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Tyson, parte II: En la cima

WASHINGTON (ESPN.com) -- Bajo los estándares de boxeo, todo se termino en un abrir y cerrar de ojos: 91 segundos.

La destrucción de Michael Spinks a manos de Mike Tyson fue una de las peleas por el título de pesos pesado más rápidas en las historia. Pero qué memorables 91 segundos.

Tyson, el entonces indiscutido campeón, llegó a la cima de su tumultosa carrera el 27 de junio de 1988 cuando pulverizó a Spinks con 21,785 persoans como testigos.

Todos habían ido a Las Vegas para ser testigos de un histórico combate entre dos boxeadores invictos que luchaban por el título.

Tyson llegó al combate con un récord de 34-0 y 30 KOs. Spinks, sin embargo, también estaba invicto con un registro de 31-0 y 21 KOs, y había vencido dos veces a Laary Holmes en peleas por el título antes de que le arrebataran el cinturón por elegir una pelea más lucrativa ante Gerry Cooney en lugar de pelear frente a su rival mandatario Tony Tucker. Muchos aún consideraban a Spinks el campeón, porque no había perdido el título en el ring.

Esos sujetos probablemente se sentían bastante tontos 92 segundos después de comenzada la pelea. Quizás deberían haber escuchado a Tyson cuando le dijo a los periodistas: "Nadie en el planeta se puede acercar a mi".

91 segundos más tarde, la pelea había terminado. Antes de la pelea, la vida de Tyson ya era un desastre. Además de los problemas matrimoniales con la actriz Robin Givens, Tyson, a tres días de cumplir 22 años, se vio inmerso en una guerra con Givens, el exiliado mánager Bill Clayton y el promotor Don King.

Tyson estaba cargado de emoción antes de la pelea. Hasta golpeó la pared antes de entrar al ring y hizo un agujero en la misma. Por su parte, Spinks parecía estar muy asustado.

Cuando sonó la campana para dar comienzo a la pelea, Tyson corrió hacia su rival y rápidamente conectó a Spinks en el cuerpo y lo forzó a caer en una rodilla. Spinks se paró a la cuenta de cuatro segundos e intentó recuperar el aire. Momentos más tarde, Tyson conectó una combinación de derecha e izquierda a la mandíbula de Spinks. Cayó a la lona de espaldas, y el referí Frank Capuccino empezó la cuenta regresiva. No había necesidad.

Tyson, quien ganó 20 millones de dólares en esa pelea, en contraposición a los 13,5 que ganó Spinks en la pelea con más dinero involucrado hasta ese momento, ni siquiera celebró aquella demolición. Simplmente levantó los brazos para recibir el aplauso del público, como si supiera el desenlace de la pelea con anticipación.

"Cuando me subí al ring, pude ver el miedo", le dijo Tyson a los periodistas esa noche. "Y sabía que lo tumbaría en el primer asalto. Eso fue lo que salí a hacer".

La mística duró dos peleas más, tras defender su título ante Frank Bruno y Carl Williams en 1989. Luego, Tyson cayó ante Buster Douglas.