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Damián Didonato 8y

ESPN World Fame Top 100: James, el colombiano más famoso

 

James Rodríguez fue el hombre que le devolvió el alma al fútbol colombiano. Aunque es cierto que el trabajo colectivo es lo más importante en un juego como el fútbol, el aporte del mediocampista cucuteño fue fundamental para el renacer de la Selección Colombia.

Y su contribución no termina en el campo de juego, va más allá. James es el capitán y la figura de la Tricolor porque también es el mejor embajador del fútbol colombiano en el mundo. Representa el talento natural de estas tierras pero lo hace con gran profesionalismo y carácter.

En definitiva, James Rodríguez es, con 24 años de edad, el futbolista más grande de la historia de Colombia. La afirmación puede sonar temeraria, pero debe utilizarse para resaltar la importancia de la figura del Diez de Real Madrid para la Nación.

La Tricolor regresó a una Copa del Mundo después de doce años de frustraciones y cumplió la mejor actuación de su historia en Brasil 2014. Eso no podría haber sido posible sin el talento de James. Con seis goles en cinco partidos, se coronó como el máximo goleador del Mundial y le dio al fútbol colombiano el premio más relevante jamás conseguido.

Sin embargo, su participación en la gran campaña no termina allí. James fue el líder espiritual de un equipo que le ganó a Uruguay en el Maracaná y estuvo a punto de derrotar al anfitrión. Después de aquel inolvidable torneo, la figura de Rodríguez se hizo todavía más grande para el pueblo colombiano.

James se ganó el amor de los hinchas para siempre porque tiene la capacidad de dar siempre un poco más cuando juega con la camiseta del Seleccionado. Es esa clase de jugador que cuando viste los colores patrios crece y hace crecer a sus compañeros. Para seguir entre los mejores, Colombia lo necesita más que a ningún otro. Porque a veces James puede tener una mala actuación con su club, pero jamás dejará de ser fundamental para la Tricolor.

Su paso por el fútbol colombiano fue fugaz. Debutó a los quince años de edad en Envigado y a los 16 emigró al fútbol argentino, para jugar en las inferiores de Banfield, donde hizo su presentación a los 17. Los colombianos lo conocían más por su precocidad que por su talento y casi no lo disfrutaron en sus estadios.

Sí lo hicieron los argentinos. Fue el extranjero más joven en debutar y marcar un gol en Argentina y se destacó como una de las grandes figuras en la inédita consagración del club del sur en el torneo más antiguo de Sudamérica.

Su pase a Europa no tardó y fue fichado por Porto a los 19 años. En aquel momento, toda Colombia ya hablaba de un “pelao” con un talento increíble que era capaz de todo.

Sin embargo, su debut en la Selección se hizo esperar y recién llegó a fines de 2011, cuando Leonel Álvarez era el director técnico y el plantel sólo soñaba con el lejano Brasil 2014. La llegada de James fue fundamental para renovar las esperanzas y levantar la autoestima de todo el fútbol nacional.

Luego, José Pekerman le dio la responsabilidad de ser el líder futbolístico del equipo. Y por supuesto, James no decepcionó.

Hoy, es uno de los futbolistas más reconocidos del planeta a pesar de que todavía no llegó a su techo. Con una carrera por delante, se convirtió en el responsable de liderar el renacimiento de la Selección Colombia. Y ya demostró que ese compromiso no le pesa nada.

Por eso, el pueblo de su país lo admira como a su ídolo más grande.

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