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Buenas y malas

KEY BISCAYNE (ESPNdeportes.com) - El tercer día fue el más caluroso del Master Series de Miami hasta ahora. Pero también fue el primer día en que se presentaron los favoritos, que atrajeron a una cantidad récord de público. Aunque ellos no acapararon toda la atención. En esta jornada se presentaban ocho jugadores latinoamericanos, y seis de ellos se enfrentaban entre sí.

Dos días atrás, el argentino José Acasuso había dicho que "de los no preclasificados, probablemente él era el más difícil", en referencia a su rival de primera ronda Jurgen Melzer.

Ese seguramente haya sido el caso el viernes del argentino Guillermo Cañas, preclasificado número 11 y reciente semifinalista en Indian Wells, aunque él no lo dijo. Su rival era el español Juan Carlos Ferrero, ex número uno del mundo y campeón de Roland Garros, que el año pasado terminó fuera de los 30 mejores del mundo por primera vez en cinco años debido a una lesión en su muñeca y otra en sus costillas.

UN PARTIDO QUE VALIO LA ENTRADA
La cancha uno estaba repleta para presenciar este apasionante enfrentamiento a pesar del "sofocante calor y terrible humedad", según dijo Cañas. Y a fin de cuentas, el partido valió la entrada y mucho más que eso.

Los dos protagonistas salieron a la cancha de remera bordó y short azul. Durante la presentación de ambos, hubo un aliento masivo para el argentino, que llevaba su ya característica venda blanca en su rodilla izquierda, dada la mayoria de sudamericanos.

El encuentro comenzó como se esperaba en la previa. Peloteos muy largos, y ambos jugadores mostrando un nivel muy sólido desde el fondo de la cancha.

En el séptimo juego sonó un celular que el umpire no escuchó, y Cañas terminó perdiendo un punto que a la postre sería clave, ya que el español logró el quiebre de saque en ese game. El argentino tenía un mal humor notorio y miró al arbitro haciéndole señas para que se apaguen los teléfonos. El juez no entiende y le pregunta, "¿los teléfonos?". "No, quiero llamar a mi madre", respondió un fastidioso Cañas.

Los jugadores jugaron con muy poco margen, por lo que hubo varios fallos polémicos. El ambiente estába caldeado y las emociones eran muy fuertes. La novia de Ferrero mueve su cuerpo continuamente como haciendo fuerza para que las pelotas de Cañas se vayan afuera, producto de los nervios. Le da resultado. En una pelota muy dudosa, el juez de línea canta out, y el primer parcial queda en manos del español por 6-4.

Pero el argentino no estaba contento y continuó su dialogo con el juez de silla, exigiéndole que cambie a la jueza de línea que, según él, cometió el error. El umpire no concede, y se da comienzo al segundo set.

La rabia le sirvió a Cañas como aliciente ya que quebró el saque de Ferrero de entrada, y se puso en ventaja por 2-0 en el segundo parcial.

Los peloteos seguían siendo muy largos, pero ahora el vencedor era generalmente el argentino, que se aseguró el segundo parcial por 6-2 e igualó el encuentro. El saque resultó determinante en la segunda manga ya que conectó 12 aces en todo el partido, seis de ellos en el segundo set.

Ambos jugadores se pusieron su cuarta remera del partido y encararon el set definitivo. No había margen para el error, y Cañas cedió primero. Ferrero lo quebró en el quinto juego, y logró lo que en un "partido muy parejo", era una ventaja considerable.

Pero Cañas no es la clase de jugador que baja los brazos. Siguió devolviendo pelotas que cualquier otro jugador ya hubiera dado por perdidas. Ferrero miraba incrédulo a su banco por la cantidad de winners que tenía que jugar para finalmente lograr uno. Así es Cañas, siempre te hace jugar una pelota de más. Y así generalmente consigue sus oportunidades. Aunque esta vez no la pudo aprovechar, ya que desperdició cuatro posibilidades de quiebre en ese último set. Luego diría, me faltó "presionarlo más en el tercer set".

Ferrero continuó jugando en un buen nivel, y llegó a ponerse 5-4, 40-0 con su saque. El partido estaba muy cerca de sus manos, ¿o no?. Cañas continuó peleando y tuvo una de sus cuatro oportunidades para quebrar en ese game. Pero este no era el día de Cañas. Era el despegue de Ferrero, a quien no se le vienen dando los resultados, y hoy logró uno muy importante. Fue 6-4, 2-6 y 6-4. Su próximo rival será Igor Andreev, que venció a Andrei Pavel en sets corridos.

Mientras Ferrero reinicia su despegue, Cañas tiene otras ideas en mente. "Ahora voy a jugar el dobles acá, y después me voy a descansar a Buenos Aires para prepararme para la gira de polvo de ladrillo en Europa".

Ambos jugadores brindaron un muy lindo espectáculo, aunque sólo Ferrero se quedó con el triunfo. Pero Cañas se va con la frente en alto por haber dejado todo en la cancha. Un luchador de raza.

UN TRÁMITE
Ya llegadas las cinco y media de la tarde y sin tanto calor, llegó el turno de otros dos latinoamericanos. En este caso, dos argentinos; David Nalbandian y José Acasuso quienes en sus dos enfrentamientos anteriores en polvo de ladrillo, habían festejado una vez cada uno.

Pero Nalbandian se siente más cómodo en cemento y de entrada lo hizo sentir. Dominó con sus habituales ángulos y definió con su revés paralelo para conseguir breaks en los primeros dos servicios de Acasuso.

La potencia del misionero se veía anulada por los contragolpes del cordobés, y la frustración invadió a Acasuso, que tiró la raqueta en reiteradas ocasiones, algo no habitual en él. Así, casi sin darse cuenta, ya estaba un set abajo; 6-3.

Había bastante público en el Grandstand, la segunda cancha en importancia, en la cual se tiene la posibilidad de tener a los jugadores muy cerca dada la estructura de las tribunas. Los fanáticos, mayoritariamente argentinos, estaban divididos en un comienzo, aunque muchos comenzaron a inclinarse por Acasuso, ya que querían ver más tenis.

Pero el Chucho no estaba en un buen día. Su rival lo explicó mejor: "Él no jugó muy bien, yo tampoco, pero supe aprovechar sus errores. Para una primera ronda, me voy conforme".

El segundo set fue más de lo mismo. El octavo preclasificado dominó el juego a placer, y supo cerrar el partido por un doble 6-3. Saludó a las cuatro tribunas, firmó decenas de autografos y caminó a la tercera ronda.

Su próximo rival será el español David Ferrer, quién pasó de ronda porque su rival, Xavier Malisse, fue descalificado cuando iba un set arriba por supuestamente insultar a una jueza de línea. Él dice no haberlo hecho pero el umpire se justificó: "Yo le tengo que creer a mi gente".

A pesar de la fortuna del español, Ferrer no es el rival más fácil para Nalbandian. El europeo lidera el historial por tres partidos a uno, aunque el cordobés lo venció en Australia en cinco sets.

"Es un rival muy duro. En Australia fue un partido muy difícil, tiene pocas falencias", analizó el argentino. A pesar de su éxito en los torneos importantes, Nalbandian no gana un torneo desde el 2002. ¿Presión? "Para nada. Siempre que llegué a una instancia decisiva, tuve un problema físico. Yo quiero ganar todos los torneos que juego", explicó.

Por lo visto, fe es algo que le sobra. "Ser top ten es mi base mínima. Sé que puedo estar más arriba", completó Nalbandian.

DÍA OCUPADO EN LA OFICINA
No fue el día más fácil para los máximos favoritos del certamen. Algunos sobrevivieron y otros no.

En el primer turno del estadio central, el quinto preclasificado Carlos Moyá tenía un duro compromiso frente al estadounidense James Blake. El americano sorprendió al mallorquín en el primer set mostrando mucha solidez con su derecha y aprovechando los agujeros que el español dejaba del lado del revés para ganar el primer set por 6-4.

Pero el momento más crítico del encuentro llegó en el décimo game del segundo parcial. Blake dispuso de tres match points que no pudo aprovechar, y el partido tomó otro rumbo. El español luego quebró el saque del estadounidense y ganó el set por 7-5

Pero a pesar de la decepción, Blake no dio el brazo a torcer y siguió peleando en el tercer parcial. Ninguno de los jugadores estaba en su mejor nivel, pero el encuentro era muy emotivo, y la gente estaba muy involucrada. El tercer set y el partido se definió con muerte súbita. En el tiebreak, ambos jugadores dispusieron de un punto para partido, pero tampoco pudieron capitalizar. Parecía el encuentro que nadie quería ganar. Pero tras un peloteo muy extenso, que terminó con Blake acalambrado en el piso, Moyá pasó a la tercera ronda al ganar por 4-6, 7-5 y 7-6 (8-6).

Allí lo espera el sueco Thomas Johansson, que venció al inglés Greg Rusedski en sets corridos. Ambos jugadores se retiraron muy aplaudidos del estadio central.

Uno que no contó con buena fortuna fue el segundo preclasificado del torneo Andy Roddick. Su rival fue el español Fernando Verdasco. Un rival que ya le había traído problemas en el pasado, pero siempre lo había podido sacar adelante. Ese no fue el caso hoy.

El español iba ganando por 7-6 (10-8) y 4-3, cuando el estadounidense se vio obligado a retirarse del partido por una lesión en su muñeca derecha.

"Estoy muy frustrado", admitió Roddick. "Es feo no poder estar al máximo de mis posibilidades. Ahora tengo unos cinco, seis días para descansar, así que veré que pasa".

Al cierre de la jornada, el ruso Marat Safin transpiró más de la cuenta al vencer al georgiano Irakl Labadze por 6-4, 2-6 y 7-6 (7-5).

Safin tiene piedras en el riñon, aunque ha dijo que "no le han molestado en diez días".

Safin es considerado la mayor amenaza para destronar a Federer, si es que existe esa posibilidad, y se las verá en tercera ronda con el eslovaco Dominick Hrbaty.

ELLAS TAMBIÉN QUIEREN SER PROTAGONISTAS
Como es costumbre en la rama femenina, no hubo mayores sorpresas. Justine Henin, María Sharapova, Venus y Serena Williams, todas ganaron en sets corridos y sin despeinarse.

La única sorpresa del día la dio la española Nuria Llagostera Vives, quien dejó fuera de competencia a la rusa y novena preclasificada Vera Zvonareva.

Entre las mujeres, hubo dos enfrentamientos enteramente latinoamericanos. El primero de ellos fue el choque que protagonizaron la argentina Gisela Dulko y la puertorriqueña Kristina Brandi.

En una cancha auxiliar colmada por puertorriqueños, ambas jugadoras salieron determinadas a obtener el triunfo, y brindaron un gran espectáculo.

Para los que no conocen a Brandi, una ex jugadora de la Universidad de Florida, Dulko les comenta: "es una jugadora muy dura, que corre mucho y no tiene falencias. Yo la conozco de Australia".

El aliento era incesante para Brandi: "vamos baby, hombre, Kristina". No importa si lo entienden o no, lo fundamental fue que para ella dio resultado. La puertorriqueña se llevó un primer set muy cerrado por 6-4.

Pero el triunfo parcial no fue gratis. El físico la abandonó y la argentina la vapuleó en el segundo parcial por 6-0. En esa interrupción, ocurrió algo muy polémico. La boricua se fue al baño y no retornó hasta veinte minutos más tarde.

"Ya estoy acostumbrada. Es una estrategia que usan muchas jugadoras cuano van perdiendo y sobre todo cuando hace mucho calor", sentenció Dulko.

Pero los problemas físicos persistieron, ya que Brandi era atendida en todos los cambios de lado. Dulko aprovechó eso y liquidó el pleito por 6-3 en el set final. Ahrora se viene la australiana Alicia Molik, que está en pleno ascenso y es una seria candidata a ganar el torneo.

El otro enfrentamiento entre latinas fue entre la colombiana Catalina Castaño, proveniente de la clasificación y la argentina preclasificada número 17, Paola Suárez, también número uno del mundo en dobles junto a la española Virginia Ruano Pascual.

El primer set fue bastante parejo aunque la colombiana impuso su potencia sobre el final para imponerse por 7-5. De allí en más fue todo barranca abajo, y Castaño fue una justa vencedora por 6-3 en la segunda manga. La suiza Patty Schnyder la espera en la tercera ronda.

"Me está costando encontrar el ritmo en singles", analizó Suarez. "Me falta confianza, pero no me hago problema. Estoy tranquila".

La última latinoamericana en entrar a la cancha fue otra colombiana. Pero Fabiola Zuluaga ya está acostumbrada a jugar en Miami, donde ha tenido buenos resultados en el pasado.

Aunque comenzó un tanto falta de ritmo, no tuvo problemas para vencer a Anabel Medina Garrigués por 7-5 y 6-1. Su próxima pasada no será nada fácil; Venus Williams.

Pero hoy sonríe Colombia por el presente de sus dos representantes