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Medias Blancas ya piensen en título

HOUSTON (AP) -- EUn jonrón del emergente Geoff Blum puso fin a 14 agónicas entradas y puso a las Medias Blancas de Chicago a una victoria de conquistar su primer título de Serie Mundial en 88 años, al vencer por 7-5 a los Astros de Houston.


De cinco horas y 41 minutos, fue el partido más extenso en duración en los 101 años de historia de los clásicos de otoño. Comenzó el martes y culminó bien entrada la madrugada del miércoles.


Blum, quien había ingresado a jugar por el segunda base Tadahito Iguchi, conectó su jonrón ante el dominicano Ezequiel Astacio, depositando la bola en las graderías del jardín derecho. Más tarde, Astacio permitió otra carrera forzada, al regalar una base por bolas a Chris Widger con las bases llenas.


Si a Astacio le tocó la amargura de cargar con la derrota, a su compatriota Dámaso Marte le correspondió llevarse la victoria tras trabajar una entrada y dos tercios de relevo. Mark Buehrle, quien fue el abridor del segundo juego el sábado, sacó el último out: un elevado de Adam Everett al campocorto Juan Uribe.


Fue otro partido con vueltas en el marcador y en el que Chicago lo ultimó con un batazo de vuelta completa. Tal fue la forma del segundo juego, cuando dejaron tendidos a los Astros gracias a un jonrón de Scott Podsednik en el noveno inning.


Astros y Medias Blancas eclipsaron el récord previo que se remontaba al primer juego del clásico del 2000, cuando los Mets y Yanquis se fueron a 4 horas y 51 minutos. También emularon el récord de 14 innings entre Boston y Brooklyn en la serie de 1916, un duelo en el que Babe Ruth lanzó la ruta completa.


Un total de 17 lanzadores fueron empleados en el maratón de béisbol.


Ahora, el abridor venezolano Freddy García intentará completar la barrida el miércoles para Chicago frente a Brandon Backe.


La historia rema a favor de Chicago: los 21 equipos que ganaron los tres primeros juegos de la serie terminaron consagrándose campeones.


El triunfo de las Medias Blancas le amargó la fiesta a los Astros, que por primera vez en sus 44 años de existencia fueron anfitriones de un partido del Clásico de Otoño.


Un doble de Jason Lane en el octavo episodio ante Dustin Hermanson permitió a los Astros igualar el juego a cinco carreras.


El cubano Orlando Hernández, de Chicago, logró salir bien librado en la baja del noveno, en la que Houston congestionó las bases. El "Duque" Hernández, en plan de relevo, ponchó a Morgan Ensberg para enviar el partido a entradas extra.


Houston tuvo otra oportunidad en el undécimo ante Bobby Jenks con hombres en primera y segunda, pero Orlando Palemiro fue puesto fuera con una roleta al pitcher para el tercer out.


Tras remontar una diferencia de cuatro carreras ante Roy Oswalt, las Medias Blancas estuvieron a cuatro outs de la victoria pero su bullpen no pudo hacer valer la ventaja de una anotación.


Con dos outs y nadie en circulación, Cliff Politte regaló pasaporte a Ensberg y el zurdo Neal Cotts expidió otro a Mike Lamb.


El mánager Ozzie Guillén llamó a Hermanson, una movidad algo inesperada.


Taponero durante buena parte del año, Hermanson rescató 34 juegos para Chicago, pero no había lanzado durante la postemporada. No había estado en el montículo desde el 30 de septiembre en Cleveland.


Lane, quien había jonroneado antes, le conectó una línea en cuenta de 1-2 por la raya del jardín izquierdo para nivelar el marcador.


En el quinto, un doblete productor de dos carreras de A.J. Pierzynski coronó un racimo de cinco anotaciones ante Roy Oswalt, el abridor de los Astros.


Oswalt, con marca de 3-0 en la actual temporada, dilapidó una diferencia de cuatro carreras que su equipo le había tejido.


Joe Crede, el mismo cuyo jonrón y defensa fueron las claves en el primer juego, activó la reacción de Chicago en el quinto con su segundo jonrón de la serie.


Iguchi y Jermaine Dye añadieron sencillos que remolcaron una carrera, y luego Pierzynski --de 8-5 de por vida ante Oswalt previo al juego-- produjo otro par de anotaciones con un doblete a la profundo de la colina que tienen los Astros en su jardín central.


Los Astros habían enhebrado su ventaja a costa de Jon Garland, el abridor de Chicago, mediante el bateo de Craig Biggio, Lance Berkman y Jason Lane.


El derecho tuvo que emplear 46 lanzamientos para completar ese capítulo y se fue a las duchas al abrir el séptimo tras recibir ocho hits.


Houston inauguró el marcador en el primero con un sencillo de Berkman, sencillos de Biggio y Ensberg añadieron dos más en el tercero y Lane sonó un jonrón solitario en el cuarto.


Pero Garland se asentó y retiró en fila a los siguientes nueve bateadores que enfrentó.


Fue una noche amarga en el sur de Texas --estado que nunca había acogido la Serie Mundial-- en todos los sentidos.


Previo al partido, las autoridades de las Grandes Ligas ordenaron a los Astros que dejasen abierto el techo de su estadio Minute Maid Park al considerar que el clima afuera era el ideal.


A los Astros les gusta jugar bajo techo, ya que el estadio se asemeja a una especie de caldera por el aliento ensordecedor de sus aficionados.

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