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Chávez Jr.: "Algún día también seré campeón mundial"

Por SEBASTIÁN CONTURSI

MÉXICO (ESPNdeportes.com, enviado especial) - Por más que lleve un apellido ilustre y ya se hable de él tanto o más que de cualquier otro boxeador, sólo basta con echar un mirada al rostro de Julio César Chávez Junior para darse cuenta que todavía hay en él rastros de niño.

Sin embargo, su actitud delata madurez y una gran personalidad. Porque no hay que olvidarse que ser el hijo de una leyenda como Julio César Chávez no es fácil.

Cuando habla de sus sueños, Julio César Jr. demuestra que tiene los pies sobre la Tierra, evitando caer en las estridencias a las que puede verse tentado un chico de 18 años que ya suele verse rodeado por cámaras y micrófonos.

"Recién vengo comenzando en el boxeo y sé que tengo mucho por aprender. Será un largo camino que tendré que recorrer en esta profesión tan dura", cuenta.

Pero, además, Julio César Jr. tiene que claro que, tarde o temprano, tendrá que independizarse de su padre.

"Esto no es nada fácil, pero mi intención es hacer mi carrera por mi propio lado. Y, ¿por qué no?, pues ser un gran peleador y campeón del mundo más adelante", se entusiasma.

Tras hacer sólo tres peleas como aficionado, Julio César Jr. debutó como profesional el 29 de septiembre del año pasado. Hasta la fecha se mantiene invicto, acumulando un palmarés de siete victorias, tres de ellas por la vía rápida, siempre dentro de la categoría superpluma.

"Acompañé a mi padre en muchas de sus grandes peleas. De tanto ver boxear a mi padre me entró el gusto por este deporte. Entonces, decidí practicarlo y probar suerte, aunque nunca imaginé que me convertiría en profesional", señala.

"La verdad es que a mi padre no le gustó la idea de que boxeara, porque dice que es un deporte muy duro. Pero después me apoyó. Aunque nunca subiría a mi esquina, me ayuda a entrenar y me da consejos", agrega.

Julio César Jr. tiene además un hermano, Omar, quien a los 14 años cuenta con dos combates como aficionado. Sus entrenadores son Rodolfo Chávez (su tío) y Rómulo Quirarte, quien fuera el entrenador de Chávez padre casi desde sus inicios.

"Hemos trabajado con él desde que se inició. Tiene muchas facultades, entre ellas la disciplina y trabajar muy fuerte en el gimnasio. Él es conciente de que Chávez hay uno solo y que ya hizo su historia, así que no es molestia ser su hijo", cuenta Quirarte.

"En un principio, dije que las mayores cualidades del padre eran su disciplina y sus ganas de salir adelante. Es lo mismo que pasa con este niño, que es muy inteligente para asimilar el boxeo y muy disciplinado", agrega.

Sabido es que muy pocos son los casos en los que hijos de grandes figuras logran consagrarse. Roberto Durán, Thomas Hearns y Héctor Camacho - todos contemporáneos a Chávez - vieron cómo sus herederos caían en la intrascendencia.

Pero Julio César Jr. no está dispuesto a que esto le ocurra a él.

"Ser el hijo de Chávez es un peso. Pero, por otro lado, me ha abierto muchas puertas y me ha ayudado a que mucha gente me conozca. No me asusta las grandes huellas que ha dejado mi padre. Haré mi camino y en dos años quizás pueda ir en busca de mi primer título", sostiene.

Quizás la primera prueba de fuego para él sea el próximo sábado, cuando participe de la función de despedida de su padre, enfrentado a Juan Carlos Castillo.

"Para mí es un orgullo poder estar presente en esta cartelera. Pero lo importante será que mi papá salga con las manos en alto, porque será su día, no el mío", relata.

Allí, en la mítica Plaza de Toros de México, ante miles de aficionados, Julio César Jr. dará su primer paso grande en el boxeo. El tiempo dirá cuál fue el rumbo de aquel primer paso.