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¿Que cuenta más?

La discusión llevó a hablar de Arsenal-Udinese Getty Images

ROMA -- En los juegos de equipo, siempre existió el dilema de si cuentan más los buenos esquemas o los grandes campeones para formar un cuadro ganador.

Lo curioso es que que cada entrenador quiere ver premiado su trabajo, por lo que le gusta que se reconozca la importancia de la táctica y de la creación de un vestuario unido y fuerte; pero al mismo tiempo, todos los técnicos quieren poder sumar entre sus líneas muchos grandes jugadores y, a menudo, la ausencia de "estrellas" los justifica cuando no se alcanzan los objetivos deseados.

El otro día pude asistir a una interesante discusión entre un entrenador de provincia y su presidente: claramente, ambos se demostraron muy preparados en ámbito futbolero, discutiendo justamente del tema de lo que cuenta más en el fútbol.

Nicola, el técnico, se estaba lamentando porque este año su grupo es muy inexperto, formado con muchos injertos desde las juveniles y privado de casi todos sus jugadores más experimentados y más "fuertes".

Ésto, según él, le rendirá casi imposible la misión requerida por Don Giovanni, el Presidente, es decir la de ganar el campeonato de "Eccellenza" (la categoría más alta entre los no profesionales) y de entrar finalmente entre los profesionales.

El "boss" del pequeño club fue muy directo y bastante duro con su entrenador: "Nico, a un buen entrenador, cual tu eres, no le hacen falta estrellas para ganar este torneo. Estos muchachos se conocen desde hace años, forman un grupo unido desde las juveniles, saben jugar a este juego y te tienen fe, por lo que están dispuestos a sacrificarse mucho por ti y por el equipo. No busques excusas, por que no las hay."

La respuesta fue inmediata: "Don Giovanni, tenga paciencia. Nunca puse en dudas el valor de este conjunto. Lo que trato de explicarle es que, así como se necesita de un técnico experto para manejar a un grupo tan joven, así se requieren también jugadores de un cierto nivel en la cancha, para que lo chicos puedan crecer partido tras partido, con la seguridad de alguien que pueda tomarse responsabilidades adentro del campo de juego."

Nicola no le dio el tiempo de responder al presidente, que lo atacó con astucia: "lo que usted está haciendo es mandar a la matanza a un grupo que luce tener un gran futuro, porque los chicos, por cuanto fuertes, no son estrellas justamente porque aún no tienen la madurez necesaria para entender ciertas situaciones y para soportar presiones fuertes."

El jefe pareció "sufrir el golpe", pero su respuesta fue decidida: "querido, decime una cosa: Arsenal, por ejemplo, ¿no es un equipo increíblemente joven? ¿Y no pierde casi todos los años uno o más grandes campeones? Sin embargo, gracias al trabajo de Wenger, el equipo está siempre ahí arriba y son años que disputa la Champions".

"Querido presi - respondió Nicola - usted está viendo las cosas como más le conviene: nosotros no somos como Arsenal, que por cuanto venda, compra también todos los años los jóvenes más interesantes que ya demostraron su nivel en Europa. Nosotros somo más como Udinese, que apenas encontró el equipo ganador, vendió sus piezas más preciosas e incorporó chicos desconocidos, o casi, y ya no es el mismo".

La comparación transformó casi paradójicamente la discusión, puesto que el presidente sostuvo que el ejemplo argumentaba su idea, diciendo que "los albinegros jugaron un partidazo en Londres, con un equipo lleno de esos jugadores desconocidos, como dices que son".

El entrenador, entonces, rebatió que los ingleses, con Fabregas, Nasrí y Van Persie en la cancha nunca hubiesen sufrido tanto. "Además - sentenció Nicola - Arsenal acabó ganando lo mismo, mientras que a Udinese le hubiera alcanzado no vender a una de sus tres estrellas para no perder ese desafío. Esto demuestra que, el final, la experiencia y los jugadores de nivel superior cuentan muchísimo."

Fue muy curioso asistir a esa discusión, porque justo en ese momento tenía entre las manos una revista con una entrevista realmente especial hecha a Abidal, el defensor de Barcelona.

En la nota, que hablaba del cáncer del que sufrió el jugador francés y de como cambió su vida tras superar ese mal, se encuentran las siguientes palabras del marcador de punta respecto a su equipo: "El equipo, el grupo, los compañeros están antes que todo. Ganamos un montón de dinero, pero nos entrenamos con las mismas ganas de cuando eramos nenes. He visto jugadores que se vuelven ricos y empiezan cada frase con "yo, yo, yo". Bueno, en Barcelona no hay. Entre nosotros nos recordamos, a veces: es un juego, nos pagan por hacer algo maravilloso, hagámoslo seriamente pero sin tomarnos demasiado en serio."

Seguramente, Nicola podría pensar que es fácil para un equipo fuerte y ganador como Barcelona hablar de humildad, de trabajo y de conjunto. Pero no hay que olvidarse que este equipo está pasando a la historia gracias al trabajo de Guardiola, quien agarró un plantel de talentos y lo transformó en un cuadro de amigos; en un equipo de fútbol.