PARÍS -- La puertorriqueña Mónica Puig celebró su agónica victoria en segunda ronda de Roland Garros en tres sets y casi en penumbra contra la alemana Julia Georges, un duelo en el que la bogotana supo poner en la cancha su carácter ganador.
"No sé cómo encontré esa fuerza interna pero soy una guerrera y siempre voy a luchar", declaro la tenista tras doblegar a la alemana 7-5, 6-7 (4) y 7-5 en 2 horas y 59 minutos. El encuentro, que cerró con en su tercera bola de partido en el último set -a las que se suman otras dos en el segundo- fue agónico tanto por el resultado como por las condiciones, en una cancha repleta de público y al borde del aplazamiento por falta de luz.
"Parecía más un partido de fútbol que de tenis. Pero es bonito ver tanta fanaticada. Se vive de eso y a mí me encanta. Fue un poco más para ella que para mí, pero se disfruta", comentó la de San Juan sobre "una victoria un poco más especial porque realmente enseña tu carácter en la cancha".
"Todo el mundo puede ganar 6-2 y 6-2, cuando todo te está saliendo bien (...) pero cuando no hay salida, no hay luz, no hay ventana de oportunidad, una lo disfruta más", agregó Puig, que bromeó con su gusto por el "el drama en los Grand Slam", después de ganar en segunda ronda del pasado Abierto de Australia a la checa Kristyna Pliskova por 4-6, 7-6 (6) y 9-7.
Su trabajada victoria, y su tendencia ascendente en el ránking de la WTA, que mejorará al terminar el torneo respecto a su actual puesto 53, le hacen sentir que está viviendo un momento dulce, a sus 22 años.
"Estoy enfrentando uno de los mejores años de mi carrera por ahora y quiero seguir luchando por más", declaró la puertorriqueña, que terminó su partido de hoy entre lágrimas.
A continuación se medirá contra la estadounidense Madison Keys, 15ª cabeza de serie y verdugo de la colombiana Marina Duque Mariño. "Voy a disfrutar de esta victoria porque fue bastante sufrida. Ahora no quiero pensar en el próximo partido", sentenció.