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Festejo por partida doble

Por OMAR OLIVER

CIUDAD DE MÉXICO (Agencia RÉCORD) -- Además de su regalo de Navidad anticipado que recibió al firmar el mejor contrato de su carrera con los Atléticos de Oakland, Loaiza está conciente de que el 2006 puede ser un año trascendental en su carrera en las Mayores y por eso ya comenzó a realizar sus propósitos.

"Para el 2006 quiero tener salud y que Dios me ayude en el futuro de mi carrera y en todo lo que hago", asegura Esteban Loaiza, quien ya está impaciente por que el nuevo año llegue. "Quiero regresar a lo que hice en 2003 con Chicago. Más de 20 ganados y Juego de Estrellas", apunta el lanzador mexicano.

Señalado como uno de los posibles abridores de México en el primer Clásico Mundial de Beisbol en marzo próximo, el derecho de Tijuana también se siente motivado por ser parte del representativo nacional que participará en el certamen. "Será especial este año porque es la primera vez que se hace algo de este tipo, más cuando sacaron al beisbol y softbol de los Juegos Olímpicos. Esta es una oportunidad que todos queremos aprovechar", agrega.

En el plano personal y a pesar de la carga de trabajo que tendrá en el 2006, Loaiza espera que pueda pasar más tiempo con sus seres queridos. "Los extraño mucho. Siete u ocho meses que estoy fuera en Estados Unidos lo hacen difícil", explica el ligamayorista. "Quisiera estar con ellos y tenerlos a mi alrededor todo el tiempo. No me gusta estar solo y siempre quiero estar con gente, especialmente con mi familia".

Para Loaiza el 31 de diciembre siempre ha representado un festejo por partida doble, ya que además de realizar el brindis típico para darle la bienvenida al nuevo año, el tijuanense también le pone una vela más a su pastel.

"Es doble pachanga, pero un solo regalo", comenta Loaiza mientras ríe y se remite a sus años de infancia. "Cada vez que se acercaba la fecha me daban sólo uno y eso todavía lo recuerdo", agrega el pitcher mexicano.

Cuando era niño, el ahora lanzador ligamayorista pasó años en los que no existían los lujos en su familia y tenía que conformarse con lo que le podían dar. "Yo sé que siempre mis papás estaban gastados y tenían muchas compras; para mí, un regalo era suficiente", explica Loaiza Veyna.

Ahora que los tiempos difíciles han pasado, el serpentinero trata de asegurarse que los suyos ya no pasen por carencias. "Afortunadamente ya no me falta nada. Si necesito algo lo puedo comprar", señala Esteban satisfecho por lo que las oportunidades que la vida le ha brindado, destacando en el mejor beisbol del mundo. "Lo que quiero es darles todo lo que necesiten".

El próximo sábado, Loaiza cumplirá 34 años, 10 de los cuales se ha mantenido en la Gran Carpa sin interrupciones, lo que le ha dado un lugar y estabilidad en su carrera, lo cual se vio reflejado hace unas cuantas semanas cuando llegó a un acuerdo con los Atléticos de Oakland por tres temporadas y 21.3 millones de dólares. "Fue un contrato bueno, garantizado y me ha costado trabajo conseguirlo", apunta el de Tijuana, en lo que será su regreso a la Liga Americana con el mejor acuerdo económico en toda su estancia en las Mayores. "Son tres años garantizados y afortunadamente se arregló todo bien".