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No todo es lo que parece

BUENOS AIRES (Especial ESPNdeportes.com) -- Las cosas importantes fueron exclusividad de la zona B, en esta segunda fecha de la Copa FIFA Confederaciones.

No es que le querramos restar importancia a los triunfos de Argentina y Alemania, pero lo realizado por México y Japón ante Brasil y Grecia merece un capítulo aparte.

Grecia, hace un año, era la sensación al quedarse con la Eurocopa con actuaciones que, más allá de que no (nos) gustaban, aparecían como efectivas.

Recordamos que después del triunfo de México sobre Argentina por la Copa América (otro canto a la especulación), en este mismo espacio, escribimos una encendida columna "castigando" al fútbol que por aquel momento practicaban Once Caldas, Porto y Grecia.

Decíamos, palabras más o menos, que Grecia había tenido réditos circunstanciales pero que a la corta ese sistema se le iba a volver en contra.

Los hechos nos dan la razón: desde hace tiempo Grecia no le gana a nadie y, lo que es peor, para un sistema ultradefensivo, ni siquiera empata.
Japón fue el último eslabón de la cadena de fracasos que viene acumulando Otto Rehhagel. Y lo más exasperante del asunto es que Grecia ni siquiera se anima a atacar a un conjunto presuntamente inferior. Es como si los jugadores fueran rehenes del exitoso pasado reciente.

El resultado final (1-0) pudo ser más amplio de no mediar la falta de precisión de Japón, al que todavía le cuesta creer que está para dar algo más que un golpe ocasional. Suponemos que Zico debe estar trabajando sobre ese particular.

EL TRIUNFO DE MEXICO
Si usted leyó lo que escribimos arriba, no esperará que califiquemos al triunfo de México en una epopeya.

Es cierto: México le ganó a Brasil 1 a 0 y hasta pudo sacar algún gol más de diferencia. Pero México es un equipo que sigue preso de la impronta de Ricardo Lavolpe, por lo que juega mucho más cuidando el arco propio que mirando al ajeno. Y eso nos lleva a decir que México le ganó a Brasil porque Brasil jugó mal. Y que, ante planteos similares, de doscientos partidos, Brasil debe ganar ciento noventa y ocho. Este fue uno de los dos restantes.

Con esto no queremos decir que los mexicanos no deban festejar un triunfo sobre el campeón del mundo. Pero también nos vemos obligados a consignar que México debe darle una vuelta de tuerca a su sistema de juego porque, si sigue así, ganará partidos pero pocas veces (o nunca) obtendrá campeonatos. Salvo que ocurra un milagro como el de Grecia.

En definitiva, el partido entre México y Brasil fue un choque entre un equipo que no quería y otro que no podía. Porque podían jugar seis meses más y el partido iba a terminar 1 a 0 ya que la defensa mexicana (conformada por una línea de cinco en el fondo y otra de cuatro volantes para la recuperación) anulaba los caminos de un Brasil extrañamente obnubilado.

El 1 a 0, en definitiva, le sirve a México para meterse en las semifinales y para crecer. Esperemos que lo aproveche, especialmente su testarudo entrenador.

LA ZONA A
Alemania necesitó de una hora y quince minutos para encontrarle la vuelta al muy buen equipo tunecino, que le planteó el partido de igual a igual.

La diferencia entre uno y otro es que Alemania jugó los 90 minutos mismo ritmo (siete puntos) y que Túnez pasó de jugar muy bien (nueve puntos) a desmoronarse en la última media hora (dos puntos). Y si un conjunto se desmorona y encima tiene enfrente a Alemania, lo más probable es que en ese rato le marquen varios goles (en este caso, tres).

Lo de Argentina es sintomático: jugó dos partidos, convirtió seis goles y le hicieron tres. Lo curioso es que de esos tres goles en contra, todos los facilitó la defensa argentina. Dos fueron por penales tontos e innecesarios y el tercero fue por un regalo de Heinze, que quiso darle un pase a su arquero con el pecho (al estilo Roberto Carlos) y la dejó muerta para que Aloisi fusilara a Lux.

Igual, siempre es más difícil encontrar variantes ofensivas que mejorar en defensa, por lo que el futuro no es malo para el equipo de Pekerman, más allá de que aún vemos que desde el banco de suplentes no se toman decisiones acertadas.

Todavía no terminamos de desentrañar si Pekerman es un gran estratega o si en realidad es una persona tocada con la varita mágica de la fortuna, y cuyo único mérito es estar en el lugar apropiado en el momento justo. El tiempo, suponemos, nos dará alguna respuesta al respecto.

ULTIMA FECHA
Argentina se juega el primer puesto de la zona A contra Alemania.
Lo curioso del asunto es que, por como viene la mano, el que se quede con la zona debería enfrentarse con Brasil. Y el segundo, jugaría con México.

Por el otro grupo, México busca apoderarse del primer puesto con Grecia (lo obtendrá con un empate, algo que no es difícil que suceda teniendo en cuenta como juegan ambos), mientras que Japón y Brasil disputarán el segundo puesto en un mano a mano.

Es obvio que lo vemos candidato a Brasil, especialmente ahora que jugará enojado. Pero no vaya a ser cosa que..