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¿Cómo los evaluaremos?

JUPITER, Fla. (ESPN.com) -- Bud Selig dice que nunco supo acerca de las drogas que mejoran el rendimiento hasta que Mark McGwire tuvo que defenderse por usar una droga que no estaba prohíbida en el deporte. "Fui a la farmacia al día siguiente", dijo Selig, "y al poco tiempo la prohibí".

No hay porqué no creerle a Selig. Pero para cualquiera que haya estado en el deporte en los años 90, las suspicacias y los rumores siempre estaban allí. Es más en los años 80 también era así cuando Brian Downing se parecía a un tackle nariz. Sports Illustrated intentó llevar a cabo una investigación, pero no se pudo llegar al corazón del asunto.

Ahora tenemos a Kevin Towers, culpándose por la la muerte de Ken Caminiti, al admitir que seriamente sospechaba que el JMV de 1996 estaba usando esteroides pero miró hacia otro lado porque estaban ganando la división y construyendo un nuevo estadio. ¿Pero qué podría haber hecho Towers? La unión no le hubiese permitido realizarse estudios. Caminiti no lo hubiese admitido.

La verdad es que este era el secreto sucio del béisbol. Un jugador de los Medias Rojas en los años 90 solía hablar con sus amigos acerca de que sus tres compañeros de cuarto estaban utilizando esteroides en una gran dosis. Un asistente de gerente general de la Liga Nacional contó que cuando estaba a punto de hacer un cambio, el otro gerente general le advirtió que el jugador involucrado no estaba limpio. Otro gerente general dijo que cuando estaba las Ligas Menores, vio como un preparador físico inyectaba a un jugador.

Todo off the record. Utiliza nombres y serás demandado.

Entonces Selig no sabía. Tendría que estar muy enojado con algunas personas que trabajan para él, poruqe el comisionado debería tener a alguien que le suspire los secretos de la liga en su oído. Cuando Selig implementó los controles en las Ligas Menores, funcionó. En el 2001, el nueve por ciento de más de 4,300 jugadores dio positivo. Bajó al 4,2 por ciento al año siguiente. Fue menos del un por ciento en el 2004. Eso ha tenido un impacto grande en lso jugadores jóvenes de cara al siglo 21.

Lo que Towers admitió fue una forma de limpiar su conciencia.

Cuando los jugadores critican a José Canseco por intentar ganar dinero con el asunto de los esteroides, tendrían que mirar hacia adentro. ¿Qué estaban intentado hacer los jugadores que usaban esteroides? Ganar dinero. No por caerle a Jason Giambi, pero ahora que ha admitido haber utilizado esteroides, los 128 millones de dólares nos dicen lo bien que le funcionó a él.

Los jugadores ahora creen que en los últimos cinco años, el porcentaje de lanzadores involucrados con esteroides es mucho mayor al de jugadores de posición. Los controles comenzaron el año pasado, y los cuadrangulares aumentaron.

Cuando comiencen los debates, ésta será llamada "La Era de los Esteroides". Todos los partidos con más de 22 ponches sucedieron en los últimos 20 años. ¿Asterisco? Tiene que haber uno al lado de los 511 de Cy Young porque jugó en "La Era de la Bola Muerta". Y uno al lado de Jimmie Foxx porque jugó en "La Era de la Bola Viva". Y otro también al lado de Babe Ruth porque jugó en "La Era Segregada".

No sabemos donde nos llevará todo esto en términos de catigos y penas, porque los esteroides no eran ilegales en el lugar de trabajo. No sabemos donde colocará esto a Barry Bonds, Mark McGwire, Sammy Sosa, y todos los bateadores de entre 500 y 700 jonrones de esta era, pero porque la historia es tan importante que un día tendremos perspectiva.

Bonds tendrá una sensación agridulce cuando supere a Ruth, habrá tanta admiración y respeto como cuestionamientos y críticas.

Lo que sí podemos decir de esta era es que nos recuerda cuán grande fueron Henry Aaron, Willie Mays y Frank Robinson. Los tres tuvieron que soportar la segregación, tuvieron que pelear el doble para destacarse en las Ligas Mayores. Jugaron en una era en al que los lanzadores dominaron el juego, a tal punto que alejaron el montículo cinco pulgadas.

Entonces mientras la historia y la culpa están siendo debatidas, determinadas y juzgadas, todos los que tuvimos la buena fortuna de observar a Hank, Willie y a Frank jugar ahora podemos apreciar lo grandioso que fueron. Tienen un lugar asegurado entre los diez mejores de todos los tiempos, y como a Junior Griffey, nadie nunca dudará de ellos.

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