el hecho de que un país completo la considere ya segura ganadora olímpica el próximo 13 de agosto.
“Estoy entrenando duro para hacer una buena presentación”, dijo. “Daré lo mejor de mí y espero poder ganar el oro”. Su mejor marca del año son 15.04 metros, que hizo en Doha, en la apertura de la Liga Diamante, en mayo.
La venezolana Yulimar Rojas saltó segunda en Mónaco, con 14.67. Rojas, de 20 años, puede ser una rival de cuidado en Río, según Ibargüen. La venezolana ganó en el Mundial en pista cubierta celebrado en Portland, este año, aprovechando que la colombiana no participó.
“Viene saltando muy bien y es bueno ponerle atención”, dijo Ibargüen.
COMPITE CON LA VIDA DESDE SU NIÑEZ
Desde pequeña, Ibargüen se acostumbró a competir, a luchar. Fue criada por su abuela, luego de que sus padres se separaron a causa de la guerrilla colombiana, de acuerdo a diversos reportes de medios.
Su padre se fue a Venezuela y su madre al sur de Colombia. El deporte fue una distracciones en medio de esa tristeza por el alejamiento familiar.
Primero jugó voleibol y después comenzó en el salto de altura, especialidad en la que aún tiene la mejor marca colombiana de la historia, 1.93 metros.
Compitió en Atenas 2004, donde quedó en las rondas eliminatorias. Sus entrenadores se dieron cuenta de que podía cambiar al salto triple, donde ha consechado sus mejores logros.
“Mis sueños y los objetivos que me planteo a corto y largo plazo son mi motivación cada día, cuando se acercan los Juegos”, dijo Ibargüen en Colombia la semana anterior.
“Sentirme con satisfacción en cada competencia, con la madurez necesaria y la buena preparación, eso es lo que me motiva a levantarme cada día para entrenar y poder conseguir todo lo que me falta”.
“Cuando comencé en el atletismo, los sueños eran pocos y con el paso del tiempo han ido creciendo”, agregó. “Gracias a Dios, he podido conseguir grandes cosas. Mi vida completa se la debo al deporte y todavía sigo soñando para conseguir más, no sólo para mí, sino para muchos otros deportistas”.
Con información de Agencias.