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¿Pasará la Juventus?

BRISTOL, CT (ESPNdeportes.com) -- En el reinicio de la UEFA Champions League, ya en octavos de final, Juventus visitó a Werder Bremen en la ida. A pesar de haber perdido el encuentro (3-2), Juventus cumplió la misión establecida por don Fabio Capello de anotar como visitantes en el estadio WeserStadion.

Este duelo entre el campeón del Calcio y una de las revelaciones de las últimas campañas en Alemania, había generado gran expectativa por tratarse de un choque entre dos verdaderas máquinas ofensivas.

Juventus, indiscutido líder de la Serie A, ha anotado 53 goles en su campeonato doméstico, mientras que el Werder Bremen, es por mucho, el equipo más ofensivo en la Bundesliga con 52 tantos anotados.

Ambos técnicos no se reservaron mucho y formaron con sus habituales, a excepción de un par de bajas por bando. Thomas Schaaf debió recurrir a Tim Wiese bajo los tubos para reemplazar al titularísimo Reinke, fuera por una fractura craneal que sufrió el día 8 de este mes en partido de liga.

Frente a Wiese se plantó la última línea con dos veloces laterales como Owomoyela y Schulz (anotó en una de sus múltiples llegadas), mientras que los centrales fueron los habituales Fahrenhorst y el brasileño Naldo.

En la medular, el técnico germano tuvo a sus tres valuartes: el capitán Baumann, el polifuncional Borowski, y el incansable internacional alemán Torsten Frings, quien a pesar de estar condicionado con lo de las amarillas, se las agenció para meter la pierna sin arriesgar su presencia en la vuelta.

La dirección ofensiva de la nave corrió por cuenta del francés Micoud, ex jugador del Parma y por consiguiente muy conocido por los jugadores de Turín, varios de ellos excompañeros.

Y en el letal frente de ataque apareció una vez más la dupla "K&K" de Klose y Klasnic, quienes no habían jugado juntos por algunas semanas.

Por parte de Juventus, las variantes se dieron en la franja defensiva ante las ausencias de Zambrotta y Zebina. Así, don Fabio tuvo a Balzaretti por izquierda y Blasi por derecha, en una movida ya ensayada anteriormente con aceptables resultados.
Por el centro quedaba intacto el candado Thuram-Cannavaro.

El medio campo juventino es de lujo, con Vieira-Emerson como una de las sociedades más efectivas del momento, y con Nedved y Camoranesi como dos válvulas de llegada por los flancos.

Al frente, los de siempre, la pareja de torres Trezeguet-Ibrahimovic. Se esperaba un duelo abierto, con muchas oportunidades frente a los dos arcos, y con goles. Ciertamente así fue...

Desde que dio la orden Mejuto González, fue el equipo alemán, que merced a su condición de local, intentó tomar la iniciativa e imponer el ritmo tempranero.

La dinámica de ataque de este cuadro alemán es realmente digna de admirar.

A nivel defensivo es donde a veces puede ser vulnerable, por lo que la orden del técnico Schaaf fue de empujar la última línea lo más arriba posible y lejos de su área, inclusive hasta la línea de medio campo donde a ratos se estacionaban los cuatro defensores.
Si bien era jugar "al filo de la navaja", inicialmente Juventus tuvo problemas para encontarle la vuelta al offside.

Mucho del toque rápido de balón se daba en un reducido espacio en el centro donde el trabajo de Vieira y Emerson se intensificó.
Es a partir de esto que se puede apreciar el gran despliegue y dinámica del cuadro germano que con Micoud como referente ofensivo se armó en base a movimientos diagonales tanto de Klose como de Klasnic, quienes una y otra vez arrastraban marcas y abrían espacios para las incorporaciones de Borowski y Frings, así como del mismo Micoud.

Fue precisamente en uno de esos ataques con diagonales, aprovechando una subida del lateral izquierdo Schulz, que confundió totalmente los relevos juventinos para decretar el primer gol del partido en el primer tiempo.

SALIÓ CON TODO

En la etapa de complemento, Juventus salió del túnel como un toro herido. Había que salir a buscar la misión del gol de visitante. Y vaya si se lo tomaron en serio los jugadores que en cuestión de instantes crearon varias opciones cerca del área alemana.

Ante el acoso y la agresividad de la Juve, el Bremen no pudo subir sus líneas con la facilidad con que lo había hecho en la inicial.

Esto le abrió la puerta a Vieira para aventurarse más al ataque, en lo que sería una de las claves del despertar de la Vecchia Signora.
Ibrahimovic comenzó a salir del área y a rotar hasta por las parcelas de Nedved y Camoranesi con lo que confundió un poco las marcas alemanas.

Fabio Capello es un viejo zorro de estas variantes tácticas y cuando apretaba la Juve se sacó su carta favorita de la manga: el ingreso de Alex Del Piero en un intento por romper con el cerrojo que ya tenía casi descifrado. La inclusión del capitán trajo aún más confusión defensiva para los de casa, y unos minutos después de su ingreso, la Juve empataba el partido, e inclusive le daría vuelta en cuestión de nueve minutos.

Thomas Schaaf se vio obligado a sustitiur a su goleador Klose, quien después de tantas diagonales terminó acalambrado. Entonces ingresó el desequilibrante y fogoso paraguayo Nelson Haedo cuya labor principal es de comodín en situaciones como esta.

Los últimos diez minutos del encuentro fueron espectaculares con ambos equipos lanzados decididamente al ataque.

Juve le dio vuelta al marcador en el minuto 83, lo que sirvió de alarma para el Bremen respondiera cinco minutos después con el empate a dos y cuando transcurría el segundo minuto de los tres adicionales anunciados, diera la estocada final a base de determinación y convicción en pós del arco rival.

Fue un vibrante partido entre dos equipos con estilos muy distintos pero con el denominador común de ser altamente efectivos frente al arco.

Los de casa demostraron la gran confianza que se tienen cuando van hacia delante, y enviaron un mensaje de que están decididos a borrar la amarga memoria de su humillante eliminación la temporada pasada a manos del Lyon.

Para los de Capello, este no es el fin del mundo, aunque sí queda pendiente la tarea de analizar qué pasó con un par de balones sueltos cerca de su área chica...

Si bien la Juve ya habían perdido en su visita a Munich en octubre, ahora sus dos goles de visitante podrían esconder alguna ventaja en esta eliminatoria directa.

Juventus perdió esta primera batalla, mas no así la guerra de 180 minutos. Un triunfo por 1-0 dentro de dos semanas en el Delle Alpi sería suficiente para eliminar a los germanos y avanzar a cuartos de final por segundo año consecutivo, aunque conociendo el potencial ofensivo de ambos equipos, pocos se atreverán a anticipar un marcador tan mesquino.

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