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Serena Williams le ganó otra vez a Sharapova y pasó a semifinales

MELBOURNE -- Otra vez Serena. Sí, por 18ª vez seguida, la menor de las Williams le ganó a Maria Sharapova. Sin dudas, la tiene de hija, deportivamente hablando, claro. La Nº1 del mundo ratificó su gran nivel, desató un partido muy duro y trabado y se impuso por 6-4 y 6-1 a la rusa, en la reedición de la final de Melbourne del año pasado, para contabilizar 30 accesos a semifinales en los Grand Slam. Su próxima rival será Agnieszka Radwanska.

Así, Serena, en un partidazo de golpe por golpe, a pura potencia, sacó boleto a la siguiente instancia sin ceder un set en sus cinco triunfos al hilo en este primer Major del año. Y con autoridad, con gran convicción para intentar, buscar y definir, la estadounidense dio un gran paso en la búsqueda de su 22º título de Grand Slam para igualar la mejor marca de la era abierta al profesionalismo, en poder de la alemana Steffi Graf.

Ahora la reina del circuito WTA se puso 19-2 en el enfrentamiento frente a la siberiana, con el plus de que acumula 18 triunfos en fila y no pierde con esta rival desde 2004. Además, festejó en los últimos 16 sets. Y, como frutilla del postre en este gran choque entre las dos jugadoras más taquilleras del tenis, tomó ventaja de 12-1 en canchas duras, incluyendo alegrías en los cuatro cruces en este tradicional certamen.

El comienzo fue un poco inesperado, ya que la que impactó primero fue Sharapova, con un quiebre en el juego inicial, con potencia, bien plantada y frustrando a Serena, que buscó más fuerza en sus golpes y quedó larga en más de uno. Enseguida mantuvo para ponerse 2-0. Pero las dobles faltas le empezaron a jugar una mala pasada a la exlíder del ranking y así, en minutos, la estadounidense pasó de 0-2 a 3-2. Estuvo a punto de romperle otra vez a la rusa, que levantó desventaja de 0-40 en el octavo capítulo, y luego fue la ganadora la que remontó dos chances de rotura de su adversaria.

En un gran duelo de potencia, fue Serena la que se fue moviendo mejor, ganando el duelo psicológico, clave en este clase de partidos, hasta que su audacia y agresividad desde ambos lados le permitieron conseguir el ansiado nuevo rompimiento, en la cuarta ocasión, para así quedarse con el primer set. Al fin de cuentas, toda esa paridad se diluyó en minutos, porque la estadounidense tomó, gracias a su fortaleza mental y su decisión de ir por más en cada tiro, una ventaja rápida de 4-0 en el siguiente parcial.

Apenas unos instantes más le duró la ilusión a Sharapova, que vio escapársele otra oportunidad de cortar la nefasta racha ante Serena. De esta manera, la líder del tour, dueña del récord de seis coronas en Melbourne Park, se metió en semifinales por sexta vez seguida en los Majors, mientras que la siberiana, Nº5 del ranking y campeona aquí en 2008, se quedó otra vez a mitad de camino, con las manos vacías y una desazón enorme.

Serena, por su parte, se enfrentará en una semifinal a Radwanska (4ª), ya que en la apertura de la novena jornada superó a la española Carla Suárez Navarro (11ª del mundo y 10ª cabeza de serie) por 6-1 y 6-3, tras una gran tarea. Así, la polaca repitió la semi que disputó en Australia hace dos años y, a la vez, privó a la canaria de de su primera semifinal en un gran torneo.

La mayor de las Radwanska apenas había entregado un set en su camino a cuartos y ratificó su inteligencia y oficio con otra actuación de gran nivel. Fue lapidaria en el set inicial y el segundo ya fue diferente, con quiebres alternados. Logró otra rotura rápida para adelantarse 2-0, pero enseguida entregó el propio servicio. Buscando otra vez ángulos abiertos, desestabilizó a Suárez Navarro y se puso 3-1, con otro rompimiento. Pero no pudo sostenerlo y lo cedió. Ya volvió a quebrar en el octavo y en minutos selló el merecido triunfo.

Tuvo algunos tiros ganadores menos Radwanska, pero la diferencia la marcó el ítem de los errores no forzados, con 12 de la vencedora frente a 42 de su rival. Así, el duelo personal quedó 3-1 en favor de la polaca, finalista de Wimbledon 2012. Ella fue la primera en sacar pasaje a semifinales, con su arte de elaborar jugadas con mucha mano, cambiar el ritmo constantemente y neutralizar a la de enfrente con muchas variantes. Fue una victoria tan festejada, como merecida. Y ahora se le viene la mejor de todas, nada más y nada menos. Por eso, el desafío es tremendo.