Olímpicos
Eugenio Martínez Ruhl 8y

Río tiene un enorme estadio ¡en medio de la playa!

RIO DE JANEIRO (Enviado especial) -- En Copacabana hay un estadio. Una mole de hierro con grandes tribunas. Altas. Altísimas. Es al aire libre y tiene enormes torres de iluminación. Un par de pantallas gigantes. ¿Una cancha de fútbol? Podría ser, pero... un momento. Hay arena. Mucha arena. Arena por todos lados. Sí, sí, confirmado. El inmenso recinto está instalado en el medio de la playa, apoyado directamente sobre esa inmensidad amarilla. Y, claro, ahí nomás está el mar. 

El estadio de beach volley de los Juegos Olímpicos Río 2016 llama la atención desde cualquier punto de este mundialmente famoso balneario porque parece que de un momento a otro se lo lleva el mar. Es tan imponente y está tan cerca del agua que es difícil no mirar a cada rato, con un dejo de temor, para comprobar si todavía sigue allí. 

Es poco habitual que el beach volley tenga un escenario exclusivo de esta magnitud. Y menos que esté edificado en una playa, aunque eso parezca lo más lógico. Sin ir más lejos, en Londres 2012 el recinto donde se llevó a cabo esta especialidad estaba ubicado en el medio de la ciudad. 

"Nunca se nos pasó por la cabeza que, en nuestros JJOO, este deporte no se jugará en la playa. Aunque fue un gran desafío instalar un estadio como este en la arena de Copacabana, tan cerquita del mar, cualquier otra alternativa era impensada para nosotros. Simplemente porque el voley de playa brasileño nació acá, exactamente en este lugar", le cuenta a ESPN.com el ex campeón mundial de la disciplina Guilherme Marques, hoy encargado principal de este monumental establecimiento deportivo, cuyo nombre es Playa de Copacabana Arena.

Esta estructura tubular de 62 mil metros cuadrados, con capacidad para 12 mil espectadores, está ubicada a la altura de la intersección de las avenidas Atlántica y Princesa Sofía, y fue construida exclusivamente para los Juegos Olímpicos. Poco tiempo después de que estos terminen, será desarmado.

Es otro dato muy llamativo. Levantar semejante edificio para luego hacerlo desaparecer suena a desperdicio. O tal vez sea que, de tanto que impresiona a la vista, da pena pensar que en unos meses no estará más.

No obstante, quizás la cuestión tenga su lógica. Si el recinto fue construido sobre la arena, es posible que la intención sea emular aquello de que lo que se arma en la playa, como los castillos de arena, tiene un destino efímero. 

El impacto que causa no se resume en la vista exterior. Al contrario. Cuando se ingresa, la sensación se intensifica. Lo primero que se observa son los cinco anillos olímpicos bien arriba, coronando la tribuna que da al océano.

Luego se divisan las sillas blancas que están previstas para que cada integrante del público mire los partidos con comodidad. Nada de tribunas de cemento o metal, aquí cada cual estará en su asiento individual. Las primeras filas están a unos cuatro metros de la cancha. Nada. Casi casi que el espectador va a poder tocar a los jugadores en pleno partido. 

"Ya de por sí, este es un deporte excepcional en el programa olímpico, porque tiene un ambiente muy relajado, con música y playa. Y en este caso se suma el hecho de que se disputa en Copacabana, que es una playa icónica de Río de Janeiro. Vamos a tener una banda tocando en vivo durante los partidos y habrá increíbles juegos de luces. Todos esos ingredientes van a hacer que el beach voley sea muy especial en Río 2016", vaticina Marques, al que la emoción se le nota en los ojos y en los gestos.

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