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Puerto Rico se deja sentir en el voleibol femenino de la NCAA

Cuando hablas con Daly Santana, de Minnesota, y Paulina Prieto Cerame, de Texas, sobre el voleibol y el ambiente en el que juegan, irradian una alegría imposible de fingir.

Sobre llegar a las semifinales... Pues, desde luego, ambas se sienten ilusionadas, porque las Gophers, segundas sembradas, y las Longhorns, terceras sembradas, se enfrentarán en las semifinales de la NCAA el jueves a las 7:00 p. m. ET (ESPN2) en Omaha, Nebraska.

Pero es mucho más importante que eso. Ambas son de naturales de Puerto Rico, y el voleibol les gusta desde que tienen memoria. Aman el deporte, desde los pequeños detalles que cada una continúa perfeccionando, hasta las habilidades descomunales que ambas esquinas descargan con regularidad.

Por ejemplo, cuando Prieto Cerame puso fin a un angustioso quinto set contra Florida, 17-15, en la final regional que se disputó el sábado en Austin, Texas. O el misil de Santana para poner el punto de partido esa misma tarde, en la victoria 3-1 sobre Hawái en las finales regionales en Des Moines, Iowa.

"En los entrenamientos nos ponen en situaciones como esta todo el tiempo", dijo Santana sobre un golpe que podía significar la diferencia entre ganar o perder. "Para que cuando llegues al juego te sientas completamente segura.

"Una de las cosas que me encienden, es cuando mis compañeras de equipo consiguen esa jugada extra a nuestro favor: levantar una pelota complicada, armar una gran jugada, y pienso, 'Voy a bajar esta pelota'. Ellas hacen todo el esfuerzo, más me vale hacer las cosas correctamente, ¿sabes?".

Y lo ha hecho correctamente a lo largo de una brillante carrera con los Gophers que está alcanzando su punto máximo en su temporada senior. Minnesota ganó el campeonato de la Conferencia Big Ten y Santana fue reconocida como la jugadora del año. Además, fue la jugadora más destacada en el regional de Des Moines. Con 563 ataques esta temporada, promedió 4.5 por parcial.

Esta es la cuarta vez que Minnesota llega a las semifinales, aunque no lo había hecho desde el 2009. Y Santana y sus compañeras de equipo se sienten completamente resarcidas, especialmente después de que las Gophers no participaron en la NCAA en el 2014. Dijeron que se comprometieron a realizar un esfuerzo mayor durante la postemporada, y ha valido la pena.

"No hay otra manera", dijo Santana. "Dijimos: 'Debemos trabajar más duro si queremos lograr cosas mayores'".

Santana, cuyo primer nombre, por cierto, se pronuncia como "dolly" y no "daily", es originaria de Corozal, Puerto Rico. Santana bromea diciendo que, aunque experimentó un choque cultural al llegar a Minneapolis, existe otro aspecto que le causó mayores dificultades.

"Definitivamente, las diferencias del clima", dijo riéndose del tema ahora que es prácticamente una profesional en lo que se refiere a abrigarse bien.

En su segundo año, a pesar de que extrañaba a su familia y todo aquello que le parecía familiar, Minnesota comenzó a convertirse en un segundo hogar para ella. Y su crecimiento bajo la dirección del entrenador Hugh McCutcheon era evidente. Santana llegó a la universidad cuando tenía apenas 17 años (cumple 21 hasta febrero) pero parece muy madura para alguien tan joven.

"Fue duro en un principio, pero Minnesota me adoptó. Todo el mundo me apoyaba", dijo Santana. "Quería ir a un lugar en el que pudiera mejorar, y Hugh te presiona para que mejores".

Sin embargo, para Prieto Cerame, el camino que recorrió para llegar hasta donde está, no fue sencillo. Nació en San Juan y vivió ahí hasta los 12 años, cuando, gracias a un nuevo empleo de su padre, la familia se fue a Miami, donde se convirtió en una superestrella de la escuela secundaria.

Le encantó su visita de reclutamiento a Texas, aunque eligió otra escuela: Penn State, que había ganado cuatro títulos de la NCAA consecutivos, desde 2007 hasta 2010. Prieto Cerame terminó la preparatoria antes de lo previsto, y se graduó en el 2011, para después ingresar a Penn State en el semestre de primavera del 2012 y comenzar los preparativos para iniciar su primera temporada ese otoño.

Una fractura por sobrecarga provocó que quedara fuera de la temporada 2012, cuando Penn State perdió en las semifinales y Texas se coronó campeón del certamen. Sin embargo, el siguiente año, Prieto Cerame formó parte del equipo del león Nittany que ganó el título del 2013 en Seattle.

Pero incluso después de dos años en Penn State, no se sentía cómoda. Se sentía perdida y miserable. No tenía fe en lo que estaba haciendo. Para alguien que juega con tal pasión, eso era devastador y le afectó dentro y fuera de la cancha.

"Me sentía destrozada", dijo. "No era el equipo adecuado para mí, no era yo misma".

Penn State es un sitio maravilloso y el programa es ideal para muchas grandes jugadoras de voleibol, pero Prieto Cerame, en un intento por superar su desolación, comprendió que no era el lugar al que siempre había querido ir.

"En la preparatoria, Texas era mi primera opción", dijo.

¿Entonces, por qué eligió irse a Penn State?

"He pensado mucho al respecto", respondió Prieto Cerame. "Creo que la Paulina de aquel entonces tomó una decisión basada en el ego. Quería demostrarle a la gente que podía ir a la escuela que estaba ganando todos los campeonatos. Y pensé que necesitaba un entrenador que fuera realmente duro conmigo todo el tiempo, y que esa era la única forma de mejorar".

Aunque el entrenador de Texas, Jerritt Elliott, no es ningún blandengue, Prieto Cerame congenió mejor con él que con Russ Rose de Penn State. Es el tipo de situación que sucede todo el tiempo en el deporte colegial pero, puesto que la jugadora dejaría una potencia por otra (después de ganar el título de la NCAA, ni más ni menos), el cambio suscitó mucha controversia en el mundo voleibolista.

No obstante, para Prieto Cerame, el cambio era necesario para recuperar su entusiasmo por el deporte. Con los Longhorns es segunda en ataques con 307. Como jugadora de rotación de tres -sustituida en la zaga- tiene el objetivo de mejorar en la defensiva y como pasadora para convertirse en una jugadora de rotación de seis el próximo año.

"Jerritt creyó en mí, incluso cuando yo no creía en mí misma", dijo. "Al formar parte de la familia de Texas, me he dado cuenta de lo afortunada que soy. Me hizo salir del oscuro lugar en el que me encontraba. Siento que estaba destinada a estar aquí, y debía pasar por todo lo que pasé para realmente valorarlo".

El voleibol es extremadamente popular en Puerto Rico, y ha habido varias jugadoras de este país que han competido a nivel colegial en los Estados Unidos. Hay dos en Minnesota: Santana y la especialista defensiva, Dalianliz Rosado. Kansas, uno de los cuatro semifinalistas, también cuenta con la jugadora boricua Patricia Montero, aunque no ha jugado este año tras una lesión del ligamento anterior cruzado.

Prieto Cerame y Santana se conocen de la selección nacional, además de que jugaron juntas en el Big Ten. Ambas saben que mucha gente en su país las verá enfrentarse en las semifinales de la NCAA.

"Me importa mucho el voleibol; es a lo que me he dedicado toda la vida", dijo Prieto Cerame. "Recuerdo que, desde niña, iba a ver el equipo de mi tío. Es entrenador de un equipo profesional en Puerto Rico. En los juegos, los fans llenaban el gimnasio y traían sus instrumentos para tocar. Es parte de la cultura puertorriqueña. Nunca olvidas de dónde eres, siempre llevas la bandera de Puerto Rico contigo. Y en mis juegos aquí en Texas, se me acercan puertorriqueños todo el tiempo. Incluso si no nos conocemos, es como si fuéramos familia".

Mechelle Voepel se incorporó a ESPN.com en 1996 y cubre el basquetbol colegial femenil, la WNBA, la LPGA y otros deportes colegiales adicionales para espnW.