BOSTON -- Después de unos días vuelvo a comunicarme con ustedes antes de los últimos partidos de la temporada regular. Estamos en Boston, a la espera de un partido muy importante. Si bien ya cumplimos el primer objetivo, que era clasificarnos a playoffs, todavía resta definir cuál será nuestra posición.
Nos costó llegar aquí, a Boston, porque el aeropuerto estaba colapsado y se retrasó nuestro vuelo. Si veníamos en micro llegábamos antes. Pero haber venido con la tranquilidad de tener la clasificación asegurada no es poco. Sobre todo después de haber comenzado la temporada con record de 3-13.
El viernes, cuando le ganamos a New Jersey y nos metimos en playoffs hubo festejos en el vestuario entre jugadores, cuerpo técnico y los dueños del equipo, desde el mayoritario Edward Snider, hasta los minoritarios. La celebración fue medida porque nuestro nuevo objetivo es quedarnos con el sexto lugar. La pelea con New York será hasta el final, porque todavía nos falta jugar un partido ante ellos y, además, les queda un calendario más accesible.
De cualquier manera, el rival para playoffs no es algo que podamos elegir. Nosotros debemos dar el máximo de nuestras posibilidades y después ver a qué equipo debemos enfrentar. Estos últimos partidos serán duros ya que no podremos contar con Louis Williams, un jugador muy importante por su capacidad goleadora que llega desde el banco. Esperemos que Lou llegue bien recuperado a playoffs.
Nuestro rival en postemporada no saldrá de Boston o Miami. Cualquiera de esos cruces será dificilísimo. Ante los Celtics jugamos un par de partidos muy bien. Ganamos uno y el otro lo perdimos por un punto con un doble de Kevin Garnett sobre la chicharra. Solamente en el juego en Boston nos sacaron claras ventajas. Frente al Heat, en cambio, no tuvimos buenas actuaciones. En el comienzo de la temporada, cuando nosotros jugábamos muy diferente a lo que lo hacemos ahora, nos pasaron por arriba. Después volvimos a perder feo en Miami y el último fue más parejo. Tal vez sea su estilo de juego lo que no nos hace sentir cómodos dentro de la cancha. Nos resulta más difícil enfrentarlos.
Hablando de comodidad, si bien estoy teniendo la oportunidad de jugar los minutos que quería, todavía no logré estar insertado completamente en el equipo. Me cuesta integrarme dentro de la cancha, pero estoy muy contento por haber recuperado la alegría de participar desde adentro. Todo es mejor así.
Previo a este viaje tuvimos un día libre que aproveché para ir a ver beisbol por primera vez. Me había reunido a comer con Juan Fernández (otro basquetbolista argentino, que juega para la Universidad de Temple en la NCAA) y quedamos en ir juntos a ver un partido. Casi a la misma hora jugaban los Philadelphia Flyers de la NHL y los Phillies de la MLB. Le pregunté a Juan para qué evento quería que consiguiera entradas. El se inclinaba más por el hóckey sobre hielo, pero como yo prefería el béisbo, hice pesar mi elección. De alguna manera lo obligué, ¡je!. Fue una linda tarde. El estadio estaba lleno, el día soleado y habìa un gran ambiente. La pasamos muy bien.
Antes de despedirme les cuento que tendré aquí una reunión con Germán Vaccaro (presidente de la Confederación Argentina de Básquetbol) en la que conversaremos sobre la planificación y el calendario de la preparación para el Preolímpico.
Será hasta la próxima, cuando los playoffs ya empiecen a sentires. Un abrazo y gracias por el constante apoyo.