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¿Dr. Jekyll o Mr. Hyde?

(ESPNdeportes.com) -- Los representantes de la Concacaf han mostrado dos caras en lo que va del Mundial 2006.

Por un lado nos han dado momentos y muestras de coraje, mientras que por otro, nos han ofrecido minutos de agobio y decepción, sin dejar claro aún cuál es la realidad futbolística de la región.

COSTA RICA
Costa Rica portó el estandarte de la región al jugar el partido inaugural ante Alemania.

Esto representó una oportunidad única de hacer historia, ya fuera por algo positivo o por algo negativo.

Al final de cuentas, los ticos quedarán en la historia con un poco de las dos cosas: es cierto que se llevaron cuatro goles teutones pero a la vez sus dos anotaciones dejaron en el paladar una sensación prometedora.

Sin embargo, en su segundo partido frente a Ecuador vendría la confirmación de algunas dudas generadas en la inauguración. La selección centroamericana lució mal ante un rival que, aunque no cuenta con grandes estrellas, ha sabido unirse en el momento indicado, maximizando sus recursos y lidiando con sus carencias.

Así, Ecuador le dio a Costa Rica una lección de eficiencia en la cancha, presentándose como un equipo equilibrado y con oficio, capaz de manejar diversas situaciones, y ante todo capaz de aprovechar la nobleza - o inocencia - del rival.

Lo que realmente me preocupa del desempeño tico, es que como representante de Centroamérica (fue el mejor de esa región en la eliminatoria) es que quizás habla por sí mismo de la realidad del fútbol en el istmo, donde obviamente se juega a otro ritmo y el roce internacional sigue siendo el Talón de Aquiles.

Ahora, por el bien de la región y del suyo propio, Costa Rica tiene la obligación de lavarse la cara en su último partido frente a Polonia, aunque no olvidemos que los polacos llegan con exactamente la misma intención...

TRINIDAD Y TOBAGO
El segundo en ver acción fue Trinidad y Tobago, que se las vio ante Suecia en su debut mundialista.

Cabe destacar que el equipo caribeño ocupaba antes del Mundial una de las últimas posiciones - por no decir la última - en la mayoría de las casas de apuestas.

Después de todo es la nación más pequeña en participar en una Copa del Mundo, y es más conocida por el cricket y la música soca que por la práctica del balompié.

Sin embargo, de la mano del trotamundo Leo Beenhakker, los "Soca Warriors" lograron asegurar su participación eliminando a Bahrein vía repechaje, poniéndole así el broche de oro al camino más largo de los 32 equipos que llegaron a Alemania.

En total, Trinidad jugó veinte partidos para poder llegar a Alemania, por lo que llegaba dispuesto a sacar el máximo de esta vitrina.

Frente a los suecos realmente nos dieron una muestra de coraje y entrega, concentrados durante los noventa minutos, de los cuales los últimos cuarenta y cinco los debieron jugar con un hombre menos por la expulsión de Avery John.

Veo a Trinidad y Tobago y me hace pensar en una Inglaterra, claro, de tercera categoría pero fiel a un estilo muy británico.

Esto se explica por el hecho de que la mayoría de sus jugadores militan o han militado en segunda y tercera división del fútbol inglés y algunos hasta han nacido por aquellas tierras. Dwight Yorke, como recordaremos fue ídolo del Manchester United, con el que ganó la UEFA Champions League en 1999, aunque evidentemente ya no es el mismo goleador de antes y ahora más bien aporta desde el medio campo de creación.

Por eso el partido contra la mismísima Inglaterra escondía una motivación adicional para este equipo, y los trinitarios estuvieron a punto de faltarle al respeto a uno de los supuestos favoritos, aunque al final terminaron cediendo en las postrimerías del encuentro.

Que no quede duda, eso sí, de que estos muchachos dieron lo mejor de sí en la cancha y asimilaron muy bien las instrucciones del veterano técnico holandés.

Prueba de la entrega de este grupo de guerreros es que aún siguen con vida y de vencer a Paraguay -siempre y cuando Suecia pierda ante Inglaterra y cambié la diferencia de goles-, estarían en la próxima fase.

MÉXICO
Después sería el turno de México, que al ser considerado el gigante de Concacaf por lo general tiene mayor presión encima, circunstancia enfatizada por el hecho de ser cabeza de serie en esta oportunidad.

El proceso eliminatoria para el Tri fue como de costumbre, y obtuvo la clasificación como se esperaba.

Sin embargo, las incógnitas y pinceladas de incertidumbre no faltaron antes del debut mundialista: que había división en el vestuario, la presión de ciertos sectores por la inclusión de los naturalizados, o que había enfrentamientos entre técnico y jugadores.

En fin, situaciones casi normales pero que a veces atacan justo en el momento cuando un equipo se apresta a afrontar un serio desafío como es el Mundial.

En su primer duelo ante Irán, el equipo azteca sacó a relucir su mejor cara, la misma que presentó en la pasada Copa Confederaciones y que ahora ha puesto a millones a soñar con un gran Mundial.

México presionó cuando lo tuvo que hacer, y clavó la estocada en el momento ideal para dejar una grata impresión en su estreno.

Sin embargo, en su segunda salida vimos una cara del Tri que muchos no querían ver, y el equipo de La Volpe sufrió ante el debutante y modesto equipo de Angola.

Es cierto que no pudo contar con Borgetti, su máximo referente en ataque, sin embargo, es en estas situaciones donde se pone a prueba el potencial de un equipo que tiene recursos y capacidad para improvisar ante los cambios en el guión.

México no pudo y se ahogó en su propio vaso de agua al no poder romper con el cerrojo angoleño.

Ahora tiene el destino en sus manos en el Mundial. Sin embargo, deberá asegurar su pase a octavos frente al ya clasificado Portugal, que por su parte viene embalado y buscará ratificar este gran momento que lo ha llevado a una segunda fase por primera vez en cuarenta años.

ESTADOS UNIDOS
El último en saltar a la cancha por esta región fue Estados Unidos.

El equipo de Bruce Arena ha sido catalogado como el segundo mejor equipo de la región detrás de México, y quizás eso se refleje en como ambos clasificaron de la mano, diferenciados únicamente por la diferencia de goles.

Pero ya en el Mundial, ¡ay señores!, vaya sorpresa -o decepción- nos dio el equipo de las barras y las estrellas en su primera salida.

Si bien es cierto, la República Checa llegaba con título de posible sopresa y colmada de figuras, el desempeño de los norteamericanos me hizo recordar más bien aquellas participaciones en los Mundiales de Italia y Francia.

El equipo estadounidense se vio tímido y lento en la reacción, escaso de ideas y ante todo carente de esa chispa que le hemos visto en otras oportunidades, y que es reflejo de su evolución futbolística. Lo que vi frente a los checos me hizo me hizo retroceder unos cuantos años, a aquella época cuando los seleccionados eran muchachitos sacados del campeonato universitario y vestidos con los colores nacionales para ir a un Mundial.

Estados Unidos se vio mal ante la República Checa y todos esperaban lo peor cuando se enfrentara a la poderosa Italia. Sin embargo, hubo jalón de orejas después del primer partido y el siempre correcto y educado Bruce Arena prometió cambios en la formación y ante todo en la actitud de sus pupilos.

Para empezar, Arena hizo un par de variantes de inicio para el duelo con Italia buscando darle mayor dinámica al equipo. Pero más allá de lo táctico, vaya si vimos un cambio drástico en la disposición de los jugadores.

Los norteamericanos, al igual que Trinidad, debieron jugar casi todo el segundo tiempo con un hombre menos (en realidad ya eran dos pero a Italia también le habían expulsado a uno). Es precisamente por eso que toma otra dimensión el decoroso empate a uno que logró Estados Unidos, pues el desgaste físico fue inmenso con nueve hombres en la cancha para mantener el empate ante una selección Azzurra a la cual nunca ha podido vencer.

El equipo, con su orgullo herido por los checos, respondió y también mantiene vivas sus aspiraciones de una segunda ronda, siempre y cuando derrote a Ghana y el resultado entre checos e italianos los favorezca.

El balance después de dos partidos para cada uno es mixto, desde la angustia en el encuentro inaugural hasta la más reciente muestra de alma y corazón por parte de Estados Unidos.

La historia no ha terminado, y de los representantes de la Concacaf, uno ya tiene sus malestas listas y solo espera limpiar un poco su imagen y la de la región, mientras que los otros tres aún no se aseguran su boleto a la segunda fase, por lo que quedamos en suspenso pues la Concacaf puede terminar con hasta tres equipos en segunda ronda, o bien ninguno...

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