Tenis
Tomás Rodríguez Couto 8y

Juan Mónaco: "El día que me retiré pensé que nunca más jugaba"

BUENOS AIRES -- El ATP de Buenos Aires siempre fue especial para Juan Mónaco. Hace 12 temporadas, a pocas semanas de su última actuación en Futures, hacía su debut en el alto nivel con dos victorias en el cuadro principal. 10 años más tarde, la derrota se impregnaba en su estado de ánimo: "El físico me está jugando una mala pasada. Me siento muy disminuido cada vez que el partido se pone un poco largo e intenso", confesaba. Ya en 2015, alcanzaba la final, a días de que le anunciaran su exclusión del equipo argentino de Copa Davis. "No fue una semana fácil para mí", decía.

Esta vez, el Court Central Guillermo Vilas fue el escenario elegido para su regreso al circuito a seis meses de su operación de muñeca, una de las más complejas en el mundo tenístico. Por eso, su victoria ante Marco Cecchinato tiene un sabor particular. “Estoy contento porque de principio a fin me sentí bien”; comentó ante ESPNtenis.com, tras el 6-1 y 6-3. “Jugué sólido, no me puedo reprochar nada. Saqué bien, algo de lo que tenía temor al principio. Pero ya había entrenado un mes con muchas ganas. Por suerte se dio de la mejor manera”.

“Me sentía competitivo, por eso jugué acá. Pero cuando uno tiene tanto tiempo de inactividad, jugar es otra cosa”. El italiano nunca pisó el Top 80 ni tiene grandes resultados en el alto nivel al punto de no haber sumado, aun, su primera victoria ATP. Para el hombre de Tandil, luego de competir infiltrado durante tres años y la reciente cirugía, el rival no era lo más importante: “El día que me operaron tenía mucha incertidumbre. El día que me retiré pensé que no jugaba nunca más. Tuve miedo. No se sabía cómo iba a quedar la mano. Uno no sabe cómo va a quedar. Ya pasó con Guillermo Pérez Roldán (N. de R: extenista de su ciudad; 13º ATP en 1988) y otros jugadores con esta misma lesión. Desde que me retiré hasta que me fui a operar tuve la peor semana de mi vida. Tuve temor, realmente. Soñaba todas las noches. La pasaba mal”.

Para bien y para mal, Kitbuhel 2015 terminó siendo un punto de inflexión también en su vida personal: “Me lo tomé tranquilo, haciendo cosas que no pude hacer en 12 años de carrera. Viajé a Tandil, disfruté, traté de no pensar en el tenis. Y cuando el cuerpo me pedía entrenar, entrenaba. Entendía que era parte de un proceso. Cuando fueron pasando las semanas me empecé a sentir mejor. Disfruté la vida, mi sobrina, viajar. Me hizo recapacitar y ponerme pilas. Me dejó ser más humano, salir un poco de la burbuja del tenis”.

Y llegó el verano: recuperación, pretemporada, y puesta a punto con Sebastián Prieto en diciembre (antes de su gira en Australia con Diego Schwartzman) y Mariano Zabaleta en enero, en busca de un tenis más agresivo, con Los Juegos Olímpicos como una de las metas del año: "Son algo principal, me lo propuse el primer día que empecé a entrenar. Pero ya estoy más grande y tengo que buscar acortar los puntos si quiero estirar la carrera. Son cosas que uno entrena; difícil de ejecutar en torneos. Es un camino difícil. Fue un trabajo intenso con cosas suplementarias al tenis, con yoga... Si volvía a jugar, quería ser mejor jugador y hacer cosas complementarias porque uno se va haciendo más grande y tiene que empezar a buscar variantes”.

Rafael Nadal, nada menos, será su rival en segunda ronda, en la reedición de la definición de la temporada pasada: “El cuadro ya era durísimo y podía tocar. Estoy contento por volver a jugar con Rafa. Aunque en diferentes circunstancias, se revive la final del año pasado. Es un partido durísimo pero no tengo nada que perder. Estoy motivado, con ganas. Es una buena prueba para saber donde estoy parado. Después de la lesión, son todos Nadal”.

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