Ahora, tres semanas después de haber debutado en las Grandes Ligas, el venezolano de 20 años con la recta de 95 millas por hora y un formidable slider es el que prepara el terreno al taponero Troy Percival en el bullpen de Anaheim.

"Este muchacho no tiene miedo", dijo el lunes el entrenador de pitcheo Bud Black mientras el equipo se preparaba para el inicio de la serie de campeonato ante los Mellizos de Minnesota, que arranca el martes. "El lanza con gran calma".

"Luego de su tercera salida, supimos básicamente qué teníamos entre manos", afirmó.

Rodríguez, que fue contratado por Anaheim cuando tenía 16 años, se convirtió en relevista esta campaña por recomendación de varios miembros del personal de ligas menores.

"El solía lanzar bien dos o tres innings y perder concentración", dijo el asistente del gerente general Ken Forsch. "El hacía muchos lanzamientos, y perdía el control".

"El se adaptó al papel de relevista como pato al agua. Su slider es simplemente venenoso. Las rodillas de los bateadores derechos se doblan cuando la ven y la pelota se le zambulle a los zurdos. Y su recta se mueve mucho".

Rodríguez dice que al inicio no estaba contento con el cambio a relevista. Pero eso cambió muy pronto.

"En un mes, ví los resultados", dijo. "Mi brazo estaba ganando fuerza porque estaba lanzando todos los días. Lanzar una o dos entradas es diferente a ser abridor. Cuando yo era abridor, el brazo me dolía todo el tiempo. Ahora nunca me duele. No quiero volver a ser abridor jamás".

Rodríguez tenía un récord de 5-7, con promedio de carreras limpias de 5.38 en 20 aperturas con el Rancho Cucamonga de Clase-A el año pasado.

Cono relevista esta campaña, el venezolano trabajó en 50 juegos en Doble-A y Triple-A, yéndose 5-6, con 15 salvamentos, 2.27 PCL y 120 ponches en 83 1-3 innings.

Rodríguez hizo su primera actuación con los Serafines el 18 de septiembre, y empató el récord de Nolan Ryan para la franquicia, conocho ponchetes consecutivos en los cuatro primeros partidos.

Terminó ponchando a 13 de los 23 bateadores que enfrentó, y con ello, los Serafines le pusieron en su nómina para los playoffs. Allí maniató a los Yanquis en los juegos 2, 3 y 4, ganando los dos primeros.