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Kvitova sorprendió a todos

BUENOS AIRES -- Fantástico lo de Petra Kvitova, que nos sorprendió a muchos y me incluyo la primera. Me sorprendió no tanto por su juego, que lo tiene ya hace tiempo, sino por la forma en que manejó la presión y los nervios de ganar un Grand Slam.

Este año ya había ganado un torneo muy importante como Madrid a Azarenka en la final (también gano uno previo a Australia) y Paris Indoor nada menos que a Clijsters en la final en dos sets. Eso le servía para que el resto de jugadoras la respetaran como rival y como candidata a un título grande.

En la semana previa a Wimbledon perdió en la final de Eastbourne contra Bartoli, que siempre juega bien en pasto (7-5 en el tercero) y eso nos daba una idea de que podía volver a estar en las rondas finales como ya hizo el año pasado llegando a semis en el All England o a cuartos este año en el Abierto de Australia.

Lo que no muchos esperaban era verla jugar con la frialdad y la claridad de ideas que lo hizo en una final de Wimbledon con 21 años, y siendo su primera final de Grand Slam, nada menos que contra María Sharapova, ex número uno del mundo, ganadora de 3 Grand Slams y amplia favorita para la final.

Dominó todo el partido con una firmeza y una concentración como si fuera su décima final de Grand Slam, como lo hubiera hecho una grande tipo Clijsters o Venus. Apenas cometió errores y lo más importante para mí fue que no dejó a Sharapova meterse en el partido ni dominar en ningún momento. Si a Sharapova le toca defender, está en dificultades, porque ese no es su juego, pero les puedo asegurar que tener a la rusa un metro y medio atrás de la línea de base, es de todo menos fácil.

Sólo en un momento del partido cuando estaba break arriba en el segundo set y 30-15 a su favor con saque, erró una pelota fácil cerca de la red para 40-15 y terminó perdiendo ese game que le daba a Maria la posibilidad de ponerse por primera vez arriba en el score y de generar dudas a Petra, que en algún momento iba a tener que sentir esa presión de un escenario tan grande.

Pero Maria no estaba en su mejor día, y lo demostró precisamente ahí cuando más lo necesitaba, no estaba "fina", no pudo dominar y Kvitova fue una maquinita que ganaba puntos con la tranquilidad de un partido de primera o segunda ronda.

Al final, tenemos nueva estrella en el circuito, ya lo era porque es top 10 hace algunos meses y no se llega a 8 del mundo de casualidad, hay que ser muy buena jugando al tenis, pero sin duda que este sábado entró en la historia del deporte.

Recién cuando se dio cuenta de que esas ídolos que la miraban desde el palco como son Navratilova y Novotna le daban la bienvenida al club de las más grandes pudimos ver a Kvitova nerviosa, emocionada, y "quebrándose" porque se dio cuenta de que su vida tiene un antes y un después a partir de este partido.