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Lin: ¿Medianoche para Cenicienta?

NEW YORK -- El fenómeno Jeremy Lin continúa creciendo. Aún con un rendimiento inferior a lo acostumbrado el sábado en Toronto, el armador de los New York Knicks fue nombrado Jugador de la semana en la Conferencia del Este de la NBA el lunes por la tarde. Lin es un Rey Midas: hasta Jared Jeffries, abucheado por la afición de los Knicks cada vez que le pasan el balón y por ende falto de confianza ofensiva, promedia casi nueve puntos por partido desde que apareció Lin. El valor de la acción de la empresa dueña de los Knicks, MSG, llegó a ascender por un 10% el lunes antes de terminar con un avance en un día del 1%, ante la expectativa que su disputa con el sistema de cable en la ciudad se resuelva a favor del equipo, dada la presión que generarán los televidentes en su afán de ver jugar a Lin.

Presenciamos la versión contemporánea de la leyenda de la Cenicienta. Recordemos cómo termina ese cuento: a la medianoche, tiene que volver apresuradamente a su viejo papel marginado, porque el hechizo de la Hada Madrina tiene fecha de expiración.

En el caso de Lin, el retorno de Amare Stoudemire el martes no aparenta prometer un efecto nocivo. De hecho, Stoudemire ha jugado su mejor baloncesto cuando tiene un armador que tome decisiones sabias en los bloqueos y continuación (pick and rolls). Así se ganaron la vida Steve Nash y Amare en sus primeras temporadas compartidas en Phoenix Suns. Stoudemire perdió a su hermano mayor y mentor, Hazell, hijo, en un accidente automovilístico en Lake Wales, Florida. Buscará la mejor manera de honrarle en lo que resta de temporada.

La revista Sporting News presenta datos provistos por Synergy Sports. En la última temporada de Stoudemire en Phoenix, 310 posesiones que involucraron a Amare fueron jugadas de bloqueo y continuación (17.7 por ciento de las jugadas con Amare), produciendo 365 puntos del ala-pívot (casi un quinto de su puntuación).

En la temporada pasada en New York, Stoudemire anotó 223 puntos (11.3 por ciento de su anotación) en jugadas de pared y desmarque, con Ray Felton y Chauncey Billups repartiendo balones.

Esta temporada, con Toney Douglas e Iman Shumpert intentando armar la ofensiva Knickerbocker, Amare ha anotado 29 puntos en 28 jugadas de pick and roll: sólo 6.2% de sus posesiones y 7.2% de sus puntos, sus peores porcentajes.

El retorno de Carmelo Anthony es harina de otro costal. En una nota del periodista Kevin Clark, del diario The Wall Street Journal, las tendencias de los Knicks pre-Lin son irremediablemente distintas a la de los Knicks post-Lin. Por ejemplo, en el partido previo a la emergencia de Lin, ante Boston Celtics, los Knicks usaron la jugada de pared y desmarque en solo nueve ocasiones. Ante los Los Angeles Lakers, Lin la inició en 49 ocasiones.

Según Synergy Sports, la especialidad de Anthony han sido disparos de un radio de cinco metros hasta la línea de tres puntos. Carmelo promedia poco más de seis intentos a esa distancia. Lamentablemente, y quizás como resultado de múltiples lesiones, Anthony ha encestado sólo 32% de los intentos a esa distancia. Lin solo completa 15% de sus asistencias a tiradores a esa distancia, con 45% de sus asistencias cerca del aro (a Tyson Chandler y a Jeffries) y 33% a tiradores de triples (Steve Novak el máximo beneficiario).

"Ese es un problema", observa un ojeador de talento de la Conferencia del Este entrevistado por Sporting News acerca del retorno de Anthony. "Pueden jugar a un ritmo más alto con Jeremy armando y si no aparece oportunidades de contragolpe o quiebre secundario, pueden optar por el bloqueo y continuación. Pueden acelerar la marcha e imitar a los Phoenix Suns, con francotiradores alineados en la medialuna listos a lanzar antes que se cuadre la defensiva contraria y ese tipo de tácticas. Pero no si le quieres dar a Melo sus 20 intentos al aro. Tienes que frenar la marcha, colocarlo en sus posiciones preferidas, en un duelo favorecedor y preparar el uno contra uno. Armas dos esquemas ofensivos diferentes".

Varios observadores niegan que la re-incorporación de Anthony será problemática. Comenta nada menos que Kobe Bryant, quien entiende bien lo que es dominar el balón: "Creo que el tema de que Melo necesita dominar el balón en esta ciudad es un poco exagerado. Él opera en el poste. No será un armador. Melo puede anotar, eso es lo que hace muy bien".

Anthony, quien desde la banca de New York ha presenciado y disfrutado del fenómeno Lin tanto o más que ningún otro, declara lo diplomáticamente apropiado: "Cuando leo acerca de la preocupaciones, es más cómico que otra cosa, porque a fin de cuentas sé lo que aporto al deporte y a este equipo. Mis compañeros lo reconocen. Preguntan ¿cómo podré encajar? Sencillo, darle el balón y distanciarme. Volveré a hacer las cosas que hago bien. Veremos".

"Reconozco que existen dudas en cuanto a ¿seré capaz de adaptarme? Pero este es un sueño hecho realidad para mí", insiste Anthony. "Me resta presión, no tengo que ser armador. No tengo que asegurarme que Amare anote sus 20 puntos, que otro anote 20, que además tenga que anotar mis 25 a 30 puntos, mientras aporto defensiva, reboteo y el resto de lo que se requiere de mí".

Noten que en la mente de Anthony, él anota más que nadie y que Stoudemire debe anotar menos que él. Esta mentalidad de contador es la raíz del problema de Melo, y ni siquiera se da cuenta de ello.

"No creo que quiero eliminar eso (sus 25 a 30 puntos), no creo que el técnico lo quiera así. Al mismo tiempo, necesito distanciarme del balón y reconocer que Jeremy es quien lo reparte, y que él puede crear situaciones ventajosas para mí, para Amare y para otros y de esa manera mejorar el rendimiento de sus compañeros".

El contraste de estilos es ineludible. En cuanto a tasa de uso de balón (la proporción de posesiones que terminan en manos e un jugador, Anthony y Lin (en sus escasos partidos) están en quinto y cuarto lugar en toda la NBA.

Mike D'Antoni aprecia que Lin es lo más cercano a un facsímil razonable de un Steve Nash con que el director técnico de los Knicks ha contado en al banquillo de New York. Nash es muchísimo mejor tirador que Lin, pero Lin es atléticamente más capaz que Nash, en ambos costados de la cancha. Antes que emergiese Lin, D'Antoni estaba en la cuerda floja, sin opciones en un equipo que se hundía. Lin representa la mejor y única oportunidad (aparte de fichar al mismo Nash) de regenerar el estilo ofensivo que lo motiva como entrenador.

Para eso tendrá que enfrentarse a una estrella testaruda que cambiará su juego sólo a regañadientes y que resentirá no sólo el estilo de juego de Lin, sino a Lin mismo. ¿Tendrá las agallas D'Antoni de enfrentarse a Melo y ubicarlo? ¿Tendrá Lin los pantalones de insistir que se arme ese tipo de ofensiva, señalándole pública y tajantemente a Anthony a dónde debe ir y qué debe hacer en la cancha?

Comenzaremos a descubrirlo a fines de esta semana, cuando Anthony de muestras que está listo a retornar a la cancha. Si ven a Anthony intentar más tiros a pie firme, si lo ven colocar pantallas e intentar anotar en jugadas de bloqueo y continuación (normalmente cuando le pasan el balón en ese tipo de jugada, en vez de atacar el aro, frena y machaca con el drible al rival de menor estatura y peso en el cambio defensivo) dará muestras de que entiende su nuevo papel. Lin tendrá que intentar menos tiros al aro y cargarse de más asistencias: no podrá sostener el ritmo de 19.4 intentos al aro por partido que lleva hasta ahora.

Si Anthony modifica un poco su juego y Lin y los Knicks aumentan su ritmo ofensivo, existirán tiros y puntos para todos. Lin lo entiende así. ¿Lo entenderá también Carmelo?