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Rentería debería retirarse en su mejor momento

Ningún pelotero de los Gigantes de San Francisco, ni Willie Mays, ni Jeff Kent, ni Barry Bonds, ha jugado un papel más importante por ese equipo que el colombiano Edgar Rentería en la postemporada.

Sus asombrosos números de la Serie Mundial del 2010 le ganaron el premio de Jugador Más Valioso en el campeonato. Su entrega al deporte le ganaron a San Francisco la primera corona de béisbol de su historia.

Esas dos situaciones, de por sí, son buenas para argumentar que Rentería, un campocorto natural de 35 años de edad, debe retirarse. A sólo días de su gloriosa gesta en la Serie Mundial, la opción de club para retener sus servicios por $9,5 millones fue rechazada por los Gigantes.

Edgar Rentería

Getty Images

El jonrón de Edgar Rentería contra Cliff Lee nunca será olvidado en San Francisco, ni en Texas

Así es el béisbol. Un día estás en el tope de la cima y una semana después estás desempleado.

Sería muy difícil para Rentería repetir el escenario triunfal del 2010 para poder decirle adiós al béisbol de Grandes Ligas al tope del universo y con el JMV entre sus manos. Sería muy difícil para él competir por su posición día a día o hacer la transición para jugar del banco.

Si quisiera regresar a las mayores en el futuro, tendrá que practicar intensamente la posición de segunda y tercera base durante los entrenamientos de primavera para aumentar su valor como jugador utility, marcando una nueva etapa en su carrera profesional.

Pero hay una razón más punzante pasa recomendar su retiro inmediato: Su gran orgullo pelotero. Después del Juego 1 de la serie de campeonato de la Liga Nacional contra los Filis de Filadelfia, Rentería le dijo a los periodistas que no quería hablar con la prensa porque él no había jugado.

"No, yo no jugué", dijo Rentería, molesto por no tener la oportunidad de aportar en el triunfo de los Gigantes por 4-3 sobre los Filis. "Cuando yo juegue, yo hablo".

No puede culparse a un pelotero por querer jugar sobre todas las cosas. Lo entendemos. Cuando comenzó a jugar, y San Francisco empezó a ganar, Rentería fue muy generoso con su tiempo con los periodistas.

Pero ese mismo fuego que hace de Rentería un pelotero tan arrojado y admirable en el terreno es el fuego que tendrá que aprender a controlar si quiere continuar su carrera como campocorto en transición a jugador hácelotodo del banco.

A menos que Rentería esté muy seguro de que puede dar un año más de juego intenso -- con todo y sus lesiones -- y que no perderá su puesto en la alineación ante un novato de las menores, mejor es que se retire ahora desde lo más alto en la gloria.

A lo largo de la postemporada, Rentería demostró mucha pasión por el desarrollo del béisbol en Colombia. Hablaba de eso hasta sin preguntarle. Mejor dedicarle unos buenos años a esa empresa tan loable en su país a tener que sufrir 162 partidos amargado sin garantías de jugar.

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