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¿Discriminación o sentido común?

CIUDAD DE MÉXICO -- Después de ver una de las encuestas que habitualmente nos ofrece nuestra página ESPNdeportes.com y cerciorarme del apretado resultado, que apenas dio unos cuantos puntos a la respuesta "No" decidí escribir este muy personal comentario.

La pregunta era: ¿Deben las mujeres de la WTA ganar las mismas bolsas económicas que los varones en la ATP?

Sé que es una respuesta difícil -más aún por mi condición de mujer- pero mi "No" es tajante, de ninguna manera.

Tuve la suerte de realizar coberturas de los máximos eventos tenísticos mundiales... desde Wimbledon, Roland Garros y el US Open, hasta las Copas Davis y Federación, pasando por los Masters, y nunca he encontrado al tenis femenino tan atractivo como el de los varones.

No me malinterprete: no se trata de que me llame la atención el sexo masculino, ¡aunque soy mujer al fin y al cabo!, sólo creo que hay apenas un muy reducido y selecto grupo de jugadoras el que logra dar un espectaculo interesante en la WTA.

Me apena decirlo, y seguramente no será del agrado de muchas jugadoras y lectoras latinas, pero aún así, encuentro que, aún en sus peores crisis, el tenis de la ATP es siempre más espectacular. Lo digo incluso habiendo seguido siempre muy de cerca la carrera de la mexicana Angélica Gavaldón, a quien además me unía la identificación y el gozo de ver triunfar a una connacional.

A nivel técnico, el de damas responde pero el público desea ver más que eso, a pesar de quienes digan que la potencia le resta. Definitivamente, los consentidos del público no son siempre los más técnicos, sino los que dan espectáculo como el inolvidable Boris Becker, el propio John McEnroe, Ilie Nastase, y ahora el nuevo consentido, Rafael Nadal, por mencionar a algunos.

Tengo recuerdos increíbles de partidos históricos; cómo olvidar aquella final trepidante del Masters de 1989, cuando Ivan Lendl y Boris Becker escenificaron uno de los duelos más emocionantes en la historia del tenis, o el Jimmy Connors vs Paul Haarhuis, del US Open 19991, sencillamente un clásico ya.

Las finales Agassi vs Sampras en Wimbledon o los duelos ochenteros entre McEnroe y Borg, o el mismo Connors.... son rivalidades excitantes.

Y sí, me dirá que tambien los hubo entre Chris Evert y Martina Navratilova, que después desafió a la máxima campeona en la historia, la alemana Steffi Graf o que las hermanas Williams son la "potencia hecha mujer", pero no me convencerá de que merecen el mismo salario, y no sólo porque siempre jueguen a dos de tres sets porque si jugasen a cinco, muchos partidos se terminarían sin público...

Es muy normal ver que en los torneos en que juegan ambas ramas, los estadios de las grandes estrellas varoniles están atestados, aún cuando en el estadio principal se escenifiquen duelos entre las top ten de la WTA.

Caso aparte, Gaby Sabatini, Steffi Graf y Martina Navratilova, pero fuera de ellas, en raras ocasiones el tenis femenino llama la atención del público.

Incluso, hasta por razones tan obvias como las diferencias físicas, que son innegables. Como mujeres nos falta potencia, tanto, que la propia Serena Williams tuvo el atrevimiento de enviar una inscripción a un torneo de la ATP, prueba de que ella misma encuentra un tanto aburrido el circuito femenino

El tenis es un deporte maravilloso, de las pocas actividades en que se mantiene el respeto tanto del jugador como del público, con una mística y códigos de ética muy especiales, pero sin afán de molestsr a nadie, definitivamente hablar del tenis de hombres y mujeres es hablar de dos deportes diferentes, más allá de cualquier actitud de racismo que se le quisiera dar al tema.

Al menos, es mi humilde opinión.