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Un campeón de película

BRISTOL (ESPNdeportes.com) -- En un deporte en el que predomina un perfil muy parecido de quienes llegan a ser boxeadores, Palomino fue una de las pocas excepciones.

Los anhelos y ambiciones de un joven oriundo de San Luis de Colorado, Sinaloa, iban más allá de un cuadrado encordado en el que, por lo general, de la noche a la mañana nacen y se esfuman muchos sueños.

Palomino fue un boxeador y un campeón diferente, todo un graduado universitario que supo sacarle provecho a su talento más allá del boxeo.

Su imagen incursionó en el mundo de la televisión y el cine, pasando de deportista a artista.

Pero según cuentan sus allegados, a Palomino siempre se le hizo fácil perfeccionar el arte de lo que hacía, como cuando de niño que se ocupaba limpiando zapatos (o como se dice en México, "boleando"), o después superando con creces los retos académicos, y claro, desarrollando un inteligente plan de trabajo que ejecutaba en el ring y que lo hizo llegar a donde llegó en el boxeo; ante todo, perfeccionó su arte en la toma de decisiones, sabiendo retirarse en el momento adecuado.

No nos podemos olvidar de sus otras facetas, como actor o comentarista, que conllevan otro grado de artesanía personal. Pero igualmente en eso, Carlos ha sabido consolidarse como artista frente a las cámaras.

¿Los secretos de Palomino para su éxito?

Carlos no tiene un manual que se pueda vender, pero sí les puedo asegurar que todo comienza por la educación que recibió en el seno del hogar Palomino, donde le fueron inculcados los valores morales y éticos que no tienen precio y que representan los cimientos para el resto de la vida.

A base de arduo trabajo, dedicación, y tomando decisiones acertadas, Palomino se abrió camino en el mundo del boxeo hasta el punto de llegar a dominar la categoría Welter.

El reinado de Palomino en los tinglados fue a finales de la década de los 70.
Si bien su carrera no duró más de siete años (sin contar el retorno), maximizó el tiempo
e hizo lo suficiente para inmortalizar su nombre en el Salón de la Fama.

Cuatro años después de su debut profesional, Carlos Palomino era monarca mundial.
Así se mantuvo por dos años y medio hasta que perdió el cetro ante Wilfredo Benítez en enero de 1979. Seis meses después, perdería frente al temido "Mano de Piedra" Durán, con lo que tomó la decisión de retirarse.

Casi dieciocho años después, en enero de 1997, Palomino le hizo caso al gusanito y regresó al boxeo.

Camino a sus 48 años de edad, el ex monarca no se dejó engañar por la seguidilla de cuatro victorias consecutivas, y al perder frente a Wilfredo Rivera -en el mismo Auditorio Olímpico de Los Ángeles donde debutó- puso el definitivo punto final a su carrera, sin necesidad de manchar su imagen como le ha sucedido a muchos grandes en sus ambiciosos retornos.

Otra vez, Carlos se distinguiría por su toma de decisiones.

Palomino disfrutó lo mejor del boxeo, respetó los riesgos del mismo, y luego supo sacarle provecho a lo cosechado durante ese tiempo.

Carlos Palomino siempre será recordado como un gran campeón y como una persona de gran calidad humana, como sigue siendo hoy en día, humilde y generoso, que le devuelve algo a su gente mediante la formación y promoción de nuevos valores del deporte de los guantes.

Es también un hombre dinámico que aprovecha cada oportunidad que tiene para añadir algo a su gran trayectoria y legado.

Carlos Palomino, un artista dentro y fuera del cuadrilátero, por la forma como hilvanó su carrera para llegar a dominar una de las divisiones mimadas del boxeo, pensando siempre en el más allá personal y profesional.

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