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¿Inocentes o culpables?


Mientras un nuevo escándalo atormenta al futbol mexicano, cinco futbolistas profesionales y con familia tratan de lavar su imagen. Mas allá de todos los vacíos que presenta el tema, hoy, mientras no se demuestre lo contrario, la contaminación accidental por ingesta de alimentos parce la explicación más coherente.

LOS ANGELES, California --- Mientras más avanza el tiempo en este tema, más la creo a los jugadores. Y mientras más avanza el tiempo en este tema, me parece percibir ciertos avances en la política federativa de abrir las cosas y no tratar de tapar nada como ocurrió hace seis años en la Copa Confederaciones de Alemania.

De buena fe y con la fe por delante, el amanecer Tricolor estuvo rodeado de acusaciones y de sospechas mientras cinco jugadores cruzaban la unión americana de costa a costa en busca de una prueba "B" y en búsqueda también de "limpiar" su propia reputación.

Hoy queda claro que el sistema de prevención que empleó la FMF funcionó a medias. Funcionó porque finalmente pudieron evitar un doping positivo durante una competencia oficial, pero funcionó algo tarde porque alertó a la FMF cuando ya los futbolistas estaban en una competencia amparada por la FIFA.

Los ejemplos de contaminación por clembuterol en atletas de alto rendimiento existen. El más sonado de ellos es el del ciclista español Alberto Contador, que hoy, de alguna u otra forma, parece convertirse en la esperanza de cinco jugadores y de todo un futbol. El porcentaje de clembuterol que Contador tenía en la sangre era mínimo, hecho que le ha permitido sostener una batalla ante las autoridades.

Amparado gracias a una decisión del TAS (Tribunal de arbitraje deportivo), el vigente campeón del Tour de Francia y del Giro puede seguir participando en competencias oficiales. Hasta ahora nadie nos ha informado sobre los niveles de clembuterol que tiene los cinco jugadores implicados en este escándalo.

No tenemos derecho a pensar mal de los cinco futbolistas mexicanos. Me parece que no hay antecedentes en ellos para pensar que trataron sacar ventaja de una sustancia, que trataron de hacer trampa o de engañar.

Yo creo absolutamente en Sinha, en El Maza Rodríguez, en Guillermo Ochoa, en Edgar Dueñas y en Christian Bermúdez. Creo que son inocentes hasta que se demuestre lo contrario.

Y sobre la Federación, creo que más allá de que no hizo las cosas en los tiempos adecuados y de que tendría que mejorar en muchos aspectos de medicina deportiva y de doping, ellos han manejado diferente el tema con respecto a lo que ocurrió seis años atrás en Alemania, durante la Copa de las Confederaciones. Esta vez no se trató de tapar o de esconder nada. Y eso es importante.