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Hugo, el perdedor

MÉXICO, D.F. (ESPNdeportes.com) -- Tarde o temprano las situaciones se revierten, ya sea a favor o en contra. En este caso, todas las frases hechas y dichas por Hugo Sánchez le están cobrando factura al famoso y polémico "Pentapichichi".

Así como en el 2004 la vida le sonrió (dos títulos de liga con Pumas, una final perdida en el torneo de la Concacaf y la victoria sobre el Real Madrid en el Bernabeu), en el 2005 es de puros tropiezos.

Nada le resulta al altivo y orgulloso Hugo, empezando por sus Pumas: el equipo no calificó en el torneo pasado y hoy atraviesa por un momento más malo que bueno, pues hasta lo golean.

Meses atrás, cuando estuvo de vacaciones en España y se ofreció para dirigir un equipo de la Primera División, nadie quiso contratarle, y se vio obligado a regresar a México para cumplir el contrato vigente que todavía tiene con Pumas.

Sus desavenencias con la Comisión de Árbitros y con la Comisión Disciplinaria; sus dimes y diretes con el alto mando de la Federación Mexicana de Futbol (FMF), han sido constantes.

Fue castigado por hablar de más y sus apelaciones fueron echadas al cesto de la basura.

Eso no apaciguó a Hugo, quien siguió a la carga.

La campaña que con mayor fuerza emprendió en los últimos meses para quedarse con la dirección técnica de la Selección Nacional y dejar fuera de la jugada a su enemigo Ricardo Lavolpe, tampoco tuvo eco. Y eso que prometió ser campeón del mundo.

Hugo, tan cómodo, pretendía quedarse con el Tricolor, ya calificado al Mundial de Alemania, esperanzado en un supuesto apoyo que tenía por parte de altos directivos del futbol mexicano, pero tampoco le resultó.

Sus incondicionales (colegas, jugadores y aficionados) le siguieron el juego un buen rato; creyeron que el proceso de tres años de trabajo de Lavolpe podía echarse por tierra cuando le faltaba un punto para amarrar el boleto, y todos sabemos lo que sucedió.

La famosa reunión de dueños de la Primera División, celebrada el pasado 6 de septiembre, era la esperanza de Hugo, y por unanimidad el voto favoreció a la continuidad de Lavolpe en el timón.

Y el colmo del asunto es que Pumas, que hasta ahora lo había respaldado en todo -así fuera por necedades-, esta vez hizo pública su aprobación a la labor de Lavolpe. Claro, desde ya podemos decir que Aarón Padilla y Arturo Elías Ayub, dirigentes universitarios, son los nuevos enemigos de Hugo.

Todo aquel que antes aplaudía sus reiterados discursos en contra de quien osara disentir con sus puntos de vista, se cansaron o se están cansando.

La lógica se impone, lo mismo que el sentido común. No se puede vivir eternamente del pasado y del ataque en todo momento.

La boca suelta de Hugo lo están hundiendo más y más. Porque no solamente se trata de creerse merecedor a lo máximo, sino de saber pedirlo y merecerlo.

Desde que Hugo pretendió ser el técnico nacional fue evidente que su estrategia para conseguirlo no era la adecuada. Se equivocó al enemistarse con quienes deciden, apoyado en su creencia de que por ser el mejor jugador mexicano de todos los tiempos iba a obtener lo que quería.

Y hoy, cuando la familia del futbol mexicano (directivos, propietarios y jugadores) ha hecho público su unión y apoyo a la Selección Nacional, Hugo continúa cegado por el coraje, el resentimiento, la soberbia, la vanidad y la amargura por no haber tenido lo que quería: la destitución de Lavolpe y Alberto de la Torre (presidente de la FMF) y el puesto para él.

Pero hay algo más: ha trascendido que eso de que Pumas ya no aguanta a Hugo, como lo dijo hace unos días Jorge Campos -auxiliar de Lavolpe- tiene su grado de verdad.

Dentro del club es un secreto a voces que existen choques entre el timonel y sus directivos, que no están de acuerdo en la forma en que Hugo se conduce como representante de una institución tan importante como la Universidad Autónoma de México. Esa relación bonita y positiva que había, tal parece que se está desmoronando. Y creemos que no pasará mucho tiempo para que salga a la luz..