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Necesitarán de otro regreso colosal

Por BUSTER OLNEY

CHICAGO (ESPN The Magazine) -- Tony Graffanino caminó lentamente a la lomita para hacer la versión de béisbol de una disculpa. "Cúbreme", le dijo a David Wells.

"Ok", dijo Wells, sintiendo la frustración que sentía, y le dio una palmada a Graffanino en la espalda, sabiendo cuan mal se sentía su compañero por el error cometido que puso a los Medias Rojas en riesgo en el quinto inning el miércoles por la noche.

Pero Wells no pudo hacer el lanzamiento que terminaría el inning, cometiendo en vez un error físico y táctico y rindiendo un jonrón de tres careras a Tadahito Iguchi, y ahora los campeones del béisbol, los Medias Rojas, están en serios problemas. El jonrón de Iguchi le dio una victoria de 5-4 a los Medias Blancas, y una ventaja de 2-0 en la Serie Divisional de mejor de cincho juegos que continúa el viernes e Boston.

Los Medias Rojas fueron derrotados en el primer juego pero tomaron control de inmediato en el segundo juego, anotando cuatro carreras contra Mark Buehrle en los primeros tres innings, una ventaja considerable de postemporada para Wells, uno de los mejores lanzadores de su generación. Siguió lanzando strikes y sacando bateadores, e inclusive luego de que un doblete de Aaron Rowand anotara a Carl Everett sin outs en la quinta entrada, Wells lucía tranquilo.

Los Medias Blancas agregaron otra carrera con un sencillo de Joe Crede al medio del terreno.

Crede corría a toda velocidad hacia la segunda base, y mientras Graffanino trataba de alcanzarla, parecía estar al tanto de la presencia del corredor de los Medias Blancas. Levantó su guante y mano descubierta e intentó enviar la pelota en dirección del campocorto Edgar Renteria.

Pero la pelota pasó entre sus piernas.

"No interpreté bien la jugada", dijo Graffanino más tarde. "Traté de ser veloz y lo perdí".

Crede llegó a segunda y corrió hacia la tercera, y Wells se dio vuelta e insultó en voz alta, demostrando su enojo. Renteria fue a la lomita para hablar con el lanzador, y luego Graffanino, quien reconoció su error. "Conozco a Tony hace mucho tiempo, y estoy seguro que se sintió mal", dijo Wells más tarde.

Los Medias Rojas aún lideraban por dos carreras, y necesitaban dos outs para salir del embrollo. Scott Podsednik llevó a un foul cerca de la tercera base; dos outs. Un out más para terminar. Iguchi caminó al plato.

Previo al juego, los Medias Blancas habían hablado acerca de la preferencia de Wells por lanzar velozmente contra los bateadores.

Con un puntaje de 1-0, Wells lanzó una pelota e Iguchi parecía estar fuera de balance mientras la tomaba para un strike, como si no la viera. "Ya he sido víctima de esa pelota de Wells en el pasado", dijo Iguchi más tarde a través de un traductor.

Varitek hizo una señal y Wells asintió con la cabeza: Otra pelota curva. Los lanzadores están dispuestos a lanzar pelotas curvas en lanzamientos consecutivos, porque generalmente los bateadores se ajustan a la velocidad, pero Wells tenía un cambio de ritmo en mente: Su intención era lanzar rápido.

Iguchi estaba pensando en una pelota curva. Estaba pensando en la pelota rápida de Wells. Y cuando Wells desplegó ambas, Iguchi pareció levantarse en el aire con un swing poderoso.

Graffanino vio la pelota ascender hacia el jardín izquierdo, volar a las gradas. Se dio vuelta y caminó hacia el jardín. "Me mató", dijo Graffanino. "Estábamos perdiendo y era mi culpa".

"Me siento mal por no haberlo ayudado", dijo Wells.

Después de que los Medias Blancas tomaran la ventaja, la ansiedad incrementó con Bobby Jenks, su pulso acelerando, sus respiraciones más frecuentes. Esta podía ser su primera oportunidad como taponero en la postemporada y se paró y controló su respiración. Se sintió mucho mejor cuando comenzó a entrar en calor, en el séptimo inning.

Buehrle había hecho 95 lanzamientos en siete innings, y con tantos bateadores de los Medias Rojas con tan buenos números de carrera contra él, Ozzie Guillén llamó a Jenks del bullpen. A los doscientos noventa y tres días de haber sido clamado de los Serafines, la puerta se abrió y Jenks entró al campo de juego, un taponero de las grandes ligas en los playoffs.

"Fue igual que cualquier otro día", dijo Jenks con cara de póker.

Pero no podía contener su alegría. "Bueno, quizás no fue tan así", dijo sonriendo.

Guillén tenía al lanzador derecho Dustin Hermanson y al lanzador izquierdo Neal Cutis lanzando mientras Jenks lanzaba en el octavo inning, y Guillén se puso nervioso, sin estar seguro de qué tenía que hacer.

Hermanson y Cotts continuaron entrando en calor, y Guillén seguía nervioso, pero se quedaba con Jenks aún entrando al noveno inning. Con un out, Graffanino, quien necesitaba la redención desesperadamente, logró un doble en el centro y luego Edgar Renteria llevó al último out. Jenks puso su pechera y el receptor A.J. Pierzynski sacó dos puños contra el lanzador; los Medias Blancas ahora están a una victoria de eliminar a los campeones defensores.

Wells dijo: "Este equipo ha estado en situaciones como ésta en el pasado. Veamos de qué están hechos".

Pero este es un año distinto, y un equipo distinto. Quizás lo que los Medias Rojas necesitan es regresar a Boston, donde la carrera por el campeonato comenzó en el cuarto juego contra los Yankees el año pasado. Donde podría terminar este año.