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¿Superclásico mata clásico?

BUENOS AIRES -- Seis fechas sin ganar, un equipo que no encuentra el rumbo. La sombra del Superclásico ya está instalada sobre el firmamento millonario y la adversidad la vuelve cada vez más majestuosa. Decisiva. Todo lo que hoy se hace y lo que sucede es pensando en el 7 de noviembre. Como si no hubiese nada en el medio. Es normal, pasó siempre, pero esa sensación de dependencia que hay se magnifica cuando la coyuntura es errática. El día a día gira en torno a lo que ocurra con Boca. El sábado la gente ya dio su veredicto al respecto. Luego de la pálida actuación ante Racing y tras algunos silbidos, el estribillo que unificó criterios fue: "Contra Boca cueste lo que cueste, contra Boca tenemos que ganar". Esa es la fecha de vencimiento que le pusieron a la tolerancia. Las frustraciones previas a ese choque pueden dolerle al hincha, pero consigue metabolizarlas. Todo queda tapado con la ilusión de una alegría en el partido que con mayor esperanza aguarda. Ahí Cappa comenzará a definir si su futuro pasa a ser tranquilo o tumultuoso, si aquel horizonte de junio que le impone su contrato se cumple o sufre una abrupta culminación. Atención, esta no es una idea desestabilizadora ni mucho menos, es algo que muchos dirigentes piensan. Boca pasó a ser la gran prueba para el DT.

FERRERO Y DIEZ MÁS
Mire usted en el punto que se encuentra River, lo que puede la necesidad, que antes de terminar el primer tiempo la hinchada del Millo empezó a corear el nombre de Alexis Ferrero. Y al señalar esta situación como un hecho curioso no lo hacemos en desmedro del defensor. Desde esta columna hace rato ya que se viene marcando que debe estar en el equipo, lo llamativo es que se pida por un jugador que no enarbola las cualidades futbolísticas que históricamente reclamó la gente de River. Pero estaba tan claro que debía tener un sitio entre los titulares, que, ante la reiterada floja actuación de Arano, la gente estalló y le transmitió su preferencia al entrenador, quien, después de cinco fechas, le devolvió a Ferrero lo que nunca tendría que haber perdido.

¿CAMBIOS ACERTADOS O RESPUESTA TARDÍA?

En el entretiempo Cappa puso a Ferrero y a Buonanotte. Cuando se jugaban apenas 30 segundos de la parte final, pase del defensor y definición del Enano. ¿Cómo se mide lo sucedido? Mitad del vaso llena: el técnico reaccionó a tiempo y motorizó una levantada del equipo que venía siendo dominado. Mitad del vaso vacía: hizo lo que tendría que haber ensayado hace rato. Ambas ideas son correctas, elija usted la que crea más conveniente.

Un dato llamativo y que, en todo caso, no revela un síntoma favorable, está relacionado con lo narrado recién. No es común que Cappa se vuelque por contradecir sus principios futbolísticos. Al contrario, lo más factible es que no los abandone ni siquiera en la adversidad extrema. Podrá decirse, entonces, que el sábado movió el tablero impulsado por una lesión (la de Román), pero cambió. Por momentos jugó con tres en el fondo, sin un lateral tradicional (cuando sacó a Arano) y, en otros pasajes, hasta con un doble cinco. Si se trata de una maduración, bienvenida sea, si lo hace por tirar manotazos de ahogado, es preocupante.

SILBADO POR PRIMERA VEZ
Cuando finalizó el primer tiempo y Cappa se iba al vestuario, gran parte de la platea San Martín lo despidió con silbidos e insultos. No es poco común que ese sector tenga reacciones semejantes, apeló a ellas con infinidad de entrenadores. Sí es todo un dato que haya sufrido ese indeseado bautismo de fuego. Un indicador irrefutable del punto en el cuál se encuentra la tolerancia de la gente.

¿PUEDE RIVER GANARLE A BOCA?
Sin dudas. Son equipos con carencias muy marcadas, parejas y visibles. En ambos casos las defensas se muestran frágiles, vulnerables. Eso sí, para tener la tarde de gloria que tanto anhela el hincha será determinante que mejore la puntería. Algo similar a la efectividad que exhibió en Mendoza, pero generando cinco veces más de llegadas. Además resultará fundamental que Almeyda llegue a en buenas condiciones. Su presencia le entrega al equipo el plus que hoy le falta. No es casualidad que desde que se lesionó River no haya vuelto a ganar. El Pelado tendrá que estar en cancha; Funes Mori y Pavone deberán aprovechar todo lo que se le presente; Lamela desequilibrar por la banda (punto débil de Boca); la defensa estar concentrada, etc, etc. Es cierto, el fixture indica que antes está All Boys, un enfrentamiento muy importante, pero no dude que en Núñez hoy todo pasa por el Superclásico. Un triunfo o con una derrota entregará respuestas (y decisiones) que marcarán el clima que acompañará a la vida Millonaria en el corto plazo.